
Peores asesinos en serie (VI): Ramón Laso, el andaluz que solo mataba familiares
En 1993 Laso fue condenado por matar a su mujer y a su hija y en 2014 volvió a ser penado por otro doble crimen familiar
En esta nueva entrega de los peores asesinos en serie abordamos el caso de Ramón Laso Moreno, conocido como el homicida de Els Pallaresos. Este asesino en serie causó el pánico en España en dos épocas diferentes. Laso es el responsable de, al menos, cuatro víctimas mortales a sus espaldas, todas ellas familiares.
Este psicópata criminal fue condenado a 56 años de prisión por dos asesinatos en 1993, sin embargo, solo estuvo ocho años encerrado. Rehizo su vida en Cataluña y durante años permaneció sin cometer delitos.
ramon laso segundo juicio
Sin embargo, el 27 de marzo de 2009 su nombre volvió al foco. Aquel día Maurici y Julia, el cuñado y la mujer de Laso respectivamente, desaparecieron. Desde entonces no se volvió a saber nada de ellos. Por este caso se convirtió en el primer condenado en España sin haber restos biológicos, armas, confesiones ni cadáveres.
En los cuatro asesinatos Ramón Laso actuó de manera instintiva, con la intención de ‘evitarse problemas’. En ambas épocas, sus mujeres descubrieron que tenía otras relaciones sentimentales y por eso decidió acabar con ellas. Por ende, el móvil de los crímenes siempre fue económico y sexual.
Los primeros crímenes
Sus primeros crímenes se remontan al 9 de junio de 1988. Aquel día un tren decapitó a la que era la esposa de Laso, Lolita Camacho. La Guardia Civil cerró el caso como un suicidio.
Unos meses más tarde, el 2 de marzo de 1989 Laso y Daniel —hijo de Lolita, que tenía seis años— sufrieron un accidente de tráfico. El coche cayó por un barranco y se incendió. Mientras que el menor quedó calcinado, Laso apenas sufrió rasguños. Con la cantidad que recibió del seguro, tres millones de pesetas, montó un videoclub.
Sin embargo, el padre de Lolita no creyó que su hija se suicidara ni que su nieto muriera accidentalmente. Por eso, decidió contratar un detective privado, que descubrió que Lolita había sabido que Laso le era infiel y le había pedido el divorcio. Y precisamente por eso, Ramón Laso decidió acabar con su vida, asfixiándola. Y con la de su hijo, para no pagar la pensión alimenticia.

Con lo descubierto por el detective, la Policía decidió reabrir el caso. Finalmente, se concluyó que Laso asesinó a su esposa antes de colocarla en la vía de tren. También quedó probado que realmente quemó el vehículo con su hijo Daniel dentro.
Ambas acusaciones se pudieron demostrar en el juicio y en 1993 fue condenado a 56 años de prisión. Sin embargo, gozó de beneficios penitenciarios y logró salir de prisión solo ocho años después, en 1999.
Otro doble crimen años después
Al salir de prisión Laso rehizo su vida e inició una relación con una mujer llamada Julia Lamas en Els Pallaresos (Cataluña). Julia Lamas era portera de un céntrico edificio de Tarragona. Algún tiempo después de iniciar la relación, Laso comenzó una relación extramatrimonial con la hermana de su mujer, Mercedes, casada con Maurici Font.
Al poco tiempo, tanto Maurici como Julia desaparecieron. Laso fue el último que les vio con vida y señaló que se habían ido “para hacer su vida juntos”. Desde entonces, no se ha sabido nada de estas personas, no han realizado movimientos bancarios ni han acudido a un hospital. Sin embargo, sus cuerpos tampoco han aparecido.
El 27 de marzo de 2009 Laso le pidió a Maurici que le acompañara a su huerto. Desde entonces, nadie volvió a ver a la víctima. Según el relato de Laso, su mujer y su cuñado se fugaron juntos, pero nadie le creyó. Según la Fiscalía, Ramón Laso decidió acabar con la vida de Julia y Maurici para poder continuar con su relación extramatrimonial.
Posteriormente, ocultó sus cuerpos y simuló que se habían ido juntos. Fue detenido en marzo de 2011 y desde entonces siempre ha mantenido su inocencia. Así las cosas en octubre de 2014 se celebró el juicio y fue condenado a 30 años por doble homicidio.

Al no haber cadáveres se tuvieron que reunir numerosas pruebas para demostrar la culpabilidad de Laso. Según los expertos, “lo que condenó a Laso fueron los indicios de triangulación de su teléfono y la posición de su coche”. Además, los hechos eran muy similares a los de su condena anterior.
Otra prueba clave fue la llamada que Laso hizo a la madre de Maurici. Laso se hizo pasar por Maurici y le dijo que se había marchado con Julia. Después, acudió a comisaría para comunicar que Maurici había llamado a su madre. Sin embargo, consiguió lo contrario. Hizo saltar las alarmas, ya que resultó extraño que supiese de la existencia de la misma.
Laso también llamó a un periodista de Tarragona simulando ser Maurici. Esta llamada se hizo desde un teléfono que fue localizado en su propio domicilio en los registros. Todas las llamadas en las que hacía pasar por sus víctimas coincidían con la localización GPS de su vehículo.
Más noticias: