
La otra cara de José Miguel García, el CEO de Vodafone España que pierde mercado
El directivo de la teleco dice que no se vende a Telefónica mientras las fusiones y fuga de clientes dominan al sector
En plena transformación de Vodafone España, su consejero delegado, José Miguel García, se aferró este miércoles a la negación firme ante los crecientes rumores sobre una posible venta de la compañía a Telefónica:
“Son rumores infundados”, aseguró durante su intervención en el Digital Summit 2025. "Es extraño que estas informaciones aparezcan justo cuando estamos en plena transformación y crecimiento", añadió el directivo.
Estas declaraciones buscan poner freno a una ola de especulación que se había intensificado en los últimos días. Desde elcierredigital.com ya señalamos que Telefónica estaría explorando vías para adquirir Vodafone España. A pesar de las limitaciones regulatorias impuestas por el Gobierno y del elevado endeudamiento que arrastra la operadora presidida por José María Álvarez-Pallete.
Desde Telefónica, sin embargo, también se ha negado cualquier tipo de negociación activa.
Nacido en Madrid en 1962, García se licenció en Ingeniería de Electricidad y Electrónica tras estudiar y vivir en Australia. Completó un máster en Comunicaciones Digitales en la Universidad Monash de Melbourne y convivió con esa cultura empresarial por más de una década.

Su carrera comenzó en British Aerospace, con etapas posteriores en PepsiCo, Rolls-Royce y como director financiero en Tesco, antes de formar parte de Cable & Wireless a través de la venta de su propia consultora, Case Technology.
La entrada en el mundo de las telecomunicaciones se consolidó con su nombramiento como CEO de Jazztel en 2006. Por entonces contaba con el respaldo del cubano Leopoldo Fernández Pujals. Logró sanear las finanzas, ampliar capital y relanzar la marca, haciéndola crecer hasta superar 850.000 clientes y lograr beneficios.
Poco después, dirigió la transformación de Euskaltel (2019–2021), extendiéndola a Asturias y Galicia, y liderándola hacia su integración con MásMóvil. Su desempeño en estas empresas le valió el apodo de “rey Midas de las telecos”.

En junio de 2024 asumió oficialmente el mando de Vodafone España tras la compra por parte de Zegona Communications por 5.000 M€, sustituyendo a Mário Vaz.
Su nombramiento estuvo condicionado por una cláusula de no competencia acordada con MásMóvil, que expiraba a finales de año. Zegona negoció una liberación a principios de junio.
Una gestión marcada por decisiones drásticas
En su primer trimestre al frente, García aprobó un ERE que afectó a 898 trabajadores, con un 75% de salidas voluntarias. çTambién acometió una reestructuración de la cúpula directiva, apostando por un modelo más ágil e incorporando a perfiles procedentes de otras operadoras como Digi.
Paralelamente, lanzó una nueva estrategia centrada en tres pilares: eficiencia operativa, crecimiento del negocio mayorista e innovación tecnológica. La firma cerró acuerdos con operadores como Silbö Telecom, firmó una alianza con Phone House para ampliar su presencia comercial y abrió un nuevo centro de atención al cliente en Valladolid.
Vodafone España ante un mercado adverso
La situación de Vodafone España en el mercado es compleja. Según datos de la CNMC, cuenta con el 21,4% de las líneas móviles, por detrás de Movistar (26,9%) y Orange (21,6%).
En octubre de 2024, perdió 100.000 líneas, de las cuales unas 60.000 correspondían a ajustes internos relacionados con Finetwork. A pesar de una leve recuperación de ingresos trimestrales (1,1%), los retos siguen presentes.
La presión de las operadoras low-cost como DIGI, Finetwork o Xenet ha estrechado los márgenes y obligado a las grandes compañías a revisar sus estrategias. En este entorno, Vodafone ha apostado por reforzar su negocio mayorista, abriendo el acceso a su red a terceros y buscando nuevas fuentes de ingresos.

Uno de los pilares de la estrategia de García es la participación en dos sociedades clave de compartición de red (FibreCo): una con Telefónica para explotar 3,6 millones de unidades inmobiliarias, y otra con MasOrange, que aspira a convertirse en la mayor red de fibra de Europa con 12,2 millones de hogares cubiertos.
No obstante, el proceso de captación de inversores para estas sociedades no está cumpliendo las expectativas iniciales. Las ofertas recibidas estarían por debajo de los 7.000 millones de euros, lejos de las valoraciones deseadas.
La tensión del mercado y la saturación de infraestructuras han complicado los planes de Zegona y Vodafone, retrasando plazos y forzando ajustes. Todo ello sitúa a la compañía en una posición delicada respecto a su estrategia de desapalancamiento.
Resultados dispares y presión competitiva
Vodafone Group cerró su ejercicio fiscal 2024-2025 con unas pérdidas netas de 3.746 millones de euros. Todo a pesar de un crecimiento del 1,9% en ingresos hasta los 37.448 millones.
La filial española, ahora desvinculada de las cuentas globales por su venta a Zegona, sigue siendo clave en la estrategia del fondo británico, que confía en revalorizarla en los próximos ejercicios.
Aun así, las amenazas son palpables. La guerra de precios, la irrupción de nuevas tecnológicas y el descenso del ARPU (ingreso medio por usuario) suponen un riesgo estructural. Fuentes del sector señalan que Vodafone necesita estabilizar su base de clientes y rentabilizar su red de fibra y 5G para revertir la tendencia.

Pese a la negativa oficial, diversas fuentes apuntan a que Telefónica sí ha mostrado interés en adquirir Vodafone España, algo que estaría condicionado por el alto endeudamiento del grupo (más de 27.000 millones de euros) y la oposición de Moncloa a operaciones que reduzcan la competencia en el mercado.
La estrategia de Zegona, basada en la secuencia "buy-fix-sell" (comprar, arreglar y vender), mantiene abierta la posibilidad de una futura desinversión si se alcanzan los objetivos de revalorización. La verdadera pregunta es si García podrá completar ese ciclo sin que factores externos precipiten una venta antes de tiempo.
El lado personal de José Miguel García
García también destaca por su pasión por el golf, una afición que le permite combinar deporte y conversaciones de negocios. Está casado y tiene dos hijos, con quienes mantiene una relación cercana, según definen quienes le conocen como “extremadamente familiar”.
Su vínculo con Australia no sólo fue profesional: allí descubrió su amor por el vino y en 2022 impulsó una pequeña bodega en Almería. Según García, ese proyecto vitivinícola simboliza su filosofía: adaptarse, explorar y transformar, con un enfoque alejado de los estándares tradicionales de Rioja o Ribera.
Según fuentes de su entorno también es ávido lector. Su despacho alberga una colección de libros sobre tendencias tecnológicas, cultura empresarial y desarrollo personal. Reconoce la importancia del balance entre familia y trabajo, una virtud que ha transmitido en su recorrido como ejecutivo.
García afronta su segundo año como CEO de Vodafone España con una agenda ambiciosa pero rodeada de presiones.
Su gestión ha traído aire fresco, pero los resultados aún no han consolidado el giro esperado. Por ahora, la compañía no está en venta, al menos según su máximo responsable. Sin embargo, los movimientos en el sector invitan a pensar que la última palabra, probablemente, aún no está dicha.
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