27 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

El segundo vástago del primer matrimonio del dueño de la constructora enfrentada a Sánchez se ha casado con Pilar Montes este sábado en Ciudad Real

El enlace de Ignacio, hijo del presidente de Ferrovial Rafael del Pino convoca a la 'jet set' nacional

El Cierre Digital en Ignacio del Pino y Pilar Montes.
Ignacio del Pino y Pilar Montes.
La 'jet set' nacional empresarial y social se ha reunido este sábado. El enclave elegido ha sido la boda entre Ignacio del Pino, uno de los hijos del empresario y presidente de Ferrovial Rafael del Pino y la malograda Cristina Fernández-Fontecha, y la abogada Pilar Montes Yebra. La finca familiar de El Cerrón localizada en el municipio manchego de Retuerta de Bullaque ha sido el lugar elegido para la celebración posterior a la ceremonia.

La élite empresarial y gran parte de la 'jet set' nacional se ha reunido este sábado en Madrid. El enclave ha sido el enlace de Ignacio del Pino, segundo hijo del presidente de Ferrovial Rafael del Pino, y la abogada Pilar Montes Yebra. Tal y como ha publicado Vanitatis, en primera instancia fue la isla de Ibiza el lugar elegido para la celebración del enlace, aunque finalmente será la finca familiar de El Cerrón el emplazamiento donde ambos celebren su enlace.

La ceremonia, en la que ha habido grandes ausencias como la madre del novio Cristina Fernández-Fontecha quien falleció víctima de un accidente de barco en 1998, ha tenido lugar a las 12.30 horas en la iglesia de San Bartolomé Apóstol localizada en el municipio de Retuerta de Bullaque (Ciudad Real).

Han sido alrededor de 400 invitados los que han asistido al evento entre los se encontraban los empresarios Alberto Cortina junto a su mujer Elena Cué o el presiente ejecutivo de Acciona José Manuel Entrecanales. La socialité Myriam Lapique o Ana Gamazo Hohenlohe, esposa del empresario Juan Abelló, tampoco a ha querido perderse el acto que ha reunido a gran parte de la 'jet set' nacional

El llamado a ser heredero de Ferrovial

Está llamado a ser heredero de la constructora Ferrovial. Ignacio del Pino Fernández-Fontecha nació en 1989 y es el segundo de los tres hijos que tuvo el empresario Rafael del Pino y la malograda Cristina Fernández-Fortecha, fallecida en 1998. Ignacio se formó en Estados Unidos donde estudió en el prestigioso centro universitario Massachussetts Institute of Technology, en el MIT de Boston. Posteriormente inició su carrera la laboral en Inglaterra para firmas como en la financiera JP Morgan, en la que estuvo durante cuatro años, y la inmobiliaria Oaktree. 

Durante los últimos años ha trabajado en Cintra, filial de autopistas de la empresa Ferrovial, fundada por su progenitor en 1952. Ignacio, al igual que su padre, es una persona discreta y poco amigo de las cámaras y medios de comunicación. Es más, apenas se encuentran datos o fotografías de su vida personal. 

La vida de un empresario

El pasado mes de marzo los medios de comunicación se hicieron eco de la marcha de Ferrovial a Países Bajos. La constructora ha decidido instalarse fiscalmente en Países Bajos por decisión del heredero del fundador y actual presidente, Rafael del Pino Calvo-Sotelo, que asegura que pretende impulsar un salto bursátil de la compañía a los Estados Unidos. Rafael del Pino, mandamás de la icónica Ferrovial y que cuenta con una fortuna de 9.500 millones de euros, recordó que la compañía mantendrá en España 5.000 empleos y sostendrá casi el mismo pago de impuestos (282 millones en 2022).

Rafael del Pino Calvo-Sotelo.

Rafael del Pino Calvo-Sotelo, nacido en 1958, es el segundo de los hijos del fundador de Ferrovial Rafael del Pino y Moreno y sobrino del expresidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo. Ya ha cumplido 22 años como presidente de la compañía y 30 como primer ejecutivo (en 1992 fue nombrado consejero delegado de Ferrovial), en una empresa que controla a través de su sociedad holandesa Rijn Capital, que atesora el 20 por ciento aproximado de las acciones de la sociedad. Su fortuna se estima ahora en 3.800 millones de euros, lo que le sitúa en la tercera fortuna de España y la 708 del mundo. 

La patrimonial de Rafael Del Pino, Rijn Capital, no sólo controla el paquete de más de 147 millones de acciones de Ferrovial, también gestiona una serie de SICAV que en el año 2017 aumentaron su patrimonio en casi 100 millones de euros, hasta los 1.133 millones. Igualmente, también es la matriz de la sociedad Criu SL, que desde una oficina en el número 23 de la calle Miguel Ángel, en el centro de Madrid, controla inversiones agrarias en las que destaca su finca Los Estanquillos, en Berzocana (Cáceres), con un capital superior a los 32,4 millones o el 25 por ciento de la sociedad Family Blend, radicada en las Islas Vírgenes, considerado un paraíso fiscal. Ahora, junto a dos de sus hijos, Rafael nacido en 1986 e Ignacio en 1989, busca nuevas oportunidades de inversión en Chile. Del Pino mantiene además propiedades en la madrileña colonia de El Viso, Formentera, Cáceres, es dueño de un gran yate y disfruta de avión privado. 

El presidente de la empresa Ferrovial, cargo que empezó ejercer el año 2000, había sufrido la trágica muerte de su primera mujer, Cristina Fernández-Fontecha y Torres del Pino, allá por el verano de 1998, cuando navegaban por las aguas de Baleares a bordo de su lujoso yate. Cristina dejaba en vida a tres hijos menores en plena adolescencia: Rafael, Ignacio y Juan. Fueron años muy duros para los Del Pino, que acabaron con el noviazgo y nuevo matrimonio de su padre con Astrid Gil-Casares, que abandonó su trabajo como banquera de inversión en Londres.  

Rafael del Pino conoció a Astrid en Londres en dos fiestas, donde ella trabajaba. Cuando Astrid terminó la carrera de Económicas en ESADE se fue a trabajar a París, a la banca Rothschild, tras un año, cambió París por la capital británica.  En 2004, ha confesado que fue a verlo a Madrid por un tema laboral y empezó rápidamente su relación, que acabó en boda en marzo de 2006. 

Boda y tenso divorcio

El enlace -el primero para ella- se celebró el 10 de junio de 2016 con la asistencia de más de doscientos vip´s en la iglesia de la Asunción, de la localidad madrileña de Chinchón, donde Astrid -una mujer de ojos azules y melena rubia- llevó un diseño de Manuel Mota para Pronovias. El ágape se organizó después, con todo tipo de detalles, en la finca 'Encomienda de la Losilla', propiedad de Joao del Espíritu Santo, donde el número de invitados aumentó a más de ochocientos, a quienes se pidió vestir de traje oscuro y a las señoras de vestido largo. 

A ella no le asustó esta situación, ya que estaba habituada a codearse con los poderosos desde niña. Hija del ingeniero naval Santiago Gil-Casares Armada y su segunda mujer, la francesa Astrid Marie Marlier, nació el 16 de febrero de 1973. Ya en 1976, con tan sólo tres años su nombre aparecía en los ecos de sociedad del periódico ABC por su participación en bodas aristocráticas. Siempre se codeó con la alta sociedad madrileña, con muchas tardes en el Club de Campo de Puerta de Hierro donde su padre coincidía con la élite, desde los Albertos a Miguel Boyer pasando por el círculo más cercano a Felipe VI (hermanos Álvarez Fuster, Kyril de Bulgaria, Javier López Madrid), con algunas muy buenas amistades que aún mantiene, como con Isabel Sartorius.

Astrid Casares y Rafael del Pino en su boda.

En Londres no sólo trabajó con bancos de inversión como JP Morgan, también llegó a crear su propia empresa en marzo de 2004, Gil Casares Consultant Limited, con un capital de 1.000 libras y que domicilió en Old Brompton Road en Londres y que se dedicaba a la asesoría e intermediación comercial y financiera. Ella, su única directiva, figuraba profesionalmente como “arrendataria de aeronaves”. Tras su boda no constan movimientos financieros, tan sólo en julio de 2006 se trasladó su domicilio a la calle Francisco de Alcántara, en la urbanización de El Viso, residencia de Rafael del Pino. En noviembre de 2013 pidió el cierre voluntario de su empresa que se certificó el 25 de marzo de 2014. 

Ella siempre afirmó que dedicarse a la banca era completamente incompatible laboralmente con ser esposa de Rafael del Pino, pero ahora, separada de él, tampoco busca regresar a su pasado como financiera, todo lo contrario. Tras un primer año duro en el que reconoce que apenas salía de casa, ha cambiado radicalmente su look, se ha cortado su larga melena rubia y se ha llenado de tatuajes, entre los que están los nombres de sus tres hijas y uno muy llamativo en el que se lee una de las frases más célebres de Winston Churchill en el momento más duro de la Segunda Guerra Mundial: “I have nothing to offer but blood, toil, tears and sweat" (No tengo nada que ofrecer sino sangre, trabajo, lágrimas y sudor). 

El divorcio de la pareja no fue amable, ni de mutuo acuerdo y llegó hasta el Tribunal Supremo (TS), que estimó en parte el recurso del empresario Rafael del Pino por la sentencia de su divorcio y rebajaba bastante la cantidad económica que el empresario dueño de la multinacional Ferrovial debía pagar a su exmujer, Astrid Gil Casares. Así, se rebajó la cuantía indemnizatoria de seis millones de euros a tan solo 840.000 euros.

Este fallo del Alto Tribunal puso fin a uno de los procesos de divorcio más tensos de los últimos años en las altas esferas españolas. El fallo suponía la revocación de una sentencia anterior de la Audiencia Provincial de Madrid, que dictaminó que Del Pino debía abonar en concepto de pensión compensatoria a favor de su esposa 75.000 euros mensuales y una indemnización de seis millones de euros. Ahora serán 7.000 euros al mes por cada una de las tres hijas, es decir, 21.000 euros mensuales.

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