
Temor en Mediapro por el plan laboral de Tatxo Benet: Preocupan posibles despidos
La productora catalana garantizó en su día el futuro de los 800 trabajadores unidos al contrato de LaLiga, ahora perdido
Verano agitado en el sector mediático en España. A los despidos de Vocento y las polémicas oposiciones de RTVE se les une una cierta inquietud que anida en Mediapro. La misma se produce un mes después de que los sindicatos y la dirección llegaran a un acuerdo para evitar despidos.
El clima se tensionó tras la pérdida del contrato de retransmisión de LaLiga. Aunque la huelga prevista para mediados de mayo fue desconvocada al alcanzarse un compromiso que garantizaba el mantenimiento del empleo, la incertidumbre no ha desaparecido. La sombra de los recortes planea todavía sobre una parte significativa de la plantilla. Esta teme que las promesas hechas en caliente no se mantengan en el tiempo.
Los sindicatos CNT, CGT, CCOO y UGT, que representan a buena parte de los aproximadamente 800 empleados que se encargaban de la producción audiovisual de LaLiga y la Segunda División masculina, habían convocado paros del 13 al 27 de mayo que hubieran afectado las últimas tres jornadas del campeonato.

El detonante fue la adjudicación de la producción de los partidos a la empresa suiza HBS. Esta última no se comprometía a subrogar al personal, generando un vacío legal que abría la puerta al despido de muchos profesionales técnicos y operativos.
Frente a esta situación, la dirección de Mediapro se apresuró a asegurar que no se perderían puestos de trabajo. En las negociaciones se firmó un acuerdo en el que la empresa se comprometía a recolocar a todos los empleados afectados dentro del grupo. Incluso en condiciones más favorables que las actuales.
Esta victoria sindical fue celebrada como un logro importante, pero dentro de la plantilla hay quien no se fía. Varios trabajadores, bajo condición de anonimato, reconocen que "las reubicaciones aún no se han hecho efectivas del todo". Y temen una aplicación dilatada o parcial del pacto. En algunos departamentos aún no saben qué va a pasar con ellos en septiembre. Algo que agita la situación.
Tatxo Benet, entre el poder mediático y el arte censurado
En el centro de la polémica está Tatxo Benet, socio gestor de Mediapro junto al talentoso y bronco Jaume Roures. Benet, nacido en Lleida en 1957, tiene una larga trayectoria en el mundo del periodismo y la producción audiovisual.
Su ascenso comenzó en TV3, donde ocupó varios cargos directivos. Y coincidió con sus futuros socios. Junto a Jaume Roures o Gerard Romy levantó un imperio audiovisual que ha dominado durante décadas la producción deportiva en España.

Pero el carácter empresarial de Benet contrasta con su faceta pública como defensor del arte comprometido y políticamente provocador. Su colección Censored reúne obras de artistas como Ai Weiwei, Santiago Sierra o Goya. Las mismas han sido vetadas o cuestionadas por motivos políticos, religiosos o morales.
En 2023 inauguró en Barcelona el Museo del Arte Prohibido, una iniciativa celebrada en ámbitos culturales y mediáticos progresistas. Este hecho fue utilizado desde la órbita de Jaume Roures para denunciar que Benet le impidió, o censuró, despedirse de los trabajadores vía 'e-mail'.
Sin embargo, su imagen dentro del mundo sindical es muy distinta. Tatxo Benet 'no despierta simpatías' entre la izquierda sindical, que lo percibe como un "empresario duro, hermético y poco empático con los derechos laborales". En este contexto, se le acusa de utilizar su perfil cultural para lavar su imagen empresarial.
Durante años, Mediapro ha sido uno de los grandes motores de empleo en la industria de la retransmisión deportiva. No obstante, la pérdida del contrato de LaLiga, uno de los pilares de su negocio, ha obligado a la compañía a reestructurar parte de su plantilla y servicios.
Una tensión aún latente
El ambiente en las sedes del grupo es de vigilancia constante. La dirección intenta proyectar tranquilidad, pero los comités de empresa ya han advertido que volverán a la movilización si se detectan incumplimientos o recortes disfrazados.
Las posibles salidas voluntarias incentivadas, las recolocaciones en puestos sin relación con la formación o experiencia previa, o las externalizaciones de departamentos enteros son algunas de las prácticas que los sindicatos vigilan de cerca.

Para muchos trabajadores, lo ocurrido con el contrato de LaLiga ha servido como recordatorio de la fragilidad del sector. Y de cómo los cambios en la adjudicación de derechos pueden afectar de manera inmediata a centenares de personas. Por ahora, Mediapro ha logrado evitar el conflicto abierto, pero la situación sigue lejos de considerarse cerrada.
El caso Mediapro refleja las tensiones entre la gestión empresarial de grandes corporaciones mediáticas y los derechos laborales en un sector cada vez más volátil. Mientras Tatxo Benet sigue ampliando su colección de arte censurado y reforzando su figura como mecenas cultural, en sus propias filas laborales persisten los temores.
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