Cristina Ordovás, la amiga del Emérito 'cómplice' del CNI en el robo a Bárbara Rey
La vedette señala a esta aristócrata que la sacó de su casa con el pretexto de un premio la noche del robo de las cintas
Este miércoles se cumplió una semana de la publicación de las fotografías de Bárbara Rey y Juan Carlos I en la revista ‘Privé’. Un escándalo de Estado que ha dado la vuelta al mundo y que era un secreto a voces hasta que esta cabecera holandesa publicara las instantáneas que datan de 1994.
Se trata de unas imágenes cuya autoría pertenece a Salvador García, hermano de la totanera. Así lo ha desvelado el director de elcierredigital.comJuan Luis Galiacho. Estas fotografías forman parte de un material inédito del que, según sostienen en ‘Privé’, "tan solo se ha visto el 5%". Y eso es casi verdad.
Un material que guarda secretos de Estado. También vídeos sexuales dentro de un polémico romance. Como la aparición de personalidades durante el presunto chantaje como supuestos intermediarios de Juan Carlos I, como es señalado el príncipe Zourab Tchkotoua, ya fallecido y miembro de la corte real palmesana. Al igual que la importante intervención en el caso de los servicios secretos españoles, antes CESID y hoy CNI.
Pero también, y tal y como revelamos hoy en Elcierredigital.com, la aparición activa de figuras aristocráticas amigas del entonces todopoderoso monarca, como Cristina Ordovás, la condesa Ruiz de Castilla.
La aristócrata era una antigua amiga de la totanera. Y es a quien la vedette señala como la ‘chivata del CNI’. Precisamente la totanera le hizo partícipe del robo de 'material sensible' sobre el Emérito en su casa de Boadilla del Monte, del que supuestamente ella fue cómplice. Pero, ¿quién es ella? y ¿cuál es el verdadero vínculo entre la condesa Ruiz de Castilla y la vedette de Totana?
El vínculo entre la condesa Ruiz de Castilla y Bárbara Rey
Para entender el vínculo que se creó entre Cristina Ordovás, la condesa Ruiz de Castilla, y la vedette Bárbara Rey hay que retroceder hasta 1996. La totanera había retomado su relación con Juan Carlos I varios años antes, pese a la recomendación previa del entonces jefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo, y de los servicios secretos españoles de dar por finalizada aquella historia.
Aquel año la aristócrata apareció de nuevo con fuerza en la vida de la totanera. No se sabe a ciencia cierta el por qué. Quizá, porque precisamente, tal y como ha podido saber elcierredigital.com, "la condesa Ruiz de Castilla formaba parte del círculo de amistades de Juan Carlos I".
La aristócrata no solo formaba parte del entorno amistoso del entonces rey de España., sino que también era conocida de los Servicios Secretos por su amistad con él.
Entre Bárbara y la condesa se forjó de nuevo una gran amistad y la aristócrata se convirtió en confidente de la artista. Como también en una pieza fundamental en la vida de la vedette, sin que esta lo buscara.
Sobre todo a partir de 1996 y hasta 1997. Aquel año la actriz saltó a los medios al denunciar públicamente que la habian sustraído material sensible en su casa de Boadilla y que "estaba asustada". Manifestó que "habían entrado a robar" y que "estaba recibiendo amenazas de muerte de personas muy importantes".
Unos titulares que dejó en varias entrevistas, como la que concedió a la revista Lecturas. Así, mediante un comunicado, Bárbara Rey afirmó que "estaba sufriendo una persecución por parte de los Servicios Secretos". Por aquel entonces el llamado CESID (hoy CNI) tenía un objetivo prioritario: como era recuperar el material que la vedette había grabado de sus encuentros privados con el rey Juan Carlos.
Pero, ¿qué papel jugó la condesa Ruiz de Castilla en este episodio?
En mayo y junio de 1997 la totanera se personó tres veces en la Comisaria de Tetuán, de Madrid y denunció ante la policía este "robo de documentación personal" en su casa. En su denuncia se señalaba que se trataba del robo de “tres cintas de casete, cinco de vídeo y veinte diapositivas” que, según trascendió, se produjo durante una noche en la que la totanera salió de su morada precisamente junto a la condesa de Ruiz del Castilla.
Ambas asistieron a una nueva edición de los Premios Bombín celebrados en el Casino de Torrelodones (Madrid). Estos galardones están organizados por el veterano periodista y presentador de Caliente y Frío, Álvaro Luis.
Pero la asistencia de la vedette al acto habría sido, en principio, una estrategia de la propia condesa para distraer a la artista que recibía el citado galardón a varios kilómetros de su vivienda. Y, así, mientras los servicios secretos podían actuar con impunidad y relativa tranquilidad dentro de su casa en busca del material anhelado.
Lo que Bárbara Rey desconocía era que la condesa Ruiz de Castilla visitaba con asiduidad el número 3 de la Castellana, el antiguo edificio de presidencia del Gobierno. Precisamente, fue donde el CESID tuvo su primera sede.
Tras los hechos, y jugando aparentemente su doble juego, la condesa recomendó a la totanera que se pusiera en contacto con el policía Miguel Ángel Díez. El mismo agente que investigó la carta-bomba sin reivindicar que hirió gravemente en 1992 a su marido Juan Goyeneche Moreno. También la condesa Ruiz de Castilla fue la responsable de presentarle a la vedette ciertos abogados para que la aconsejaran ante la gravedad del caso y su miedo a conservar la vida.
Con el paso de los meses, Bárbara Rey no solo denunció el "robo de material comprometido" que "implicaba a una alta personalidad del Estado", sino que también acusaba a la condesa de ser la "chivata y cómplice" del CNI. De haberle robado las llaves de su domicilio, de haber preparado una encerrona para que el entonces CESID pudiera acceder a su casa y sustraer aquel material tan vital para el rey Juan Carlos.
Y, lógicamente, aquella amistad se rompió. Y para la totanera la condesa Ruiz de Castilla quedó ya para siempre como la 'espía del CNI'. Pero, ¿qué esconde Cristina Ordovás? y ¿cuál es su historia?
La historia de Cristina Ordovás, condesa Ruiz de Castilla
Cristina Ordovás Gómez Jordana goza desde hace ya muchos años un pasado aristocrático. Pero mantiene un discreto perfil frente a los medios de comunicación.
Su apellido no está vinculado a las redes sociales. Sin embargo, según trascendió, podría tener lazos familiares con la 'todopoderosa' influencer y empresaria Paula Ordovás.
La conocida como condesa de Ruiz de Castilla era hija de Manuel Ordovás González y de María Adelaida Gómez-Jordana Huelin. Su padre presidió el famoso Consejo de Guerra de Burgos en 1970 por la muerte de Melitón Manzanas a manos de ETA. Además de Cristina, el matrimonio dio la bienvenida a cuatro hijos más.
En 1999 el militar fallecía en su domicilio de Madrid a los 85 años. Tres años después lo haría su mujer a la misma edad. También su domicilio de la capital española.
Como miembro de una familia aristocrática y usanza castrense, la condesa recibió una educación tradicional. Contrajo matrimonio con el aristócrata, jinete y abogado Juan Goyeneche Moreno, VI conde de Ruiz de Castilla con quien tuvo tres hijos. Juan, que actualmente ostenta el título, Alfonso que vive lejos del ruido mediático en Miami y Maria, figura vinculada al arte.
Un matrimonio salpicado por el escándalo
El matrimonio era uno de los más habituales en los círculos de la aristocracia y vinculado a la realeza. Juan Goyeneche Moreno mantenía una excelente relación con Juan Carlos I. De hecho, fue por ello que su mujer entabló relación con el rey Emérito.
Pero este matrimonio también ha estado marcado por la tragedia y el escándalo. En 1992 Juan Goyeneche fue herido de extrema gravedad por un paquete bomba que le enviaron a su domicilio. Perdió la vista parcial en ambos ojos y una pierna.
Pese a que siempre creyeron que la autoría correspondía a ETA, la policía descartó que la banda terrorista estuviera tras este atentado. Los hechos nunca se esclarecieron. Finalmente, el abogado falleció en 2006.
Años después la condesa se vio envuelta en un escándalo que fue de lo más comentado en el mundo del arte. En 2019, se acusó a la condesa de la apropiación de un cuadro de Anton Van Dyck. Había solicitado que fuera trasladado desde la sala Ansorena de Madrid a su casa para examinarla.
La condesa tenía la intención de comprarlo, pero nunca llegó a pagar los 165.000 euros que costaba. Tampoco lo devolvió, a pesar de que desde 2015 se le reclamó en varias ocasiones.
El título de la obra es 'Anna Sofía, condesa de Carnarvon'. Por aquel entonces, la Fiscalía Provincial de Madrid solicitó para la condesa cuatro años de prisión. También una indemnización de 165.000 euros para los propietarios de la obra en cuestión.
Según las últimas noticias, el cuadro todavía no ha sido devuelto. Frente al juez, la condesa declaró que "había sido víctima de un negocio fraudulento". Y se declaró "tonta y confiada".
En 2021, el Tribunal Supremo que desestimó el recurso de casación de la condesa, confirmó la condena. Desde entonces, la condesa desapareció del mapa. Y hoy ha vuelto al foco mediático, envuelta en el escándalo de su examiga Bárbara Rey. Un caso que reúne romance, sexo, traición y 'chantaje'.
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