26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Esta sevillana de la rica familia Benjuméa salió con el poderoso Vicepresidente del Gobierno de Felipe González y tuvieron juntos una hija, Alma

María Jesús Llorente: La historia de la pareja que rompió la vida sentimental de Alfonso Guerra

El Cierre Digital en María Jesús Llorente.
María Jesús Llorente. / La sevillana fue pareja de Alfonso Guerra en los años ochenta.
Los años ochenta fueron los del cambio político en España con la llegada del PSOE de Felipe González y Alfonso Guerra al poder. Con el avance de la década, las relaciones sentimentales de los nuevos líderes coparon la atención de los medios. Fue el caso del vicepresidente y su relación extramatrimonial con la bella sevillana María Jesús Llorente con la tuvo una hija, Alma, nacida en Roma en junio de 1983.

Las guerras internas en el PSOE y en cualquier otro partido político no tienen nada de novedad. Sin embargo, hay hechos que ponen de manifiesto las fracturas existentes de forma evidente. Es lo que ha ocurrido con la ausencia de de Alfonso Guerra al acto para conmemorar el cuarenta aniversario de las elecciones que les llevaron a él y a Felipe González a La Moncloa y al Partido Socialista al Gobierno de la nación. 

Unos días antes de la celebración, el que fuera vicepresidente del Gobierno entre 1982 y 1991, aseguró que no había sido invitado al evento, lo que generó todo tipo de comentarios en los medios de comunicación que fueron in crescendo al confirmarse la ausencia de Guerra en el evento, al que sí que acudió Felipe González

Felipe y Alfonso formaron en los años ochenta el tándem político con más influencia y poder en España. Guerra se encargó de la vicepresidencia y controló con mano de hierro el aparato del partido. Además, utilizó todo su poder y capacidad para purgar dentro del Ejecutivo a aquellos que le resultaban incómodos, como Pilar Miró o el todopoderoso ministro de Economía y Hacienda Miguel Boyer

El enfrentamiento de Miguel y Guerra con dos mujeres de fondo

La nueva vida sentimental de Miguel Boyer junto a Isabel Preysler fue también motivo de duros enfrentamientos con Alfonso Guerra, que se acentuaron tras acceder el PSOE al poder y Felipe González nombrar para la cartera de Economía, Hacienda y Comercio a su amigo Miguel Boyer Salvador, quien a partir de entonces fue llamado el “superministro”.

Isabel Preysler y Miguel Boyer. 

Alfonso Guerra utilizó la relación sentimental de Boyer con la esposa del marqués de Griñón en su guerra política. A finales de la primavera de 1985 lo que era un rumor entre la jet set saltó a los medios de comunicación. 

Fue a inicios del verano cuando llegó la madre de todas las batallas a causa de la exigencia de Boyer de seguir los modelos de funcionamiento europeo en los que el ministro de Economía asumía una de las vicepresidencias del gobierno para fortalecer su autoridad frente a sus compañeros de gabinete. Boyer, con esta medida, trataba de aniquilar definitivamente los enfrentamientos que mantenía con otros ministerios.

Pero esta propuesta provocó grandes movimientos internos dentro del PSOE. Alfonso Guerra lanzó una seria advertencia a González: “o Boyer o yo”. Todos los periódicos, radios y televisiones se hicieron eco de esas tensiones y tomas de poder dentro del Gobierno de Felipe González y por ende, dentro del aparato de la sede de Ferraz. La polémica estaba ya en la calle como un nuevo pulso frontal entre el ministro de Economía y el todopoderoso vicepresidente Guerra.

Las portadas de prensa recogían el triunfo político de Alfonso Guerra y el idilio entre Isabel Presyler y Boyer que, durante la década siguiente, serían la pareja más buscada por la prensa del corazón y la de información general. La que simbolizó el ascenso y caída de la denominada beatiful people

Sin embargo, la prensa era más cautelosa con la vida privada del vicepresidente, igual de agitada que la de su enemigo en el Consejo de Ministros, aunque algunas publicaciones sí se hicieron eco de su doble vida. Al igual que Boyer, Alfonso Guerra estaba enamorado de una joven atractiva que pertenecía a la jet set

María Jesús Llorente

En aquel momento, Alfonso Guerra  mantenía relaciones extramatrimoniales con María Jesús Llorente Morales. Guerra, casado con Carmen Reina, tendría después una niña con esta joven sevillana que por entonces contaba con 25 años. Alma nacería en junio de 1983, en una clínica de Roma, ciudad donde María Jesús residía y estudiaba Bellas Artes. A la niña le pusieron Alma en homenaje al compositor favorito del vicepresidente, el músico Gustav Mahler. Alma era el nombre de la mujer del músico austriaco. El viaje a Roma se hizo para evitar que la noticia de la relación y el nacimiento se conociera en España pero tanto la revista Diez Minutos como El País se hicieron eco del nacimiento. 

La prensa política de los ochenta se fijó mucho en María Jesús Llorente. 

Pero ¿quién era la bella acompañante de Guerra? María Jesús Llorente era la sobrina política del empresario Javier Benjumea, expresidente de Explosivos Río Tinto, empresa donde en su día había trabajado Boyer. 

La relación entre ambos se mantuvo durante años, aunque nunca se llegó a oficializar. Y aunque su máxima fue buscar la discreción no pudieron evitar que en algún momentos se vieran envueltos en polémicas, como cuando en plena crisis económica Llorente fue fotografiada con ropa de alta costura en una fiesta o cuando se criticó que se le había concedido un trabajo de restauración artística presuntamente a dedo. 

Se trataba de la restauración de un tríptico que llegó de Flandes a Las Nieves, Gran Canaria, hace cinco siglos. Así, en julio de 1984 llegaron a la isla María Jesús Llorente y Ana Sánchez Lassa para realizar la restauración por encargo del Gobierno de Canarias y tras la decisión de Matías Díaz Padrón, experto en pintura flamenca del museo del Prado. El trabajo generó mucha polémica en la prensa local que hablaban abiertamente de que el encargo se había hecho a "la compañera sentimental de Alfonso Guerra".

A pesar de las críticas, Llorente y Sánchez Lassa terminaron el trabajo y se despidieron de la isla con más ruido mediático aun, al declarar la pareja del vicepresidente que no le parecía adecuado para la conservación de algunas tallas que éstas salieran en procesión. 

Desnuda para Úrculo en la casa de Juan  Abelló

Llorente intentó siempre defenderse de la persecución mediática e incluso llevó a tribunales a algunos periodistas. Esto hizo con la revista VIPs, que publicó unas fotos suyas en topless en un playa. La pareja de Alfonso Guerra alegó ante la Justicia que no era un personaje público y que, por lo tanto, su desnudo no era de interés público, ganando el juicio. 

A principios de los noventa la pareja rompió su relación y María Jesús declaró a Jesús Mariñas, para la revista Época, que no volvería "ni loca" con el político. Alfonso Guerra volvió con su mujer, Carmen Reina, madre su hijo 'Pincho', de la que nunca se había divorciado. Por su parte, Llorente siguió interesando, aunque menos, a los medios, que se hicieron eco de su siguiente romance con el pintor y escultor vasco Eduardo Úrculo. Sin embargo, la relación duró poco tiempo y el artista se casó con la que sería su viuda, Vicky. La relación dejó un fruto artístico: un dibujo de María Jesús desnuda detrás de uno de sus cuadros, que acabaría en las manos de una mujer miembro de la beatiful people y considerada dueña de una de las mejores colecciones privadas de arte de España, Ana Gamazo, la mujer del empresario Juan Abelló

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