
El plan de Sánchez para la energía nuclear en España: Cómo va a cerrar los 7 reactores
El Gobierno apoya el cierre progresivo de nucleares mientras niega que el apagón se deba a la falta de energía atómica
La Península Ibérica vivió este lunes el mayor apagón eléctrico de su historia. A las 12:33 horas, en apenas cinco segundos, el sistema eléctrico de España y Portugal colapsó. Y dejó sin suministro a millones de hogares, empresas e infraestructuras críticas.
Se trató de un desplome instantáneo de 15 gigavatios (GW) de generación. Aproximadamente el 60% de la electricidad que se consumía en ese momento. Esto provocó un corte de luz generalizado que tardó hasta 24 horas en restablecerse en algunos municipios.
Este ‘cero eléctrico’ sin precedentes ha sacudido la política energética nacional y reabierto un debate latente. ¿Puede España permitirse el cierre progresivo de sus centrales nucleares en plena transición hacia un modelo renovable?
La investigación preliminar de Red Eléctrica de España (REE) apunta a una caída abrupta de la generación solar fotovoltaica como desencadenante. Según explicaciones oficiales, el sistema sufrió una perturbación extrema que provocó su desconexión automática del resto de Europa y el posterior colapso interno.
Aunque las causas últimas siguen bajo análisis, el apagón ha encendido todas las alarmas sobre la resiliencia del sistema eléctrico. En un país que apuesta por la eliminación de la energía nuclear en 2035.

Como ya informamos en elcierredigital.com, España mantiene desde 2019 un plan de desnuclearización gradual. Una estrategia fruto de un acuerdo entre el Gobierno y las principales eléctricas (Iberdrola, Endesa y Naturgy).
El calendario estipula el cierre ordenado entre 2027 y 2035 de los siete reactores nucleares en funcionamiento. Su aportación (cerca del 20% de la generación actual) será sustituida progresivamente por energías renovables.
Esta estrategia forma parte del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). El objetivo es alcanzar un sistema eléctrico 100% libre de emisiones en 2050. Más de la mitad de la electricidad generada en 2024 ya provino de renovables, lo que reforzó la apuesta por un 'mix' más limpio.
No obstante, voces críticas del sector empresarial y de partidos de oposición como el Partido Popular (PP) advierten de los riesgos de prescindir demasiado rápido de una fuente estable como la nuclear.
El pasado mes de febrero el Congreso aprobó una proposición no de ley del PP pidiendo reconsiderar el cierre de las nucleares. Se alegaba la necesidad de reforzar la seguridad de suministro ante un contexto energético incierto.

Sin embargo, el Ejecutivo de Pedro Sánchez mantuvo firme su posición. El calendario de cierre no se revisará y, según el Gobierno, fue acordado en su día por las propias compañías operadoras.
Ahora, tras el histórico apagón, hay más voces críticas que sugieren una revisión del plan. Especialmente teniendo en cuenta el tiempo que España tardó en recuperar el suministro frente a otros países afectados como Andorra o el sur de Francia. ¿Podría la energía nuclear haber solucionado este problema antes?
El rol de la energía nuclear en la estabilidad de la red
La energía nuclear se valora por su capacidad de generación continua y su aportación a la inercia del sistema eléctrico. Factores que contribuyen a amortiguar perturbaciones de frecuencia. Desde este punto de vista, numerosos expertos sostienen que una red con más nucleares operativas habría sido más resistente frente a un evento como el de este lunes.
En teoría, la presencia de grandes generadores síncronos como los reactores nucleares podría haber reducido la caída de frecuencia que precipitó el colapso. Además, se argumenta que una mayor proporción de producción firme habría mitigado la pérdida repentina de potencia.
Sin embargo, los datos muestran matices cruciales. España contaba con centrales nucleares operativas el día del apagón, pero cinco de los siete reactores estaban parados por mantenimiento o falta de competitividad frente a las renovables.

Solo dos reactores (aportando unos 2 GW) estaban activos, y también se desconectaron durante el apagón. Las protecciones automáticas afectaron a todas las tecnologías por igual. Incluyendo la nuclear, que además necesitó energía externa para mantener sus sistemas esenciales tras el apagón.
Así lo reconoció el propio presidente de REE y fue reiterado por Pedro Sánchez, quien subrayó que "la energía nuclear no fue más resiliente" que las renovables en esta crisis. Por tanto, aunque una mayor aportación nuclear podría haber aportado cierta estabilidad extra, no habría garantizado evitar el colapso.
Los expertos, entre la cautela y el pragmatismo
La comunidad técnica coincide en que el gran apagón fue consecuencia de una tormenta perfecta. Una pérdida súbita de generación, una desconexión automática del sistema europeo y una caída de frecuencia demasiado rápida para ser contenida.
Especialistas como Jorge Fabra, expresidente de REE, o académicos de la Universidad Pontificia Comillas destacan que la solución no pasa por frenar las renovables ni resucitar viejas plantas nucleares, sino por reforzar el sistema. Más interconexiones, más almacenamiento, mecanismos de respuesta rápida y modernización de los controles automáticos.

Para estos expertos, la transición energética hacia renovables es viable y deseable. Pero también requiere grandes inversiones en redes inteligentes y sistemas de respaldo. Por otra parte, señalan que las nucleares, aunque estables, no son flexibles para seguir variaciones de demanda ni adaptarse a caídas de producción.
Del lado nuclear, representantes como Ignacio Araluce (Foro Nuclear) sostienen que cerrar las centrales ahora es precipitado. Piden prolongar su vida útil mientras se despliegan suficientes alternativas firmes.
Desde el sector advierten que reemplazar la nuclear podría encarecer el precio de la electricidad hasta un 30%. Un factor que aumentaría la dependencia del gas en los próximos años.
Pedro Sánchez no aclara las incógnitas tras el apagón
En sus comparecencias tras la crisis, Pedro Sánchez ha defendido la hoja de ruta del Gobierno y ha criticado duramente a quienes vinculan el apagón con la política de cierre nuclear. El presidente aseguró que “quienes hacen esa vinculación mienten o demuestran su ignorancia”.
Sánchez insiste en que el apagón no cuestiona el modelo de transición energética. Modelo que seguirá basándose en renovables, almacenamiento y redes reforzadas. Entre las medidas anunciadas destacan una auditoría independiente del suceso, la exigencia de responsabilidades a los operadores implicados y una revisión de los protocolos de estabilidad del sistema.
Además, el Ejecutivo planea acelerar proyectos estratégicos. Entre ellos, el nuevo enlace eléctrico submarino con Francia y el despliegue de baterías a gran escala para aportar flexibilidad.
Sin embargo, las respuestas sobre las causas y origen del apagón siguen siendo inciertas.
Un reto de transición, no de marcha atrás
El apagón de este lunes ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de un sistema eléctrico en transformación. Sin embargo, el hecho no altera el rumbo marcado hacia una matriz energética más limpia y resiliente.
España encara el reto de construir un sistema renovable fiable, capaz de afrontar fenómenos extremos como el vivido, sin depender de fuentes fósiles o nucleares. Para lograrlo, será imprescindible fortalecer las infraestructuras, diversificar las fuentes de respaldo y mejorar la gestión dinámica de la red. El apagón ha servido como advertencia para muchos. Además, ha reabierto el debate sobre el equilibrio entre energía renovable y nuclear. Un debate que promete permanecer activo durante los próximos días.
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