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Dos personas sonrientes en una foto de la infancia.
SUCESOS

Los enigmas de la desaparición de los hermanos Orrit: 'En el hospital sabían algo'

Dolors e Isidre desaparecieron mientras se encontraban en el Hospital San Juan de Dios de Manresa en septiembre de 1988

La desaparición de los hermanos Orrit  es uno de los casos más misteriosos de la historia reciente de España. El 4 de septiembre de 1988 Dolors, de 17 años, e Isidre, de 5 años, se encontraban en el Hospital San Juan de Dios de Manresa. Fue en ese hospital donde se les vio por última vez hasta hoy en día. 

Pese a ser investigado por varias autoridades el caso prescribió. Se catalogó como un delito de rapto del niño e inducción al abandono del hogar de la niña. No obstante, nunca se detuvo a ningún culpable.

Desde que prescribió el caso ha permanecido archivado. No obstante, en 2021 apareció un testigo que pudo ser clave. La abogada de la familia informó al juzgado del relato, pero el magistrado rechazó reabrir la causa. 

Se presentó un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, pero este determinó que no había trascendencia constitucional en la reclamación. La última de las opciones es el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.

Este testigo era un niño de 13 años que estaba cuidando a su hermano. Según él salió a fumar y escuchó a los niños gritar y llamar a su madre.  Indicó que una persona vestida de médico le hizo a mi hermana coger a mi hermano en brazos mientras iban en una silla de ruedas.

Desaparecidos en Sant Joan de Déu el 5 de septiembre de 1988. Imagen de Isidre cuando tenía 5 años y simulación de su aspecto a los 40 años. Imagen de Dolors cuando tenía 17 años y simulación de su aspecto a los 52 años.
Retrato de como podrían ser los hermanos Orrit actualmente | Redes sociales

Este testigo siguió al médico, que supuestamente llevó a los niños al sótano. Allí le estaba esperando otro médico que iba de blanco y con una jeringuilla. El testigo relataba que a ambos les pusieron la inyección y les taparon con una sábana blanca. 

Elcierredigital.com ha contactado con  Mari Carmen Orrit, hermana de los desaparecidos. “Tenemos mucha rabia de que no se haya hecho nada y se diga que ha prescrito sin buscar. Pese a todo tenemos la esperanza de algún día saber que les pudo pasar”, indica Mari Carmen.

“No podemos decir cosas que no sabemos, pero a los niños les cambiaron de habitación a las 22.00 horas. Solo lo sabían los trabajadores del hospital y mi madre. Por lo tanto, nadie ajeno podía saber dónde estaban”, añade Mari Carmen. 

Marí Carmen recalca que “está clarísimo que alguien que trabajaba en el hospital en aquel entonces sabe algo de lo que pasó. Como no lo podemos demostrar nos queda seguir luchando para que se les busque. Que prescriba el delito no quiere decir que no tengamos derecho a saber qué les pasó, aunque los involucrados puedan quedar impunes”. 

“Fallaron varias cosas”

La hermana de los desaparecidos considera que en este caso “fallaron varias cosas”. Orrit indica que “lo primero de todo es que cuando fuimos al hospital no nos atendieron. También es un error que la Policía no cogiese el caso como algo serio y dijese que se habían ido a dar una vuelta”.

“Otro de los errores es que antes las desapariciones no eran como ahora. Se tenía que esperar 48 horas para que comenzase la búsqueda. También se tardó mucho en interrogar al personal presente en el hospital aquel día”, añade Mari Carmen.

Una mujer con cabello corto y rojo, usando una camiseta blanca sin mangas con fotos y texto que dice
Mari Carmen Orrit, hermana de los desaparecidos | Redes sociales

Mari Carmen considera que “ha faltado apoyo por parte de quienes deberían”. Concretamente, habla de “apoyo policial, judicial y del hospital. Ha habido una falta total de empatía, sobre todo por el médico que atendió a mi hermano”, indica.

La hermana de los desaparecidos recalca que “esto es una desaparición en toda regla, ya que no se ha visto nunca más a esos niños. Después de muchos años hemos conseguido que las desapariciones no prescriban. Pero como no se catalogó como una desaparición el delito prescribió al pasar 20 años”.

“Pese a que no se haya aceptado a este testigo fundamental vamos a seguir luchando para que se reabra la causa. Hoy en día sería impensable que pase esto y no se diese con los culpables. No solo no les hemos dejado de buscar, sino que no pararemos hasta saber qué les pasó”, concluye la hermana de los desaparecidos.

Una desconcertante desaparición

En la noche del 4 de septiembre de 1988, Dolors, de 17 años, cuidaba en una habitación del hospital de su hermano. Isidre estaba ingresado por unas úlceras que le habían aparecido en la boca a consecuencia de una reacción alérgica a la penicilina. 

Ambos tenían que haber dormido juntos, pero a las siete de la mañana del día siguiente la habitación estaba vacía. En el lugar, tan solo la ropa de Isidre, de cinco años, y las gafas, aparentemente de Dolors. Al tiempo se demostró que no eran de la niña, sino de una persona mayor.

La madre denunció la desaparición en comisaría 24 horas después.  Se peinaron los alrededores del hospital, barrancos, bosques cercanos. También se usaron perros guía para seguir su rastro, que se acababa a las puertas de las Urgencias. Se barajaron entonces varias hipótesis, desde el accidente hasta que se hubieran suicidado por problemas familiares. 

Entrada principal del Hospital Sant Joan de Déu con un cartel de direcciones en primer plano.
Hospital de San Juan de Dios, en Manresa | Archivo

Los hermanos Orrit, quince en total y de origen muy humilde, habían afrontado hacía tan solo dos meses la muerte de su padre. Sin embargo, ninguna de las pesquisas dio resultado. Los cabos sueltos de una investigación, a todas luces insuficiente, fueron muchos. 

En 1994 se aportó una pista nueva. Una trabajadora del Hospital aseguró haber sido testigo de una conversación entre cuatro adultos. En ellas un hombre se quejaba de la situación de los menores Orrit y aseguraba que estarían mucho mejor viviendo con la familia paterna. 

En 2016, la Policía recibió una llamada desde Oporto (Portugal) en la que se aseguraba haber visto a los Orrit en la ciudad lusa. Sin embargo, esta pista sólo se consideró un rumor sin fundamento. Más de tres décadas después, Carmen, hermana de Isidro y Dolores, sigue empeñada en encontrar a sus hermanos. Está convencida de que no se trató de una desaparición voluntaria. 

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