
Las sombras en Duro Felguera de Eduardo Espinosa: Guerra con los sindicatos por su ERE
El directivo mexicano de la siderúrgica quiere despedir a 700 de 1.500 empleados pese a que la SEPI la mantiene con vida
La histórica ingeniería asturiana Duro Felguera atraviesa uno de los momentos más delicados de sus más de 160 años de historia. Bajo la dirección del mexicano Eduardo Espinosa, la empresa trata de evitar el colapso financiero en medio de litigios internacionales, reestructuraciones internas y una fuerte dependencia del apoyo del Estado español.
La empresa ha solventado el litigio que tenía pendiente en Argelia, lo cual era imprescindible para que la SEPI la mantuviese con vida. El brazo gubernamental va a convertir los 120 millones que le debe por un 'préstamo' durante la pandemia en acciones. Esto le otorgará una mayoría accionarial.
Un acuerdo estratégico para evitar el colapso
El movimiento más reciente de Duro Felguera ha sido la firma de un memorándum de entendimiento con la compañía estatal argelina Sonelgaz. El objetivo: alcanzar una resolución amistosa sobre el contrato para la construcción de la central eléctrica de Djelfa, cuya ejecución quedó paralizada y derivó en una reclamación multimillonaria.

La solución pactada pasa por ceder el contrato a un consorcio liderado por China Power Engineering & Consulting Group International Engineering. A cambio, Duro Felguera pagará una indemnización que rondará los 100 millones de euros. Esta cifra está muy por debajo de los más de 400 millones que inicialmente reclamaba la parte argelina.
Este gesto ha sido visto como esencial para allanar el camino hacia el respaldo definitivo de la SEPI. La Moncloa ha dejado claro que no destinará más recursos públicos si la compañía no resuelve primero sus frentes legales internacionales. El respaldo del Estado permitiría a Duro Felguera convertir en acciones los 120 millones de euros que debe a la SEPI.
Reestructuración 'dolorosa'
Pero mientras negocia en el exterior, en el interior de sus fronteras Duro Felguera se enfrenta a una severa reestructuración. Está previsto un despido colectivo que implicará a cerca de 700 trabajadores, repartidos entre cinco de sus principales filiales: DFSA, DFOM, DF Energy Storage, DF Intelligent Systems y DF Green Tech. Las cifras definitivas se conocerán tras la negociación que está prevista a partir del 7 de julio, con un periodo de consultas que se prolongará durante un mes.

La venta de activos también continúa como parte del plan de viabilidad. La compañía cerró ayer la venta del conocido 'Tallerón' en Gijón a Indra por 3,6 millones de euros. Y se ha planteado incluso vender su sede principal por más de 20 millones, para luego mantenerse como inquilina.
Todos los ojos miran a Eduardo Espinosa, cercano a la Moncloa
Al frente del proceso está Eduardo Espinosa, un economista mexicano con formación en Harvard y una dilatada experiencia en el ámbito público y privado. Su perfil técnico y político le ha permitido liderar la ampliación de capital de Duro Felguera. Y gestionar, desde una posición de cercanía con el Gobierno español, las negociaciones más críticas para el futuro de la empresa.
Espinosa llegó a la presidencia tras la abrupta salida de Jaime Argüelles como consejero delegado. La renuncia estuvo envuelta en tensiones internas y dudas sobre la gestión económica anterior, tal y como detalló elcierredigital.com. Según fuentes sindicales, la caja de la compañía estaba prácticamente a cero, y se están revisando más de 200 millones de euros en gastos bajo lupa.
Desconfianza del mercado y señales de alarma
La situación financiera ha encendido las alarmas también en el sector privado. Deloitte, la auditora de la empresa, ha cuestionado directamente su viabilidad como negocio. En su último informe dejó claro que el fondo de maniobra negativo, así como la acumulación de deudas generan "una incertidumbre material" sobre su capacidad para seguir operando.
A ello se suma la suspensión de su cotización en bolsa por parte de la CNMV a finales de 2024, tras conocerse la demanda. Esta circunstancia, junto a la negativa de bancos a seguir financiando a la empresa, ha obligado a Duro Felguera a buscar fórmulas de supervivencia.

Además, la compañía ha perdido recientemente contratos clave en el ámbito internacional. Primero fue la cementera Holcim en Canadá. Y luego un proyecto en Portugal con Maire Tecnimont. La falta de solvencia hace que potenciales clientes busquen alternativas más seguras.
Un rescate con condiciones
Desde el Gobierno del Principado de Asturias, el presidente, Adrián Barbón, ha defendido la necesidad del rescate. Aunque también ha exigido un plan de viabilidad convincente. El Gobierno no quiere que Duro Felguera se convierta en otro pozo sin fondo. Por ello, tanto Prodi como Mota Engil, grupos mexicanos con participación en la compañía, deben garantizar que la reestructuración va más allá de una simple inyección de capital.
Con la Junta General de Accionistas prevista en julio, que se celebrará de forma virtual y austera para reducir costes, Eduardo Espinosa deberá explicar detalladamente los próximos pasos de la compañía. Mientras tanto, los empleados y los activistas de Asturies pola Paz siguen exigiendo un futuro industrial civil y sostenible para el 'Tallerón'.
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