19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Este ingeniero protagonizó uno de los divorcios más sonados de España tras su ruptura con Astrid Gil-Casares, que llegó hasta el Tribunal Supremo

El empresario Rafael del Pino, cuarto español más rico, amplía su poder y mando en Ferrovial

El empresario Rafael del Pino.
El empresario Rafael del Pino.
El empresario Rafael del Pino acaba de ampliar su participación en Ferrovial, la compañía familiar que preside. El considerado como la cuarta fortuna de España logra situar su participación en la empresa en algo más del 20 por ciento, lo que supone una fortuna de unos 3.300 millones de euros.

El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, vuelve a la primera línea de combate haciéndose con más del 20 por ciento del capital de la compañía. Lo ha conseguido este mismo martes, justo antes de navidades. De esta manera, Del Pino, uno de los hombres más ricos de España para la revista Forbes, se hace con el 20,91 por ciento del capital de Ferrovial, lo que supone unos 3.346,8 millones de euros. Antes de este movimiento el empresario declaraba una participación del 19,89 por ciento en Ferrovial, una compañía a la que ha estado ligado toda su vida profesional.

La vida de un empresario

Rafael del Pino Calvo-Sotelo, nacido en 1958, es el segundo de los hijos del fundador de Ferrovial Rafael del Pino y Moreno y sobrino del expresidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo. Ya ha cumplido 20 años como presidente de la compañía y 28 como primer ejecutivo (en 1992 fue nombrado consejero delegado de Ferrovial), en una empresa que controla a través de su sociedad holandesa Rijn Capital que atesora el 20 por ciento aproximado de las acciones de la sociedad. Su fortuna se estima ahora en 3.300 millones de euros lo que le sitúa en la cuarta fortuna de España. 

Rafael del Pino y Astrid Gil Casares el día de su boda.

La patrimonial de Rafael Del Pino, Rijn Capital, no sólo controla el paquete de más de 147 millones de acciones de Ferrovial, también gestiona una serie de SICAV que en el año 2017 aumentaron su patrimonio en casi 100 millones de euros, hasta los 1.133 millones. Igualmente también es la matriz de la sociedad Criu SL, que desde una oficina en el número 23 de la calle Miguel Ángel, en el centro de Madrid, controla inversiones agrarias en las que destaca su finca Los Estanquillos, en Berzocana (Cáceres), con un capital superior a los 32,4 millones o el 25% de la sociedad Family Blend, radicada en las Islas Vírgenes, considerado un paraíso fiscal. Ahora junto a dos de sus hijos, Rafael nacido en 1986 e Ignacio en 1989 busca nuevas oportunidades de inversión en Chile. 

Del Pino mantiene además propiedades en la madrileña colonia de El Viso, Formentera, Cáceres, es dueño de un gran yate y disfruta de avión privado.

El presidente de la empresa Ferrovial, cargo que empezó ejercer el año 2000, había sufrido la trágica muerte de su primera mujer, Cristina Fernández-Fontecha y Torres del Pino, allá por el verano de 1998, cuando navegaban por las aguas de Baleares a bordo de su lujoso yate. Cristina dejaba en vida a tres hijos menores en plena adolescencia: Rafael, Ignacio y Juan. Fueron años muy duros para los Del Pino, que acabaron con el noviazgo y nuevo matrimonio de su padre con Astrid Gil-Casares, que abandonó su trabajo como banquera de inversión en Londres. 

Rafael del Pino conoció a Astrid en Londres en dos fiestas, donde ella trabajaba. Cuando Astrid terminó la carrera de Económicas en ESADE se fue a trabajar a París, a la banca Rothschild, tras un año, cambió París por la capital británica.  En 2004, ha confesado que fue a verlo a Madrid por un tema laboral y empezó rápidamente su relación que acabó en boda en marzo de 2006. 

Boda y tenso divorcio

El enlace -el primero para ella- se celebró el 10 de junio de 2016 con la asistencia de más de doscientos vip´s en la iglesia de la Asunción, de la localidad madrileña de Chinchón, donde Astrid -una mujer de ojos azules y melena rubia- llevó un diseño de Manuel Mota para Pronovias. El ágape se organizó después, con todo tipo de detalles, en la finca 'Encomienda de la Losilla', propiedad de Joao del Espíritu Santo, donde el número de invitados aumentó a más de ochocientos, a quienes se pidió vestir de traje oscuro y a las señoras de vestido largo. 

Ella para nada le asustó está situación, ya que estaba habituada a codearse con los poderosos desde niña. Hija del ingeniero naval Santiago Gil-Casares Armada y su segunda mujer, la francesa Astrid Marie Marlier, nació el 16 de febrero de 1973. Ya en 1976, con tan sólo tres años su nombre ya aparecía en los ecos de sociedad del periódico ABC por su participación en bodas aristocráticas. Siempre se codeó con la alta sociedad madrileña con muchas tardes en el Club de Campo de Puerta de Hierro donde su padre coincidía con la élite desde los Albertos a Miguel Boyer pasando por el círculo más cercano a Felipe VI (hermanos Álvarez Fuster, Kyril de Bulgaria, Javier López Madrid) con algunas muy buenas amistades que aún mantiene, como con Isabel Sartorius.  

En Londres no sólo trabajó con bancos de inversión como JP Morgan, también llegó a crear su propia empresa en marzo de 2004, Gil Casares Consultant Limited, con un capital de 1.000 libras y que domicilió en Old Brompton Road en Londres y que se dedicaba a la asesoría e intermediación comercial y financiera. Ella, su única directiva figuraba profesionalmente como “arrendaría de aeronaves”. Tras su boda no consta movimientos financieros, tan sólo en julio de 2006 se trasladó su domicilio a la calle Francisco de Alcántara, en la urbanización de El Viso, residencia de Rafael del Pino. En noviembre de 2013 pidió el cierre voluntario de su empresa que se certificó el 25 de marzo de 2014.  

Astrid Gil Casares tras su cambio radical de imagen.

Ella siempre afirmó que dedicarse a la banca era completamente incompatible laboralmente al ser esposa de Rafael del Pino, pero ahora, separada de él, tampoco busca regresar a su pasado como financiera, todo lo contrario. Tras un primer año duro en el que reconoce que apenas salía de casa, no sólo ha cambiado radicalmente su look, se ha cortado su larga melena rubia y se ha llenado de tatuajes, entre los que están los nombres de sus tres hijas y uno muy llamativo en el que se lee una de las frases más célebres de Winston Churchill en el momento más duro de la Segunda Guerra Mundial: “I have nothing to offer but blood, toil, tears and sweat" (No tengo nada que ofrecer sino sangre, trabajo, lágrimas y sudor).

El divorcio de la pareja no fue amable ni de mutuo acuerdo y llegó hasta el Tribunal Supremo (TS), que estimó en parte el recurso del empresario Rafael del Pino por la sentencia de su divorcio y rebajaba bastante la cantidad económica que el empresario dueño de la multinacional Ferrovial debía pagar a su ex mujer, Astrid Gil Casares. Así se rebajó la cuantía indemnizatoria de seis millones de euros a tan solo 840.000 euros.

Este fallo del Alto Tribunal puso fin a uno de los procesos de divorcio más tensos de los últimos años en las altas esferas españolas. El fallo suponía la revocación de una sentencia anterior de la Audiencia Provincial de Madrid, que dictaminó que Del Pino debía abonar en concepto de pensión compensatoria a favor de su esposa 75.000 euros mensuales y una indemnización de 6 millones de euros. Ahora serán 7.000 euros al mes por cada una de las tres hijas, es decir, 21.000 euros mensuales.

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