
El polémico precio de las pizzas de Casa Tarradellas: Una mancha para la sucesión
Las críticas se ceban con la compañía fundada hace 50 años por Josep Tarradellas y Anna Falgueras, hoy con 750 millones
Casa Tarradellas vive un buen momento empresarial. Sin embargo, no todo es positivo. La marca catalana se ha visto envuelta en una polémica por el precio de sus pizzas. Lo curioso es que muchas de ellas también se venden bajo la marca blanca Hacendado de Mercadona. Ambas son fabricadas por la misma empresa. Pero el precio es muy distinto. Esto ha generado confusión y críticas.
La empresa fue fundada en 1976 en Gurb (Barcelona) por Josep Tarradellas Arcarons y Anna Falgueras Masramon, que se han convertido en miembros selectos de la 'aristocarnia' catalana. A día 16 de febrero de 2025, su patrimonio familiar asciende a 750 millones de euros. En solo un año ha aumentado de forma notable y ya ocupan el puesto 25 entre las mayores fortunas de Cataluña.
Josep y Anna, ambos de 75 años, siguen implicados. Pero sus tres hijos, Anna, Josep y Núria Tarradellas Falgueras, ya han asumido parte de la gestión. Han creado la sociedad patrimonial Terfal 2024 SL para organizar sus acciones y activos financieros. El nombre surge de la combinación de sus apellidos.
Casa Tarradellas comenzó con un restaurante y una pequeña tienda de productos cárnicos. En 1978 lanzaron el Espetec, un fuet que se ha convertido en todo un clásico. Luego llegaron los patés, loncheados y, en 1998, las pizzas frescas refrigeradas. Fue un paso arriesgado, pero acertado. En aquel entonces, en España solo se consumían pizzas congeladas.
Hoy, Casa Tarradellas es uno de los grandes del sector alimentario. En 2024 rebasaron los 1.500 millones de euros de facturación, que en 2014 'apenas' alcanzaba los 804 millones, y empleó a 3.158 personas, un 7% más que el año anterior.
La relación con Mercadona
Casa Tarradellas es uno de los principales proveedores de productos cárnicos y pizzas para Mercadona. Muchas de las pizzas que se venden bajo la marca Hacendado son fabricadas por ellos. Sin embargo, la diferencia de precio con las pizzas que llevan el sello 'Casa Tarradellas' ha sorprendido a muchos.

Una pizza mediana Hacendado (415 g) cuesta 2,50 euros. La misma pizza bajo la marca Tarradellas (400 gramos) cuesta 3,29 en Carrefour y 3,19 en Eroski. La diferencia supera el 30% por kilo. Esto ha provocado quejas de los consumidores. Especialmente cuando se enteran de que ambas las hace la misma empresa.
El caso ha sido denunciado por el portal Consumidor Global. Muchos se preguntan cómo es posible que una pizza tan similar tenga un precio tan distinto. Según algunos expertos, la razón es clara: el posicionamiento de marca a cuenta de la inversión en publicidad.
Además de pizzas, Casa Tarradellas fabrica otros productos para Mercadona: mortadela, jamón york, bacon, pechuga de pavo o longaniza. Todos con precios ajustados y bajo la marca blanca Hacendado.
Una familia rica pero discreta
Pese a su fortuna, la familia Tarradellas ha optado por mantenerse en un segundo plano. No aparecen en medios ni redes sociales. Tampoco suelen hacer declaraciones públicas. Son lo que muchos llaman ricos sin rostro.
El fundador, Josep Tarradellas Arcarons, sigue como presidente. Su hijo Josep (mediano) es el actual director general. Comparte dos pasiones con su padre: la bolsa y el golf. El padre es propietario de la sociedad que gestiona el club de golf Osona-Montanyà.
Anna Tarradellas, la mayor, está al frente del área de marketing. Tiene formación en publicidad y un MBA por Esade. Su marido es Pere Font, dueño de Congelados Font, con sede en Vic.
Núria, la menor, forma parte del consejo de administración. Está casada con un hijo del polémico empresario del sector porcino Josep Ramisa Salada, que ha sido varias veces condenado por su contaminante gestión de los purines.
Más allá de las pizzas
Casa Tarradellas es mucho más que una marca de pizzas. La empresa opera en distintos sectores a través de varias sociedades.
Sus dos principales compañías son Casa Tarradellas SA y Casases Food SL, aunque también tiene participación en otras como Herta Foods SL, Granges Terragrisa SL y Sogepi Consulting y Publicidad SL. Esto le permite diversificar su actividad dentro y fuera del ámbito alimentario.

En los años 90, intentaron entrar en el sector de las conservas, pero la apuesta no funcionó. Fue un movimiento que no logró consolidarse ni aportar valor a largo plazo. A pesar de ese revés, la empresa encontró una vía más efectiva al centrarse en productos frescos y listos para consumir. Esa decisión resultó clave para su crecimiento posterior.
Actualmente, la estrategia de Casa Tarradellas se basa en productos que responden a las necesidades de los consumidores actuales: rápidos de preparar, accesibles y con una presentación cuidada. Sus inversiones no solo apuntan a la producción de alimentos, sino también a áreas como la agricultura y la comunicación. Con esta estructura, la compañía ha logrado mantenerse relevante y competitiva en un mercado que cambia con rapidez.
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