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Persona conduciendo una lancha inflable en el mar con un cielo despejado y un barco en el horizonte.
SUCESOS

El infierno de la lucha policial contra las narcolanchas: 'Es una batalla muy perdida'

El agente Rafael Sánchez narra su situación meses después de sufrir un ataque de una narcolancha en el Guadalquivir

“Detrás del uniforme hay una persona y una familia que sufre, pero para el Gobierno somos un número. Cuando el número no vale pues ponen a otro”, señala el Guardia Civil Rafael Sánchez. Este hombre -desde hace quince años- pertenece al Servicio Marítimo de la Guardia Civil.

Primero estuvo en Algeciras y desde hace cinco años está en Cádiz. Sea donde fuere, Rafael Sánchez lleva mucho tiempo luchando contra el narcotráfico, concretamente, contra las narcolanchas. 

Un miembro de la Guardia Civil en una lancha sostiene una estrella de mar mientras navega en un entorno acuático.
Rafael Sánchez, guardia civil del Servicio Marítimo de Cádiz | Cedida

O así fue hasta mediados de 2024. Y es que desde ese mes Rafael Sánchez no ha vuelto a salir al mar. El motivo es que sufrió un incidente con una narcolancha que le ha generado problemas de salud físicos y psicológicos. 

En elcierredigital.com hemos podido entrevistar a Rafael Sánchez. Actualmente, es Vocal provincial de Cádiz de la Asociación Profesional de la Guardia Civil JUCIL.

- ¿Cómo es el día a día en la lucha contra las narcolanchas?

- Para empezar, es una batalla totalmente perdida. ​​Disponemos solamente de una patrullera de servicio. Pero a veces ni siquiera la disponemos porque a veces están averiadas. Todos los días se nos vienen encima entre 10 y 12 narcolanchas que entran con total impunidad.

El Código Penal lo dice bien claro, el mayor bien jurídico es proteger la vida. Por ende, para evitar un mal no puedes causar un mal mayor. Además, Marlaska dice que nos ha dado la embarcación más rápida del mundo. No obstante, ha estado más tiempo parada que navegando por fallos estructurales, eléctricos y mecánicos. 

Aun con la embarcación más rápida nos ponemos junto a la narcolancha, le damos el alto y si no para no podemos hacer nada. No podemos disparar ni actuar de forma eficaz. Por lo tanto, hasta que no se endurezca el Código Penal y tengamos seguridad jurídica estamos totalmente incapacitados.

Después, hay otro hecho de gran relevancia. Y es que en Rota (Cádiz) tenemos la mayor base naval de la Armada, que cuenta con barcos de gran capacidad. De hecho, tienen seis fragatas y cada una de ellas cuenta con helipuerto. 

Un hombre con uniforme de la Guardia Civil posa frente a un grupo de personas vestidas de naranja que trabajan en una estructura sobre el agua, con olas rompiendo alrededor.
Rafael Sánchez, guardia civil del Servicio Marítimo de Cádiz | Cedida

Esto se podría usar como apoyo logístico para nosotros. Además, la Armada tiene mejores equipos electrónicos que detectan submarinos. Nosotros no tenemos medios para detectar submarinos que llevan sustancias estupefacientes. 

Por último, cuentan con enfermería a bordo, y si necesitamos asistencia tenemos que llamar a Salvamento Marítimo que tarda su tiempo en llegar. El apoyo logístico de la armada es básico, pero no llega.

Por otro lado, está aduanas, que también cuenta con embarcaciones. Sin embargo, no tenemos ningún tipo de relación ni coordinación con aduanas. 

- ¿Qué falta para que cumpláis vuestra labor con el menor riesgo y la mayor efectividad posible?

- Lo que realmente necesitamos es un mando único que coordine la Fuerza Armada con el Servicio Marítimo de la Guardia Civil y aduanas. Tenemos falta de medios sería esencial que estemos coordinados, pero no lo hacen por falta de voluntad política. Saben que se han ido de las manos, pero están mirando para otro lado. Así no podemos vivir. 

También hemos solicitado el uso de chalecos antibalas con flotabilidad, que son de fabricación española. Sin embargo, se venden a las policías marítimas de otros países y para nosotros no se disponen. Sin esos chalecos tenemos que usar unos que no aguantan el impacto de armas de guerra, que es lo que ahora usan los narcos. 

Es increíble que tengamos que elegir entre ponernos un chaleco antibalas o uno salvavidas. Parece que estamos en un país tercermundista. 

Un hombre con gafas de sol y camiseta colorida es entrevistado por un equipo de televisión en la calle mientras sostiene un objeto rojo en la mano.
Rafael Sánchez, Vocal de JUCIL | Cedida

Aparte de esto, necesitamos muchas otras cosas. Lo primero es tener embarcaciones que estén fabricadas con una garantía de eficacia. Para eso no hay que irse fuera de España. 

Aquí existen embarcaciones tipo Colimbo que cogen 50 nudos. De hecho, el año pasado Aduanas compró 5 embarcaciones de este tiempo, pero nosotros no podemos usarlas. 

El Servicio Marítimo de Cádiz fue inaugurado hace 25 años y seguimos teniendo el mismo número de personal. No obstante, el índice de criminalidad ha subido drásticamente. Pero es que nadie quiere venir al Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Cádiz porque saben lo que hay. Además, hay varios compañeros de baja psicológica.

Persona con casco y gafas de protección sonriendo en una lancha rápida en el mar.
Rafael Sánchez, guardia civil del Servicio Marítimo de Cádiz | Cedida

Es necesario que a Guardia Civil y Policía Nacional se nos catalogue como profesión de riesgo. Sin embargo, las policías locales sí son profesión de riesgo.

Yo pienso que lo que quieren es, poquito a poco, desmantelar a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, porque saben que a nosotros no nos pueden controlar desde el gobierno. Una Policía Autonómica y una Policía Local es una Policía Política. Por eso, les dan lo que quieran, porque los tienen controlados. 

También pedimos que las zonas de Cádiz y Algeciras se cataloguen como zonas de especial singularidad para tener más medios y efectivos. 

- ¿Os sentís abandonados por el Gobierno?

- Nos sentimos totalmente abandonados, tanto por el Gobierno como institucionalmente. A mí, una cosa que me ha dolido mucho es que el coronel de la Comandancia de Cádiz, que fue el que envió a la goma de los GEAS contra las narcolanchas en Barbate,  es el mismo mando que estuvo el día del accidente que yo tuve. 

Y a mí, en meses de baja, no ha tenido la dignidad ni ética ni moral de llamarme para preguntar cómo estoy. Cosa que sí ha hecho, por ejemplo, la directora general de la Guardia Civil.

Una imagen nocturna muestra un vehículo volcado en una carretera con luces brillantes en el fondo y un recuadro en la esquina inferior izquierda con dos fotos de un hombre, una en un entorno oscuro y otra bajo el agua.
Montaje de la narcolancha y los dos guardias civiles fallecidos en Barbate | Montaje propio

Me gustaría volver a lo ocurrido en Barbate en febrero de 2024. Ese día que pasó todo en Barbate estábamos sin servicio porque no teníamos patrulleras y por eso se recurrió a los GEAS, que no se dedican al narcotráfico. Por ello, pecaron de inocencia porque no son expertos en esta materia.

Las embarcaciones molestaban políticamente y por eso se actuó, para respaldar el mensaje de Marlaska. Las embarcaciones que acabaron con la vida de los dos agentes no representaban un riesgo para terceras personas ni llevaban estupefacientes. Pero se decidió actuar para respaldar a Marlaska. 

- ¿Qué fue lo que te ocurrió a ti?

- Todo se remonta a casi finales de 2024. Estábamos navegando en el río Guadalquivir en frente de Bonanza y nos llamaron que venían varias embarcaciones, venían de dirección Marruecos, río adentro.

Fuimos al encuentro y el RIPA, Reglamento Internacional de Abordaje, te dice que cuando dos barcos se encuentran de frente los dos tienen que girar a la derecha para que vaya uno por un lado y otro para otro.

Cuatro de ellas lo hicieron bien y la otra fue directamente a 130 kilómetros por hora, a 70 nudos, a colisionar contra nosotros, para dejarnos inoperativos.

Salí desplazado y me di en la espalda. Esto me ha producido ciertos daños en las vértebras que me impiden la movilidad. Además, sufro muchos dolores y tomo diariamente una cantidad ingente de medicación, tanto para los dolores como para las crisis emocionales. Estas me ocasionan fuertes subidas de tensión por el estrés postraumático.

Un miembro de la Guardia Civil en uniforme formal sostiene una bandera durante un evento al aire libre con una multitud de personas y árboles al fondo.
Rafael Sánchez, guardia civil del Servicio Marítimo de Cádiz | Cedida

La única solución que me da el traumatólogo es una operación quirúrgica para ponerme una prótesis. Pero esto no me da la garantía de quedar bien. 

Mientras trabajaba en el Servicio Marítico estuve estudiando Derecho y el año que viene me gradúo. Mi proyecto de vida era compaginar la Guardia Civil con la abogacía.

Ahora, de un día para otro, te ves que estás incapacitado para hacer tu trabajo profesional de Guardia Civil. Y eso me ha creado también un factor psicológico, porque yo estoy de baja física y psicológica.

No estoy bien y he necesitado contar a la sociedad que detrás de un uniforme hay una persona. Y detrás de una persona hay una familia que sufre. Cuando estoy de servicio me escriben mis hijos menores por miedo a que me pase algo tras lo que ocurrió en Barbate. 

Cuando entré en el Servicio Marítimo cumplí mi sueño, pero ahora me ha tocado asimilar que posiblemente no pueda trabajar más en esta unidad. Eso no lo repara ninguna indemnización. Está claro que con miedo nunca haremos nada, hay que ser valientes.

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