Los peores asesinos en serie (V): Alfredo Galán, el calculador 'Asesino de la Baraja'
Galán, 'El asesino de la Baraja', mató a 6 personas en Madrid en 2003 y está previsto que salga de prisión en 2028
En esta nueva entrega de asesinos en serie abordamos la historia de Alfredo Galán Sotillo, conocido como ‘El Asesino de la Baraja’. En 2003 Galán asesinó a seis personas con una pistola Tokarev TT-33. Cabe recalcar que en sus crímenes siempre dejaba una carta de baraja española, motivo del apodo que se le puso.
Fue militar y estuvo durante un tiempo destinado a una misión humanitaria en Bosnia. Allí adquirió la pistola con la que cometió los asesinatos en su vuelta a España. La unidad tuvo que volver a Galicia en 2003 para prestar ayuda en lo ocurrido con el ‘Prestige’.
Aquel viaje dejó una huella imborrable en él, tanto por lo vivido como por el alcohol que consumía. De hecho al volver comenzó a necesitar medicación antineurótica.
Debido a sus cuadros de ansiedad era consciente de que se le daría de baja en el ejército. Por ello, consiguió un puesto como trabajador de seguridad en el aeropuerto de Barajas. Tras acabar con la vida de seis personas fue condenado a 142 años de prisión en 2005.
Los primeros asesinatos perpetrados
Su primer asesinato tuvo lugar el 24 de enero de 2003 en el distrito madrileño de Chamberí y su víctima fue elegida por azar. Se trataba de Juan Francisco Ledesma, portero del edificio del número 89 de la calle Alonso Cano.
Estaba en su domicilio junto a su hijo cuando Galán entró, lo hizo ponerse de rodillas y le disparó en la cabeza. “Quería experimentar la sensación que causa acabar con la vida de un ser humano. Comencé con el portero y al no sentir nada seguí matando”, declararía el asesino solo unos meses después.
El 5 de febrero de 2003 el exmilitar dio su segundo golpe. Juan Carlos Martín era un joven de 18 años que trabajaba en el aeropuerto de Barajas. Se encontraba esperando el autobús en una parada de Alameda de Osuna cuando un sujeto llegó en un Renault Megane. Galán le obligó a arrodillarse y acto seguido le disparó en la nuca.
La víctima había sido escogida nuevamente al azar y esto hizo muy difícil las investigaciones. No solo las dos primeras victimas no tenían ninguna relación, sino que encima no tenían nada en común salvo que en ambos casos aparecieron los mismos casquillos de bala.
Al lado del cadáver se encontró una carta, el as de copas de una baraja española, y se designó al autor como ‘El asesino de la baraja’. La Policía daba palos de ciego, de hecho relacionó el asesinato con el Crimen del Rol.
El mismo día de este segundo asesinato, pero doce horas después, Alfredo Galán perpetró su tercer crimen. Entró en el Bar Rojas en Alcalá de Henares. El local pertenecía a Teresa Sánchez García, quien ese día estaba siendo acompañada por su hijo Mikel.
Junto a ellos también estaba Juana Dolores, una vecina que hablaba distraídamente por teléfono. ‘El asesino de la baraja’ ingresó en el bar y disparó a las tres personas que se encontraban en él. Mikel y Juana fallecieron y Teresa quedó herida de gravedad.
Los últimos crímenes y la detención de Galán
Las investigaciones de los tres crímenes apuntaban a la aleatoriedad, pero no apuntaban a ninguna persona. El 7 de marzo de 2003 ‘El asesino de la baraja’ se aproximó a dos personas que se encontraban en un portal de Tres Cantos. Allí disparó en la cabeza a Eduardo Salas y trató de hacer lo mismo con su amiga. No obstante, la pistola se encasquilló y esta pudo huir.
Antes de irse dejó un dos de copas marcado con un punto azul junto al cuerpo de su víctima. La persona disparada logró sobrevivir y necesitó 150 días de convalecencia.
En este punto ya se pudieron atar más cabos, ya que había cinco asesinatos en los que se había usado el mismo arma. Se trataba de una pistola Tokarev de origen ruso, que era de difícil acceso para un civil.
Por ende, surgieron dos hipótesis: La primera era que se tratase de alguien que hubiese pertenecido a misiones militares. La segunda, que el asesino tuviera nacionalidad rusa.
En su último crimen las víctimas fueron un hombre y una mujer, Gheorghie Magda y su esposa, Doina Magda. dos trabajadores de origen rumano que paseaban por un descampado en la localidad madrileña de Arganda del Rey. Nuevamente y como había decidido firmar sus asesinatos, dejó dos naipes un tres y un cuatro de copas.
Tras esto, los agentes comenzaron a buscar un militar español que hubiese prestado servicio en la zona de los Balcanes, la antigua Yugoslavia o Rusia. En un primer momento se detuvo a Francisco Javier Antuñano. Finalmente y después de un gran revuelo mediático, Antuñano fue puesto en libertad.
El 3 de julio de 2003 un hombre en estado de embriaguez se entregaba en la Comisaría de Puertollano. Afirmaba ser ‘El Asesino de la Baraja’. No le creyeron y los agentes le dijeron que aportase veracidad a su relato y en ese punto Galán relató los crímenes con todo detalle.
Pronto las autoridades realizaron un registro del domicilio en Alcalá de Henares de Galán. En una de las habitaciones encontraron un mazo de cartas y varios recortes de prensa (trofeos). Todos estos hacían alusión a los crímenes que había perpetrado. De la pistola no había rastro, el asesino afirmó que la había vendido antes de decidir entregarse.
Alfredo Galán Sotillo fue condenado en 2005 a 142 años de prisión por el asesinato de seis personas y tentativa de homicidio. No obstante, dada la legislación española, sólo cumplirá 25 años, previsiblemente, saldrá de prisión en 2028.
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