Crimen Rosa Maqueira, discapacitada de Benidorm: La defensa de Olga Barrachina presentará recurso

El pasado 4 de julio arrancó en la Audiencia Provincial de Alicante el juicio contra los acusados de acabar con la vida de Rosa Maqueira: Olga Barrachina y Fernando José Alcalde, condenados por matar a esta mujer discapacitada en Benidorm. 

La sentencia final del magistrado está a punto de conocerse y Lourdes Picazo, abogada de Olga Barrachina, no está conforme con la forma en que se desarrollaron las vistas con jurado popular. "El objetivo de veredicto iba encaminado a que el jurado dictase a Olga como culpable de asesinato al mismo nivel que Fernando José, cuando ella no estaba en el casa en el momento de la muerte. Cada vez se están revocando más sentencias por jurado popular y es por casos como estos", asegura en conversación con Elcierredigital.com. 

La Fiscal ha pedido para ambos prisión permanente revisable. A consecuencia de esta solicitud, Olga Barrachina, que había salido de la cárcel por falta de pruebas, volvió a ingresar en prisión de manera inmediata, en concreto en la cárcel de Foncalent. 

"La presentación de las pruebas y las preguntas iban encauzadas a que el Jurado Popular condenara a Olga Barrachina al mismo nivel de Fernando José, como si su participación en los hechos fuese el mismo y se pudieran comparar", informa la letrada. 

Prisión de Fontcalent (Alicante). 

"Hay que pensar que Olga no estaba en prisión y ahora sí. Eso, si no hay una petición de prisión permanente revisable no sería así. Se prevé que la sentencia sea condenatoria y por eso ya estamos preparando el recurso de apelación, porque no se han respetado las garantías jurídicas. Llegaremos al Tribunal Supremo", añade Lourdes Picazo. 

Esta situación vuelve a poner en el foco los beneficios y los inconvenientes del uso del jurado popular que, en los últimos meses, se ha puesto en cuestión tras revocarse varias sentencias dictadas por jurados populares, como ya contamos en Elcierredigital.com. 

El crimen de Rosa Maqueira

Los hechos se remontan a dos años atrás. El 16 de junio de 2020 el cuerpo sin vida de Rosa Maqueira fue hallado en su domicilio de Benidorm después de que una conocida alertara a la Policía porque llevaba dos días sin verla. Todo apuntaba a que había sufrido un accidente doméstico con la silla de ruedas eléctrica con la que se desplazaba. Rosa sufría focomelia, una enfermedad consistente en una malformación de origen teratogénico que, en su caso, le provocó ausencia de piernas y brazos.

Sin embargo, algo no cuadraba en la escena. Los golpes craneales analizados por el médico forense determinaron que no concordaban con el posicionamiento de un accidente fortuito en el hogar ni con la morfología de la silla y, de este modo, la investigación sacó a la luz un crimen que respondía a un móvil económico.

A mediados de agosto, la Policía Nacional detenía en la localidad oscense de Jaca a un matrimonio como presuntos coautores del asesinato de Rosa. Ambos admitieron que tenían una relación con la víctima desde el año 2019, cuando él había estado trabajando para la víctima como chófer y cobrando unos 2.500 euros mensuales. Posteriormente, y pese a no realizar ningún servicio, la víctima les seguía ayudando económicamente.

Los dos acusados son Olga Barrachina y Fernando José Alcalde, y la Fiscalía solicita la pena de prisión permanente revisable. Fernando se ha mantenido todo este tiempo en prisión mientras que Olga salió en libertad bajo fianza antes de volver a recluirse a causa del veredicto del Jurado Popular.

"Contra Olga no hay pruebas como para imputarle un delito. Ni siquiera una serie de indicios que puedan probar que ella estuvo implicada en los hechos. La única persona contra la que existen pruebas directas, incluida una confesión, es Fernando", señalaba a elcierredigital.com la abogada de Olga, Lourdes Picazo. "Su imputación se basa en suposiciones que se sustentan en que mi defendida se desplazó a Benidorm hora y media después para recoger a su marido, para que no se fuera en el autobús. Pero ella no se acercó a la vivienda de la víctima en ningún momento. No hay ninguna cámara que lo recoja, no hay nadie que la haya visto", añadía.

Sede de la Audiencia Provincial de Alicante.

En su momento, los policías constataron que, dos días antes del hallazgo del cadáver, los presuntos coautores salieron con pocos minutos de diferencia desde Lleida hasta Benidorm en coches diferentes, regresando un día después a su lugar de origen. Según la investigación, una vez en Benidorm y aprovechando que tenían llaves del domicilio, conseguidas durante el mes en el que el hombre trabajó allí, entraron y uno de ellos la golpeó con violencia en la cabeza, sin posibilidad de defensa alguna.

"Me enteré en el calabozo de que mi marido mantenía una relación con Rosa"

Del día de su detención, Olga Barrachina aseguraba en su momento a elcierredigital.com que nunca lo iba a poder olvidar. "Yo vivía al lado de Jaca, me había desplazado porque quería estar cerca de mi hija. Aquella mañana salía a trabajar y, cuando fui a coger el coche, aparecieron dos policías que me comunicaron que me detenían por asesinato", relataba a elcierredigital.com. "Me quedé en blanco. Yo no había hecho nada. Fueron a por mi marido. Yo le miraba, pero él no me miró a la cara en ningún momento. Después registraron la casa durante casi ocho horas".

En la inspección, los agentes recuperaron dinero sustraído a la víctima y la ropa utilizada para supuestamente consumar el crimen. "Cuando me enteré, le pregunté qué había hecho y él me dijo: 'lo que tenía que hacer y más vale que te calles'. Eso me dijo".

Lo que siguió a su detención, explicaba, fue "una pesadilla" que todavía perdura a día de hoy. Olga permaneció en la cárcel trece meses. De esa etapa, recuerda especialmente "el frío, la soledad de las primeras semanas, la sensación de que el tiempo trascurre de otro modo, el desdén de algunas funcionarias, el no tener medios. También la loable labor de educadores y asistentes sociales". 

Finalmente la Justicia le concedió la libertad provisional bajo una fianza de 2.000 euros que, como ella misma explicaba, le ayudaron a pagar unas compañeras de prisión, a quienes agradecía su apoyo.

Según su versión de los hechos, Fernando Alcalde es "autoritario, manipulador" y ella "vivía en su tela de araña". Olga indicó que no fue consciente del maltrato psicológico al que la sometía hasta que en la cárcel recibió atención psicológica. Tampoco supo, hasta que se lo comunicó un policía, que su marido mantenía una relación amorosa con la víctima.

"No he podido ni leer los mensajes que se intercambiaron y que constan en la investigación. Rosa era mi amiga. Pensar que te engañan tanto el uno como la otra.... es muy duro de aceptar". Sin embargo, tenía claro que tras los sentimientos de Fernando se escondía, en realidad, un interés económico. "A Fernando nunca le habría atraído alguien como Rosa, pero le gustaban los regalos que le hacía, se aprovechaba de ella" explicaba.