‘Operación Interviú’: El desnudo de Bárbara Rey ayudó a cerrar los acuerdos con el CNI

El escándalo del romance y chantaje entre Bárbara Rey y el rey Juan Carlos I alcanzó su punto crítico en 1997. Un año marcado por tensas negociaciones, amenazas y revelaciones. La relación entre la vedette y el monarca se había convertido en un secreto a voces. Ante la posibilidad de que la información saliera a la luz, llevó a los servicios secretos españoles a actuar.

El 22 de septiembre de 1997 Bárbara Rey salió desnuda en la portada de la revista Interviú a cambio de 10 millones de pesetas. Por entonces, ya se había producido el robo del material comprometedor en casa de la vedette. Lo que provocó que la totanera se pusiera en contacto con empresarios como  Mario Conde y Jesús Gil. O periodistas como Manuel Cerdán, Antonio Rubio y Pedro J. Ramírez.

Antes y después del robo en casa de la vedette en mayo de 1997, el CESID (ahora CNI), Casa Real, y Bárbara Rey mantuvieron diversas negociaciones. La totanera, que no atravesaba su mejor momento financiero aquel verano de 1997, veía los acuerdos ‘estancados’. Pues además, la familia real se encontraba de vacaciones en Mallorca. Por lo que todavía estaba en el aire lo que iba a pasar con el material que Bárbara Rey guardaba.

Inspirada por Lady Di, cuyas fotos comprometedoras fueron compradas por los Windsor a través de un medio de comunicación por un millón de dólares, Bárbara Rey contactó con  Interviú.

Interviú sabía el tipo de grabaciones que la vedette tenía bajo custodia y le presentó tres ofertas. La primera era un posado en topless por 5 millones de pesetas. La segunda oferta habría sido un ‘robado’ en ‘topless’ por un par de millones más. 

Por último, la oferta más valiosa, un desnudo integral. Bárbara Rey, que había visto cómo el Emérito delegaba las negociaciones en el CNI y sus allegados de Casa Real, decidió mandar un mensaje.

Así las cosas, los desnudos integrales de la vedette en una playa malagueña salen a la luz el 22 de septiembre. Interviú titula ‘Bárbara Rey desnuda y sin compromiso’, con la palabra 'Rey' resaltando más que el propio encabezado de 'exclusiva'. Curiosamente, en la portada también se ‘cuela’ un reportaje sobre la muerte de Lady Di.

La portada provocó revuelo mediático y aumentó la tensión con la Casa Real. Ya que en ese momento los servicios secretos (CESID, ahora CNI) y la propia Casa Real intentaban evitar que el material gráfico y de audio comprometedor se hiciera público. 

Este material incluía grabaciones de conversaciones privadas entre Bárbara y el rey emérito. En las que se discutían temas sensibles como el golpe militar del 23-F, negocios inmobiliarios en Mallorca y las relaciones íntimas del monarca con la reina Sofía.

Tras la publicación en Interviú (el 22 de septiembre), a principios de octubre de 1997 se celebró una reunión clave en un hotel de Madrid cercano a una estación de  trenes. Concretamente entre el CESID (ahora CNI) y una persona de confianza de Bárbara Rey. Todo para llegar a un acuerdo que evitara la divulgación de material comprometedor de la vedette y el rey Juan Carlos I. 

El acuerdo tras la ‘Operación Interviú’

Los agentes enviados por el CESID fueron "Aurelio" y "Andrés", dos de los más reconocidos de la organización, junto al entonces director Javier Calderón. Los tres tuvieron acceso al material esa noche e hicieron un visionado de las imágenes. Rápidamente comprendieron la gravedad del contenido.

Ofrecieron inicialmente 40 millones de pesetas a Bárbara y 3 millones mensuales  para comprar su silencio y destruir el material que poseía. 

Sin embargo, las negociaciones no resultaron sencillas. El CESID sabía el ritmo de vida que llevaba Bárbara. Tenían en cuenta que si daban un pago único la vedette podría regresar pidiendo más. Tras varios intercambios y presiones, el acuerdo se cerró días después en 50 millones de pesetas más un pago mensual indefinido de 5 millones. 

El acuerdo dejó abierta una pregunta crucial. ¿Quién pagaría esa enorme suma de dinero? El CESID —sustentado con dinero público— no tenía la capacidad financiera para sostener un acuerdo de estas características. Esto llevó a un "acercamiento a los amigos del rey", evidenciando que el dinero provenía de diversas fuentes. 

Según las investigaciones y testimonios recopilados por Elcierredigital.com, en 1994 el CESID ya había ofrecido a Bárbara 25 millones al mes para evitar que revelara su relación con Juan Carlos I. 

Sin embargo, los pagos se interrumpieron posteriormente, lo que provocó que Bárbara exigiera nuevas negociaciones en 1997. Coincidiendo con su aparición en la portada de Interviú.

Bárbara Rey tenía en su poder audios y grabaciones que detallaban los encuentros íntimos y las conversaciones con el Emérito. Incluyendo temas de Estado, comisiones en la industria petrolera y discusiones sobre el círculo cercano al monarca. 

Además,  se sabe que ella grababa a muchas personas de su entorno, incluido su exmarido Ángel Cristo. Esto añadía más complejidad a la situación.

Tras las reuniones con el CNI, Bárbara Rey aseguró haber recibido amenazas de muerte y denunció hasta tres veces un robo en su domicilio en el que se llevaron parte del material audiovisual. La tensión y los pagos continuaron durante años. Hasta que en 2004, Alberto Saiz, al asumir la dirección del CNI bajo el Gobierno de Rodríguez Zapatero, puso fin a estos pagos.

El caso dejó al descubierto la red de operaciones encubiertas y chantajes que giraban en torno a la Casa Real y los servicios secretos. Mostrando el alcance de los intentos de la monarquía por mantener ciertos asuntos ocultos a la opinión pública