
Finetwork en jaque: Pascual Pérez, acorralado por deudas y juicios, ultima su venta
La operadora de telecomunicaciones alicantina, que depende del acceso a la red de Vodafone, acumula impagos millonarios
En un contexto de máxima tensión interna, bajo el peso de una deuda millonaria, el empresario Pascual Pérez ha iniciado la venta de Finetwork al fondo español Asterion Industrial Partners. El operador de telecomunicaciones habla sobre un "principio de acuerdo estratégico" que busca apuntalar el plan de reestructuración que la compañía está intentando culminar.
Aunque la dirección no ha confirmado públicamente las cifras del acuerdo, varias fuentes apuntan a que la operación podría cerrarse en torno a los 200 millones de euros. A esta cantidad se le añadirían otros 100 millones de deuda que el fondo asumiría.
La posible adquisición, sin embargo, no soluciona de inmediato el incendio financiero que arrastra la empresa. Ni borra los últimos episodios que evidencian algunas de sus fragilidades.
Pascual Pérez, de visionario a empresario contra las cuerdas
Fundador y rostro visible de Finetwork, Pascual Pérez, apodado 'el Steve Jobs de Elda', es hoy una figura muy cuestionada del sector. Tras años de crecimiento a golpe de campañas millonarias protagonizadas por futbolistas de élite y con una imagen moderna que atrajo a más de un millón de clientes, la operadora atraviesa uno de los momentos más críticos desde su fundación en 2015.

La presión crece sobre el empresario no solo por la montaña de impagos, sino también por la salida de nombres relevantes de su entorno. El caso más llamativo es el de Alfredo Pérez, presidente de Kai Capital. Este empresario ha abandonado el consejo de administración apenas unos meses después de invertir 20 millones de euros en la compañía.
La decisión ha sido interpretada por muchos como un gesto de desconfianza hacia la viabilidad de Finetwork.
Vodafone, el proveedor al que ya no se le puede pagar
El verdadero punto de inflexión de la crisis de Finetwork llega de la mano de Vodafone. Finetwork, operando como OMV, depende del acceso a la red de Vodafone para prestar sus servicios.
Sin embargo, según fuentes del sector, la operadora alicantina acumula "varias decenas de millones" en impagos. Una deuda que se ha ido fraguando en silencio y que ahora amenaza con hundir la operativa del grupo.

Vodafone ha llevado el caso ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Esta dictó una resolución firme: Finetwork debía saldar su deuda en un plazo de 10 días. No lo hizo. Y aunque Vodafone aún no ha ejecutado el corte de suministro mayorista, el reloj sigue corriendo y el riesgo de interrupción del servicio permanece latente.
Más allá del posible colapso operativo, lo que preocupa es la imagen de solvencia de Finetwork. La dependencia de un solo proveedor se ha convertido en su mayor vulnerabilidad.
Ventas forzadas y entradas de emergencia
En un intento por ganar tiempo, Finetwork ha optado por desprenderse de activos clave. En 2024 vendió su red de 91.000 unidades inmobiliarias de fibra óptica por 16 millones de euros. Con ello redujo su autonomía tecnológica a cambio de liquidez inmediata. También permitió la entrada de Kai Capital, que inyectó otros 20 millones, aunque la mitad fue registrada como deuda.
Estas decisiones, lejos de apuntalar la estructura empresarial, han confirmado la urgencia con la que la compañía intenta evitar la suspensión de pagos. En paralelo, la operadora sigue sin un CEO tras la marcha de Óscar Vilda a Dazn. Y no parece haber encauzado una estrategia clara de liderazgo para guiar el proceso de reestructuración.
Resultados que no convencen
Sobre el papel, Finetwork cerró 2023 con cifras que podrían parecer positivas: ingresos totales de 158,9 millones de euros (un 27,7% más que el año anterior), un beneficio neto de 2,7 millones y un EBITDA de 15,2 millones. Sin embargo, estos datos esconden realidades menos halagüeñas: buena parte del éxito financiero proviene de condonaciones de deuda y operaciones extraordinarias.

El patrimonio neto creció un 35,7% y el número de clientes superó el millón. Pero el aumento de ingresos no ha ido acompañado de estabilidad estructural. De hecho, Finetwork no ha dado a conocer sus números de 2024.
El futuro de Finetwork, cada vez más incierto
Las proyecciones para 2024 incluían un ambicioso plan de crecimiento. El mismo contemplaba un aumento de un 29% de los ingresos para alcanzar los 157 millones de euros. También se contemplaba la expansión del 5G y la entrada en nuevos territorios. Pero esto depende ahora del desenlace de la venta a Asterion y de la capacidad de la operadora para recuperar la confianza de sus socios.
En un mercado dominado por gigantes y con la 'low-cost' Digi capturando clientela con ofertas agresivas (como fibra por 15 euros al mes), Finetwork se encuentra en una encrucijada crítica. Lo que parecía un ascenso meteórico podría terminar en caída libre si no logra estabilidad.
Y Pascual Pérez, el hombre que lo empezó todo, deberá decidir si sigue liderando el timón. O si por fin se hace a un lado para calmar las aguas.
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