Artur Segarra, preso en Tailandia tras ocho años: Vida del otro descuartizador español
Mató a David Bernat y continúa aún en el penal Bang Kwang, conocido como el ‘Hilton de Bangkok' por su dureza extrema
Daniel Sancho ha sido condenado a cadena perpetua por el Tribunal de Koh Samui. Al hijo de Rodolfo Sancho le declaran culpable de asesinato con premeditación, descuartizamiento y ocultación del cadáver con destrucción del pasaporte de la víctima. Cada vez son más las semejanzas entre el caso del chef español y el de Artur Segarra, que servirá de precedente para el porvenir de Sancho.
Segarra fue condenado por matar y descuartizar al español David Bernat en Tailandia en 2016. Este español fue condenado a pena capital, pero en 2020 recibió el indulto del rey y se le conmutó por la cadena perpetua.
Concretamente, Segarra permanece en la cárcel de Bang Kwang, conocida como el ‘Hilton de Bangkok’. Daniel Sancho podría acabar en esa prisión.
En el caso de Sancho, debería también disculparse y reconocer públicamente su crimen en una carta dirigida al monarca y a la familia de Arrieta. El investigador y escritor Joaquín Campos conoce de cerca el caso de Artur Segarra. Sobre este publicó el libro ‘La verdad sobre el Caso Segarra’ (2016, Frontera Digital).
En una conversación con elcierredigital.com resaltaba que "el caso Sancho se asemeja a Segarra en lo importante: asesinato con premeditación, descuartizamiento del cuerpo y diseminación del mismo. Los delitos de sangre en Tailandia están tan mal vistos que suelen ser castigados con la pena de muerte. Aunque en caso de mostrar arrepentimiento, que no es el caso de Sancho, al menos hasta ahora, las condenas se rebajan a cadena perpetua”.
En este sentido, Campos continuaba explicando: "Al octavo o noveno año de condena, si Sancho se ha portado bien, sería transferido a España. Allí, dos años más tarde, aproximadamente, comenzaría con el segundo grado, y así hasta el tercero para acabar libre", concluía el periodista y escritor Joaquín Campos durante su encuentro con elcierredigital.com.
Tal y como documentó elcierredigital.com, esas fueron las intenciones de Artur Segarra. En octubre de 2023 comenzó los trámites para su extradición y se especulaba que regresase a lo largo de 2024.
Sin embargo, estamos casi en septiembre y ese retorno no se ha hecho efectivo. En octubre Joaquín Campos estimó que “no le quedaban más de dos años, salvo alguna sorpresa de última hora”.
Segarra comenzó los trámites tras casi ocho años en prisión. A día de hoy sigue en Tailandia. La familia del asesinado no ha dado el visto bueno a su vuelta a España.
No obstante, Joaquín Campos recalca ante elcierredigital.com que “actualmente se encuentra en proceso de traslado a España contenido".
"Él tiene causas pendientes en España y no quiere acceder al proceso. Ha detenido el traslado porque estafó a 115 ancianos por hipotecas inversas y no quiere esperar a ese juicio. Las intenciones de España es traerlo, pero la suya es esperar varios años”, relata.
La causa pendiente de Artur Segarra en España
Artur Segarra Princeip huyó de España para eludir a la justicia, ya que tenía causas pendientes por delitos vinculados a una trama de estafas. El caso Cocoon estalló en 2014 con la detención de varias personas que llevaban al menos seis años estafando a ancianos. Es considerado uno de los mayores fraudes inmobiliarios cometidos en España.
Junto al abogado barcelonés Francisco Comitre y al notario asturiano Enrique Peña, Segarra era uno de los cerebros de esta organización criminal. Mediante engaños se hacían con sus propiedades inmobiliarias, a cambio de un supuesto sueldo vitalicio que no llegaba nunca.
Las estafas ascienden a más de 3 millones de euros. Segarra acumuló 17 viviendas, 18 vehículos y 67 sociedades que puso a nombre de varios testaferros. Por esta estafa hubo condenas que rondaron los diez años.
El preso español fue el único de los imputados que logró escapar en 2014. Se trasladó a Bangkok y disfrutó de su exilio durante dos años. Se echó una novia tailandesa. Esta mujer acabaría siendo una figura clave en la detención de Segarra en Tailandia.
La novia de Segarra descubrió restos humanos en su congelador y se lo confesó a las autoridades tailandesas.
El asesinato de David Bernat
Artur Segarra coincidió con David Bernat en una noche de fiesta en Bangkok y le invitó a su casa. Previamente, ya se conocían, ya que eran compañeros de trabajo. Los hechos ocurrieron en la noche del 19 de enero de 2016.
Según las investigaciones, Segarra planeó el secuestro de su compatriota. Su intención era apropiarse del dinero que la víctima tenía en una cuenta bancaria en Singapur.
Alquiló una casa para esconder el material usado para el crimen. También compró un congelador días antes de los hechos, donde conservó el cadáver.
Tras llegar a la habitación, Segarra retuvo y torturó a Bernat para tratar de conseguir acceso a sus cuentas bancarias. Finalmente lo mató por asfixia.
Para complicar la búsqueda del cadáver descuartizó el cuerpo. Lanzó varios trozos al río Chao Phraya, que cruza Bangkok.
El español fue captado por las cámaras de seguridad del local donde compró el material para cometer el delito. También fue captado saliendo de su casa con cajas y bolsas, donde supuestamente llevaba el cuerpo de Bernat.
Además, los investigadores descubrieron transferencias económicas de un valor sustancial. Estas transferencias procedían desde las cuentas corrientes en Singapur de David Bernat hacia otras entidades de las que Segarra era titular.
Tras los hechos decidió huir a Sihanoukville (Camboya), pero fue detenido el 7 de febrero de 2016. Se le trasladó a Tailandia e ingresó en prisión. Segarra fue condenado en 2017 por un tribunal de Bangkok a la pena de muerte por el asesinato premeditado de su compatriota.
El español fue trasladado días después de la sentencia desde la prisión Bangkok Remand. Acabó ingresando en el centro penitenciario de máxima seguridad Bang Kwang, donde continúa y se encuentran la mayoría de condenados a la pena capital.
En todo momento negó el crimen, pero el 23 de diciembre de 2019 decidió confesar su autoría. Su objetivo era pedir clemencia al rey de Tailandia y evitar su ejecución. El 17 de agosto de 2020, el rey de Tailandia, Maha Vajiralongkorn, concedió un perdón real y redujo su condena a cadena perpetua.
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