
Ingrid de Noruega, la 'princesa hipster' unida a Felipe VI: Su vínculo con Zarzuela
Felipe VI es el padrino de bautizo de Ingrid de Noruega y mantiene buena relación con sus padres Haakon y Mette Marit
La princesa Ingrid Alexandra de Noruega (Oslo, 2004) ha reaparecido en un la cena de gala con motivo de la visita de Estado de la presidenta de Islandia a Oslo. La futura reina del país nórdico ha aumentado su agenda institucional, y está muy unida a la Familia Real española. En especial, al rey Felipe VI (Madrid, 1968) quien es su padrino de bautizo.
La joven es una de las 'herederas' que componen la nueva generación royal y es una de las princesas mejor valoradas de toda Europa. Pero, ¿cuál es la historia de la princesa Ingrid de Noruega?
La historia de la princesa Ingrid de Noruega
Ingrid Alexandra de Noruega nació el 21 de enero de 2004 en el Hospital Nacional de Reino, en Oslo (Noruega). Es la primogénita de los príncipes herederos Haakon Magnus y Mette-Marit. Un año después, el matrimonio ampliaba la familia con la llegada del príncipe Sverre Magnus.
Cabe recordar que los príncipes tienen otro hermano llamado Marius Borg. Este es fruto de la relación de Mette Marit con el empresario y analista financiero Morten Borg.

El nacimiento de Ingrid marcó un antes y un después en cuanto a futuro de la monarquía en el país nórdico. Desde su nacimiento, ha sido símbolo de una nueva generación de realeza: más cercana, moderna y consciente de los desafíos globales.
La primogénita del príncipe Haakon Magnus ha sido una figura pionera en la familia real de Noruega. Ingrid fue el primer miembro de realeza noruega en asistir a una escuela pública. Concretamente, al colegio Uranienborg.

Una circunstancia que fue muy aplaudida por el pueblo nórdico dado que fue concebido como un gesto de normalización y cercanía con la ciudadanía.
La princesa continuó sus estudios en instituciones como la prestigiosa escuela privada Oslo International School. También en la escuela superior Elvebakken en Oslo, donde se graduó en mayo de 2023. Tras finalizar su etapa educativa en Elvebakken, comenzó a trabajar como asistente escolar en el mismo centro de primaria al que asistió de niña.
Al igual que otras royals como la princesa Amalia de Holanda, Leonor de Borbón o Elisabeth de Bélgica, Ingrid de Noruega se ha formado en el ámbito militar. Responsabilidad que tomó en el campamento Skjold, en el norte del país.

Con apenas 20 años, ya ostenta el rango de ingeniera soldado, prestando servicio como artillera en un vehículo CV90 STING. En la actualidad, y tras concluir su carrera militar, son algunas las incógnitas que se ciernen sobre el futuro educativo de la princesa. Sin embargo, todo apunta a que al igual que su padre, Ingrid pondrá rumbo a Estados Unidos para comenzar sus estudios universitarios.
El vínculo de Ingrid de Noruega y la familia real española
La familia real de Noruega es una de las más queridas del panorama royal internacional. De sobra es conocida la buena relación que los príncipes Haakon y Mette Marit mantienen con otros miembros de casas reales. Tales como la danesa, holandesa, sueca y, también, la española.

Este vínculo tan estrecho se hizo visible en el bautizo de la princesa Ingrid Alexandra en abril de 2004. Este tuvo lugar en la Slottskapellet, la capilla del Palacio Real de Oslo. Actuaron como padrinos su abuelo paterno el rey Harald V, su tía la princesa Marta Luisa de Noruega, su abuela materna Marit Tjessem y la princesa Victoria de Suecia. También los reyes Federico X y Felipe VI, que no pudieron asistir al bautizo por problemas de agenda.
Casi dos décadas después del bautizo de la princesa Ingrid, Felipe VI sí asistió a la celebración que tuvo lugar en el Palacio Real de Noruega por los 18 años de su ahijada. El hijo de Juan Carlos I llegó acompañado por la princesa Amalia de Holanda, la hija mayor de los reyes Máxima y Guillermo.

Sin embargo, la relación entre la casa real española y la noruega se remonta a años atrás. Concretamente, en la década de los cincuenta. En aquella época el rey Harald V, entonces príncipe heredero al trono de Noruega, participó en uno de los cruceros que organizaba la reina Federica de Grecia a bordo del yate Agamenón.
Aquel crucero congregó a diversos miembros de la realeza europea entre ellos, la princesa Sofía de Grecia. Ambos volvieron a coincidir en 1958 en un viaje que la familia real griega realizó al país nórdico. La buena sintonía entre los príncipes era palpable. Y la reina Federica aprovechó esta coyuntura para invitar al príncipe noruego a que pasara unos días a la isla griega de Corfú.
Los rumores sobre un compromiso matrimonial entre doña Sofía y Harald no cesaban. Sin embargo, la realidad era muy distinta. La relación amorosa no se oficializó. Tampoco el compromiso. El príncipe noruego se enamoró locamente de una costurera llamada Sonia Haraldsen con quien contrajo matrimonio en 1968. Por su parte, en 1962 la princesa Sofía selló su historia con el entonces príncipe Juan Carlos.
Sin embargo, dicen que la buena sintonía entre ambos matrimonios perduró con el paso del tiempo. En numerosas ocasiones, los monarcas noruegos han recalado en el Palacio de Marivent. En Palma de Mallorca el rey Harald ha disfrutado de una de sus grandes pasiones: la navegación.
La familia real española ha estado en algunos de los acontecimientos más significativos de la Casa Real Noruega. En 2002 la reina Sofía acudió junto a su hijo Felipe VI a la boda del príncipe Haakon Magnus.

Aquel enlace estuvo rodeado de polémica puesto que, por aquel entonces, el hijo de Juan Carlos I mantenía una relación con la modelo noruega Eva Saanum. Ambos coincidieron en el enlace marcado por el escote ‘de infarto’ que lució la topmodel.
Dos años después, la familia real noruega al completo viajaba hasta Madrid para asistir a la boda del príncipe Felipe y doña Letizia. Según recogieron los medios de entonces, los príncipes herederos viajaron hasta la capital junto a la princesa Ingrid Alexandra. No obstante, la nieta del rey Harald no asistió al enlace puesto que tenía tan solo cinco meses de edad.
El compromiso institucional de la princesa Ingrid Alexandra
Desde su niñez, la princesa Ingrid Alexandra ha manifestado un férreo compromiso con la Institución monárquica. En 2014 debutó en un acto oficial junto a su padre y su abuelo en el Parlamento Noruego.
Desde entonces, la futura monarca ha tenido una presencia cada vez más activa. En 2016 encendió la llama olímpica durante los Juegos Olímpicos de la Juventud de Noruega. Ese mismo año, se inauguró el Parque de Esculturas Princesa Ingrid Alexandra, un espacio infantil con esculturas seleccionadas por ella misma.
También ha sido madrina de importantes embarcaciones noruegas, como el bote salvavidas 'Elias' y el buque de investigación 'Kronprins Haakon'. En el bautizo de este último, expresó su preocupación por el cambio climático y la importancia de conocer mejor los océanos y las regiones polares.
La ‘princesa hipster’
Lejos de los muros de palacio y el protocolo, dicen que la princesa Ingrid Alexandra es una gran aficionada del deporte. Entre sus disciplinas favoritas figuran el surf o el running. Practica con asiduidad esquí y kickboxing.
El arte es otra de sus grandes pasiones. En especial, el callejero y es una gran seguidora de la cultura hipster. Actualmente, la princesa reside en un apartamento ubicado en el barrio de Grünerlokka. Este distrito es uno de los más modernos de la capital noruega.
Al igual que otras ‘royals’, la princesa Ingrid Alexandra está considerada como una de la ‘herederas’ mejor vestidas. En su fondo de armario no solo figuran trajes de galas y tiaras, sino también prendas como blazer, jeans, abrigos de paño o botas altas.

La vida personal de la princesa Ingrid Alexandra también ha saltado a las páginas del cuore. En especial, por su noviazgo con Magnus Heien Haugstad. Ambos comenzaron su relación en 2021. Sin embargo obstante, no fue hasta 2022 cuando se oficializó su relación durante la celebración del 18º cumpleaños de la princesa. Al igual que su historia de amor, su ruptura en 2023 ha estado marcada por la discreción.
Esta cualidad también forma parte de la personalidad de la princesa Ingrid, el ‘símbolo’ del futuro de la monarquía noruega.
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