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Un insecto con alas transparentes y cuerpo oscuro visto de cerca.
SALUD

Preocupa la llegada del virus Oropouche desde el Caribe: 'Puede provocar fallo renal'

El doctor Luis Montel explica que el virus “debería ser benigno en pacientes sanos y sin problemas cardíacos"

Desde comienzos de verano se advirtió del incremento considerable de la transmisión de enfermedades a través de mosquitos. Concretamente, España es uno de los países de Europa más afectado por la enfermedad del virus Oropouche.

Se trata de un virus de baja transmisión, ya que el mosquito que lo contagia, el jején, no está presente en España. Sin embargo, si está en países del Caribe y ahí surge el riesgo. En España se han registrado casos en Andalucía, País Vasco, Madrid y Galicia.

A finales de agosto se contabilizaron un total de 16 casos en España y en Canarias se reportó la detección de tres nuevos casos. En estos casos se trataba de tres personas que habían viajado a Cuba. 

Allí, este tipo de enfermedades transmitidas a través de mosquitos ha sufrido un peligroso aumento. No obstante, el doctor Luis Montel recalca en una conversación con elcierredigital.com que “el origen de este problema son más países”.

“Hay problemas y situaciones complicadas, pero no al extremo de una epidemia expansiva. No solamente hay Oropouche en Cuba, sino en todo el Caribe como Trinidad y Tobago, Jamaica o Santo Domingo. También hay Oropouche en la selva de Colombia y en México”, indica Montel.

Doctor sentado en su escritorio con bata blanca y estetoscopio.
El doctor Luis Montel | Archivo

“No obstante, en Cuba aparece una problemática especial. Ahora mismo, en Cuba no estamos en pandemia de Oropouche, pero hay muchos casos. Actualmente, en Cuba hay una crisis de enfermedades por su condición precaria. La escasez de material de higiene personal está aumentando los casos de enfermedades”, recalca Montel.

En Latinoamérica existe cierto riesgo de epidemia por el Oropouche. Es un virus de la familia de los albovirus, frecuentes en marsupiales —pequeños mamíferos— como el perezoso. Hay un tipo de perezoso en América Central y en la parte de la Amazonia que es portador de este virus, al que se le unen otros tipos de monos.

Este virus se llama así porque fue aislado en 1955 en Trinidad y Tobago. Concretamente, se aisló en la localidad de Oropouche. Sin embargo, ya se venía dando en Amazonia, en la parte de la frontera con Colombia y en la parte de América Central.

Las complicaciones derivadas del virus

El doctor Montel analiza que la infección del virus “debería ser benigna en el 70 por ciento de los casos. Solo hay un 30 por ciento como son diabéticos o asmáticos donde se complica. El Oropouche en sí no mata, sino sus complicaciones”. 

La infección debería ser benigna en individuos sanos, bien alimentados y sin problemas crónicos. No obstante, en las personas en las que sus organismos no están bien al cien por ciento el Oropouche podría producir problemas con fallos orgánicos.

“Puede producir problemas con fallos orgánicos renales, hepáticos y desequilibrios del sistema inmunitario con bajada de defensas y muerte. Muy raramente da un fallo cardiaco. Sin embargo, los problemas renales y hepáticos pueden generar un fallo en el corazón que de lugar a edemas, hemorragias e hipertensión”, observa Montel.

Entre los síntomas que genera este virus se encuentra la fiebre del Oropouche. Se trata de un estado de malestar general muy agudo que inactiva a la persona, con fiebres tremendas y un dolor de cabeza muy fuerte.

Imagen informativa sobre la fiebre de Oropouche, que incluye detalles sobre su definición, síntomas, diagnóstico, recuperación y medidas de prevención.
Folleto informativo de la OPS sobre la fiebre de Oropouche | Organización Panamericana de la Salud

Se trata de una enfermedad que no cuenta con tratamiento curativo, pero sí para sus síntomas. Algunos de los síntomas son náuseas, vómitos, diarrea, fiebre hemorrágica, sintomatología colateral o malestar general. 

Una de las recomendaciones es evitar agua estancada, aguas residuales y los estanques de agua. Montel señala que “una vez contraído el virus se debe hacer vigilancia las dos primeras semanas, que es donde aparecen los síntomas más agudos”. 

El periodo de incubación va de los tres a los diez días y los síntomas pueden durar entre una y tres semanas. “Hay que vigilar que no vayan más a más. Es recomendable hacer hemogramas para saber en qué punto está y otro para saber cómo ha variado”, añade Luis Montel. 

“También habría que corregir la anemia. Si el Oropouche te coge con un problema de anemia habría mala difusión del oxígeno y el organismo entra en precario”, concluye Montel.

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