27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Anastasia, su primogénita, llegó a ser invitada al yate del millonario Pepe Fanjul y se dice que el pequeño Alexander llamaba “papá” a Juan Carlos I

Corinna Larsen vuelve a escena con la serie alemana sobre el rey Emérito: Todo sobre los hijos de la 'aristócrata'

El Cierre Digital en Corinna Larsen y sus hijos: Alexander y Anastasia.
Corinna Larsen y sus hijos: Alexander y Anastasia.
Con motivo del documental de la televisión alemana ‘Juan Carlos: amor, dinero y traición’, han salido a la luz algunas imágenes de Corinna, el emérito y Alexander, hijo pequeño de la empresaria. Alexander pasó gran parte de su infancia con Juan Carlos I debido a la relación que mantenía con su madre. Anastasia, la hija mayor de la empresaria, se mantuvo más al margen, aunque llegó a ser invitada al yate de Pepe Fanjul.

Corinna Larsen no pierde una oportunidad para hablar de la relación que mantuvo con el emérito Juan Carlos I. Ya lo hizo en el pódcast ‘Corinna y el Rey’ y ahora vuelve a hacerlo para la televisión alemana en el documental de Sky ‘Juan Carlos: amor, dinero y traición’ (Juan Carlos: liebe, geld, verrat, en alemán). Aunque no es solo su propia relación con el emérito lo que la empresaria alemana saca a relucir, sino también la relación de sus hijos con el exmonarca.

La empresaria tiene dos hijos de dos matrimonios diferentes: Anastasia (31) y Alexander (21). Es este último el que más trato ha tenido durante su infancia con el emérito —debido a la relación que mantuvo su madre con este— y el que ha suscitado más rumores. En el tráiler del reciente documental no faltan las fotos que Corinna ha cedido sobre esta idílica etapa entre madre, hijo y rey de España. La propia Corinna ha afirmado en diversas ocasiones que Alexander llamaba “papá” al Emérito. Unas declaraciones que pueden generar confusión y que han creado rumores sobre la paternidad del pequeño de Larsen.

No obstante, para cuando Corinna conoció al Emérito, Alexander ya tenía dos años. De ahí las idílicas imágenes que se presentan ahora como si fuesen una familia feliz y que, después del viaje a Botsuana que implicó el inicio de la caída del emérito, se ha visto desestructurada. Poco queda del pequeño Alexander llamando “papá” al emérito y de la hija mayor de Corinna acercándose a las altas esferas del monarca.

Anastasia Adkins, la primogénita de Larsen

Corinna ha sido una escaladora social toda su vida. Estudió Relaciones Internacionales en Ginebra y con 21 años se fue a trabajar a París, donde conoció al empresario británico Philip Adkins. Apenas tres años después, contrajo matrimonio con él, con quien tuvo a su primera hija en el año 1992: Anastasia Adkins. Aunque el matrimonio se disolvió, la relación entre ambos tras la ruptura fue buena.

Anastasia es probablemente la hija menos mediática de Corinna, quizá porque su implicación con el exmonarca español fue menor que la de su hijo Alexander. Estudió en el campus de Deerfield, en Massachusets y posteriormente inició sus estudios de Historia del Arte y Empresariales en la Universidad de Columbia (Nueva York).

Anastasia Adkins.

Los que la conocen la describen como una persona inquieta y aplicada, algo que se puede ver en su currículum. Hizo prácticas en la casa de subastas Christie’s, en el departamento de marketing de la empresa tecnológica Tencent e incluso aceptó una beca de traducción y organización de logística para algunas exposiciones del Museo del Prado de Madrid. También trabajó para el arquitecto Tom Grassi y sus experiencias laborales en estos países la han hecho dominar el español, el inglés y el alemán.

Cuando tenía unos 23 años, según contó su madre al excomisario Villarejo, recibió la invitación del emérito para que subiera al yate del millonario cubano amigo de Juan Carlos I Pepe Fanjul. “Explica que tu hija de 23 años está con unos tíos de 78 en el barco de Fanjul con el Emérito”, así le contaba Corinna al excomisario un suceso que no le hizo especial ilusión.

Ahora, Anastasia, después de haber estado viviendo una temporada en la capital de España, ha vuelto al refugio de los rascacielos de Nueva York, donde reside en la actualidad.

Alexander zu Sayn-Wittgenstein, el hijo que llamaba “papá” al Emérito

Tras su matrimonio con Adkins, Corinna conoció al príncipe alemán Johann Casimir zu Sayn-Wittgenstein. Fue en el año 2000 cuando ambos contrajeron matrimonio y la empresaria alemana ascendió al puesto de princesa. Dos años más tarde, en el año 2002, nacía Alexander Kyril Ludwig Peter Salentin Maria Gabriel zu Sayn-Wittgenstein, más conocido como Alexander zu Sayn-Wittgenstein.

El matrimonio entre Corinna y Casimir tan solo duró cinco años. Un año antes de su divorcio, en 2004, fue cuando Corinna conoció a Juan Carlos I en una cacería en Ciudad Real. Según confesó la propia Corinna en su pódcast, esta le ayudó cuando tenía problemas con un arma y surgió la chispa del amor.

Corinna, Juan Carlos I y Alexander.

Desde aquel año, Corinna y el emérito mantuvieron una relación intermitente hasta el año 2012, cuando todo estalló en esa cacería de Botsuana. Y siendo Alexander menor de edad, cada vez que su madre pasaba tiempo con el monarca español, también lo hacía él.

Según la empresaria, Juan Carlos I consentía “muchísimo” a Alexander, “quizá hasta más que a cualquiera de sus hijos” e incluso “lo cambiaba y lo ayudaba a vestirse”. Las instantáneas que la propia Corinna ha compartido sobre aquellos años “en familia” no dejan lugar a dudas. En algunas de ellas se puede ver al emérito jugando con el pequeño Alexander, sacándole fotos con su madre e incluso haciendo una barbacoa con un atuendo del todo informal con el niño al lado.

Alexander y Juan Carlos I haciendo una barbacoa.

Muchas de estas fotografías pertenecen a la idílica época que Corinna, Alexander y el emérito vivieron en la casa de La Angorilla en Migorrubio, en El Pardo, situada cerca de La Zarzuela. Ahí, el emérito dejaba —bajo supervisión— que Alexander condujera un quad por los alrededores.

Refugio en Los Alpes y la cacería de “cumpleaños” en Botsuana

Pero no todo eran vacaciones. Alexander estudió durante su infancia en un elitista colegio en los Alpes Suizos llamado Aiglon. El diario El Mundo cifró la matrícula en torno a los 40.000 euros. De hecho, en Suiza tenía Corinna un dúplex situado en el complejo de lujo Domaine Rochegrise en Los Alpes. Aunque Corinna lo vendió en el año 2013, para entonces el dúplex se había convertido en uno de los refugios de la pareja.

Según las fuentes consultadas por elcierredigital.com, Don Juan Carlos pasó allí casi una semana en febrero de 2012, coincidiendo con el décimo cumpleaños de Alexander. Fue entonces cuando se comprometió con el niño a llevarlo a su primera cacería en África, en Botsuana. Y así lo hizo en abril de 2012.

Y allí todo se torció. La madrugada del 14 de abril de 2012, un avión trasladó de Botsuana a España al Rey, porque tenía la cadera rota y había que ingresarlo en el hospital San José de Madrid. Ese día estalló todo.

Antes de aquello, se dice que Alexander estuvo junto a su madre en algunos de los momentos más duros de la vida del emérito, como cuando fue intervenido por un nódulo en el pulmón en el año 2011.

Juan Carlos I, Alexander y Corinna en Navidad.

Pero tras la cacería en Botsuana todo cambió. Corinna y el emérito se distanciaron y comenzaron los problemas entre ambos que, incluso, les han llevado hasta los juzgados.

Ahora, Alexander tiene 21 años, vive en Inglaterra, donde estuvo estudiando en un internado inglés y se codea con la jet set internacional. Es creador de una fundación en Kenia y tiene aficiones tales como tocar el piano, pilotar aviones y la gastronomía.

En la página web de la familia Sayn-Wittgenstein-Sayn el nombre de Alexander Kyril aparece, pero el de Corinna queda limitado a “un matrimonio civil anterior” después de que Casimir se casara con la modelo estadounidense Alana Bunte, con quien ya ha tenido dos hijos.

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