La indignación popular provoca la ira tras la DANA: 'Todo desgraciadamente irá a peor'
Los psicólogos Urra y López-Vallejo analizan la 'sublevación del pueblo' en la cita de los reyes y políticos en Valencia
El 3 de noviembre, cinco días después de la tragedia, llegó la visita de la comitiva oficial. Los reyes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Carlos Mazón, visitaron la zona cero. A su llegada a Paiporta tuvieron un convulso recibimiento y la situación se descontroló.
Los Reyes hablan los ciudadanos de Paiporta, en su visita a la zona cero “Si hubierais venido el primer día la gente os hubiera aplaudido “
Insultos, lanzamiento de barro y objetos fue con lo que se encontró la comitiva. La frustración del pueblo, que salva al pueblo, se cebó con las caras visibles de la comitiva los reyes.
En esta visita se vio a Pedro Sánchez durante escasos minutos y a Mazón poco tiempo más. Sin embargo, los Reyes quisieron dar su versión más humana. Resistieron a todo tipo de situaciones e insistieron en hablar con los afectados.
La imagen dará la vuelta al mundo. Varios heridos, coches destrozados y agresiones a los miembros de la comitiva. Por estos hechos, se canceló la visita de la comitiva al municipio valenciano de Chiva.
En elcierredigital.com hemos querido contar con el análisis de los psicólogos Javier Urra y Jorge López-Vallejo. Ambos coinciden en que “todo irá a peor, la sociedad seguirá movilizándose y protestando. En esta ocasión el tiempo no juega a favor. El trauma es elevado, la situación es complicada y no se está interviniendo para tranquilizar a la población”.
“La reacción humana no es lógica, sino psicológica”
Javier Urra, doctor en Psicología y Ciencias de la Salud, analiza lo acontecido. “Cuando el ser humano se enfrenta a situaciones dramáticas y trágicas, su reacción es huir o agredir. Ante problemas de tal envergadura se suele buscar a alguien a quien culpar de todo. Porque hay muchísima frustración e impotencia y porque es muy difícil de asimilar lo que nos ha pasado”, observa.
“Algo que se suma a la frustración es el hecho de ver que han ido dos horas, pero luego se van a sus casas y duermen en la cama. Esto no se trata de un trabajo de horas, sino de días y semanas”, añade Urra.
“Los grupos cuentan con un alma colectiva, de modo que cuando uno actúa de cierta manera otros miembros del grupo lo hacen de la misma forma. En estos casos la reacción humana no es lógica, sino psicológica. Ante hechos que se escapan de la comprensión o movilización no queda otra que tratar de buscar culpables”, observa Urra.
El psicólogo explica que “a esto hay que sumarle la presencia de cámaras de televisión y medios de comunicación, que sirven como un altavoz. Por ello, ciertas personas aprovechan para dejar ir su frustración y agreden e insultan a los políticos”.
No obstante, indica que “nadie es culpable de las catástrofes naturales. Estamos en un momento digno de la calma, la serenidad y la ayuda, pero nunca de buscar culpables. A veces los accidentes, y más de la naturaleza, no exigen buscar culpables humanos”.
Urra considera que “lo aguantado hoy por los reyes es una muestra de humildad, ciudadanía y empatía. Estamos ante una monarquía que quiere ser cercana y estar al pie del cañón. Ante este tipo de tragedias no hay ideologías, clases o razas, sino una sociedad que debe estar unida. Han hecho lo que tenían que hacer, que es sufrir y decir ‘estamos con vosotros’”.
“Hay que ser cauto con lo que uno dice y no buscar la confrontación. Pero esto es aplicable a todos, incluido los políticos, que han tenido palabras muy desafortunadas que han generado más frustración si cabe”, añade.
“La sociedad está impotente de saber que esto ya no se puede resolver ni se devolverán vidas. El daño ya está hecho y solo se puede sanar. En parte, la desesperación de la gente nace del miedo al olvido, como ya ha pasado con otras catástrofes”, concluye Javier Urra.
“Hay que trabajar la voluntad para volver a la normalidad”
El psicólogo Jorge López-Vallejo observa que “han canalizado su frustración en la ira, que es una emoción vinculada al miedo y el trauma. El trauma por todos los efectos, por todos los cinco días que llevan de espera y por los que quedan. Es una descarga de ira basada en el miedo y el estrés postraumático les lleva a esta pérdida de control”.
“El miedo, la ansiedad y los ataques de pánico pueden llevar a un estado de estrés postraumático, que puede cronificarse convirtiéndose en una enfermedad mental grave. Las secuelas emocionales y psicológicas están por llegar”, añade Vallejo.
El psicólogo explica que “las personas traumatizadas tras las inundaciones sentirán que la herida o heridas del pasado les provocará dolor en el presente y les nublará la construcción de un futuro. La única forma de liberarte de un dolor es tener el coraje de pasar por el medio”.
“Intentar olvidar voluntariamente lo ocurrido lo que hace es empeorar más la situación. Cuanto más nos esforzamos en olvidar una cosa, más la recordamos, 'quien describe su propio dolor, aunque llore, está a punto de consolarse’. Hay que trabajar la voluntad para volver a la normalidad”, sostiene Vallejo.
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