Juicio por la muerte del anciano Antonio Alberto en Camarma: Las nuevas diligencias

En los últimos días se ha conocido la sentencia por el asesinato de Antonio Alberto en la localidad madrileña de Camarma de Esteruelas. Mhamed A. estaba acusado de cometer el asesinato de un septuagenario en una finca propiedad de la asociación Betel en mayo de 2022.

El juicio se celebró ante un jurado popular en la Audiencia Provincial de Madrid a mediados de noviembre de este año. Finalmente, el jurado ha declarado al acusado culpable de asesinato por unanimidad.

Por ende, ha sido condenado a nueve años de prisión por el asesinato y otros dos por el robo. También se le ha pedido una responsabilidad civil de 100.000 euros por cada hijo. Isabel, hija de Antonio Alberto, ha declarado a elcierredigital.com: “qué responsabilidad va a pagar este hombre si no tiene nada, se dedicaba a robar”.

“Lo que más miedo nos daba es que pudiera salir inimputable por su supuesto problema mental. Al final, hemos tenido a la justicia de nuestro lado y este hombre no podrá salir a la calle durante unos años. Durante esos años nadie sufrirá lo que nosotros hemos tenido que pasar”, indica la hija de la víctima. 

También recalca que no se “sienten satisfechos” porque “la justicia en este país es relativa”, Una vez concluido el juicio se sienten “tranquilos” y sienten “haber cerrado una etapa para poder tratar de superar el duelo”.

Pero la acusación particular solicitaba que se le condenase a prisión permanente revisable. No obstante, cambió su petición a nueve años de prisión al igual que la Fiscalía. Este cambio estuvo motivado por la confesión del condenado en el primer día de juicio.

En elcierredigital.com hemos contactado con el abogado de la acusación, Jorge Sanz Escribano. “En el juicio ha quedado probado que esta persona había sido condenada anteriormente a diez años de prisión por un incendio. Sin embargo, nadie sabe por qué el agresor no se encontraba en un centro psiquiátrico cuando cometió el asesinato”, señala.

El letrado explica que “la víctima era una persona mayor que tenía problemas de salud y estaba prácticamente ciego de un ojo. Además, estaba interno de manera voluntaria en la asociación Betel, que está destinada a tratar adicciones. Concretamente, la víctima tenía una adicción al alcohol”.

“Esta asociación no tenía ninguna medida de seguridad ni nada. Por ello estamos planteándonos la posibilidad de reclamar una responsabilidad civil subsidiaria derivada del delito a la propia asociación. La finca no tenía ninguna medida y el acusado entró con total impunidad”, añade el abogado.

Los problemas mentales del condenado

El asesino de Antonio Alberto que entró en la finca de Camarma donde la víctima vivía padece problemas mentales. De hecho, tiene diagnosticado un trastorno de ideas delirantes que determinó que en el momento de los hechos tuviera sus facultades volitivas y cognitivas gravemente alteradas.

Por este motivo, su defensa había solicitado que se le declarara inimputable apreciándose la eximente completa. Sin embargo, la acusación particular solicitaba que solo se le aplicase la eximente incompleta por alteración psíquica.

El abogado Jorge Sanz señala: “está por ver si finalmente va a un psiquiátrico o a una prisión. Se sabrá cuando la sentencia pase a ejecutoria. Lo normal es que ingrese en un centro, porque según la sentencia quedó acreditado que el autor de los hechos estaba con las facultades alteradas”.

En caso de que el asesino ingrese en un centro psiquiátrico se valoraría su evolución mental en el tiempo. Con este supuesto se podría determinar si hay una mejoría mental o no. En función del tiempo podría salir del centro y quedar en libertad o ingresar en una prisión si hay una evolución favorable.  

“Llegamos a un pacto entre Fiscalía, acusación y defensa para que la condena fuera menor. Así se podía conseguir que la eximente fuera incompleta. De ser completa no se le hubiera podido condenar a una pena privativa de libertad”, concluye el abogado de la acusación.