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Dos hombres posan frente a los logotipos de Mercadona e Inditex
INVESTIGACIÓN

La cara oculta de las 'Tiendas 8': La 'dudosa' nueva estrategia de Mercadona e Inditex

La cadena de Roig reduce puntos de venta para abrir estas tiendas, algo criticado por las asociaciones de consumidores

Mercadona, la principal cadena de supermercados en España, ha iniciado un viraje estratégico inédito en sus décadas de expansión. Su plan ahora es reducir su red de establecimientos. Lo hace por primera vez desde los años noventa y con un objetivo. Quiere consolidar un nuevo modelo de tienda más grande, rentable y tecnológicamente adaptada al consumidor actual. 

Bajo el nombre de 'Tiendas 8', esta apuesta supone cerrar locales pequeños y medianos. Pero también reformar otros y abrir nuevos centros que reúnan unas características específicas de eficiencia.

Fachada de un supermercado Mercadona moderno con árboles sin hojas y coches aparcados enfrente en un día soleado
Mercadona. | Europapress

En 2024 Mercadona pasó de operar 1.681 tiendas a 1.674. Una reducción que, si bien puede parecer testimonial, rompe con la dinámica de crecimiento continuado que la compañía había mantenido durante tres décadas. Durante ese año se cerraron 49 tiendas y se abrieron 42 nuevas. De las existentes, 29 fueron reformadas para adaptarse al nuevo modelo. Esta línea de actuación continuará en 2025, según ha reconocido la empresa en su memoria anual.

Estas nuevas 'Tiendas 8' pretenden duplicar la rentabilidad de las anteriores, según los datos de la propia empresa. Cuentan con superficies superiores a 1.500 metros cuadrados, están diseñadas para optimizar la logística y permiten mayor implantación de tecnología. 

Sin embargo,  el nuevo modelo ha suscitado críticas por sus efectos colaterales en el tejido social y comercial. Según asociaciones de consumidores, el cierre de tiendas en barrios periféricos y zonas rurales limita el acceso a productos básicos en entornos con escasa alternativa. Mientras que la concentración de ventas en grandes superficies podría agravar la situación del pequeño comercio.

A ello se suma la creciente automatización en tienda, que plantea dudas sobre el futuro del empleo en el sector. Y  el posible aumento de desplazamientos en coche, con su respectiva huella de carbono. En conjunto, el modelo plantea interrogantes sobre su impacto a medio plazo más allá de la rentabilidad inmediata.

Beneficios al alza, pero no sin tensiones

En el plano financiero, 2024 fue un año de récord para la firma presidida por Juan Roig. Obtuvo 1.384 millones de euros de beneficio neto, un 37% más que en 2023, con una facturación total que superó los 38.800 millones de euros.

No obstante, este crecimiento se logró en un contexto de inflación alimentaria, presión social sobre los precios y demandas salariales en alza. De hecho, la compañía destinó 700 millones de euros a gratificaciones para su plantilla y anunció una subida del 8,5% en los sueldos para 2025.

También preocupa el nivel de endeudamiento para acometer reformas y nuevas aperturas. Con un coste medio de entre 4 y 6 millones de euros por establecimiento tipo 'Tienda 8'.

Los 'contras' de las 'Tiendas 8'

La transición hacia el modelo ‘Tienda 8’ ha levantado ampollas en algunos sectores, especialmente por su impacto territorial. Diversas asociaciones de consumidores han advertido que el cierre de supermercados puede generar una situación de desabastecimiento y exclusión comercial en diversas zonas. 

En muchas localidades Mercadona era la única gran superficie. Su desaparición podría obligar a los vecinos a desplazarse varios kilómetros para acceder a productos básicos. Esta reorganización, orientada exclusivamente a criterios de rentabilidad, amenaza con profundizar la desigualdad en el acceso a bienes de primera necesidad. Afectando sobre todo a personas mayores y familias sin vehículo propio.

Además, desde organizaciones del pequeño comercio se alerta de un efecto “colateral poco visible”.  La concentración de la actividad comercial en grandes formatos “no revitaliza el comercio local, sino que puede acelerar aún más su declive”. Las nuevas 'Tiendas 8' no sólo centralizan ventas, sino también márgenes, proveedores y empleo. Una situación que deja aún menos margen de maniobra al minorista tradicional. 

Hombre mayor con gafas y traje azul de pie en una oficina moderna
Juan Roig. | Europapress

“Cada cierre de tienda pequeña en un barrio es una oportunidad menos para el comercio de proximidad”, denuncian desde la Confederación Española de Comercio.

Otra preocupación creciente es el impacto laboral del nuevo modelo. Los sindicatos advierten que la automatización progresiva de funciones -como el aumento de cajas de autocobro o la digitalización de inventarios- puede reducir la necesidad de personal en tienda y modificar los perfiles laborales hacia tareas logísticas más exigentes. Algunos empleados han manifestado inquietud por la pérdida de contacto con el cliente y el rediseño de funciones que hasta ahora estaban más repartidas.

También se han alzado voces desde el ámbito medioambiental. Organizaciones como Ecologistas en Acción alertan de que el cierre de tiendas pequeñas en favor de grandes centros puede aumentar el uso del vehículo privado. Ya que muchas de las nuevas ubicaciones están en zonas periféricas o polígonos. 

Aunque la intención también es contribuir a una ciudad más compacta y accesible, este modelo puede fomentar desplazamientos más largos. Además de más tráfico y mayor huella de carbono, justo en un momento en que la sostenibilidad es una prioridad para el sector.

Una tendencia global en marcas como Inditex: menos tiendas, más tecnología

La reestructuración de Mercadona no es un caso aislado en el panorama del retail. En Estados Unidos, Amazon inició el cierre progresivo de sus tiendas físicas Amazon Go a partir de 2023. El modelo, que prometía compras sin cajeros ni colas, no logró fidelizar al público al ritmo esperado. En parte por su elevada inversión inicial y una experiencia de usuario que aún dependía de tecnología inestable.

También Inditex optó por cerrar todas las tiendas físicas de Uterqüe en 2022, alegando falta de rentabilidad. Integró su catálogo en Massimo Dutti y volvió a apostar por locales de mayor superficie en zonas estratégicas. El movimiento fue seguido por cadenas como H&M, que han reducido el número de tiendas para centrarse en flagships con experiencia de marca. Una estrategia que ha generado numerosas críticas sindicales por sus efectos en el empleo de las tiendas desaparecidas.

Fachada de una tienda Uterqüe con puertas de cristal abiertas y escaparates mostrando ropa y accesorios
Tienda de Uterqüe. | Europapress

En este contexto, la transición de Mercadona puede interpretarse como un intento de anticiparse a cambios estructurales en los hábitos de consumo. Menos visitas al supermercado, compras más grandes y una creciente demanda de servicios complementarios como comida preparada, recogida en tienda o entregas a domicilio.

Una de las primeras 'Tiendas 8' que se inauguró bajo esta nueva estrategia fue la ubicada en el barrio de Patraix, en Valencia. Este supermercado sustituye a dos antiguos locales en la zona y concentra en 1.600 metros cuadrados todas las secciones clave.

En Madrid, el local de Mercadona en la calle Alcalá también ha sido completamente reformado bajo los estándares del modelo 8. 

Letrero de la tienda Mercadona con un logo de cesta de la compra y productos sobre una pared exterior
Mercadona. | Europapress

Otra apertura significativa tuvo lugar en Vila Nova de Gaia (Portugal), donde la empresa ha replicado el modelo español para adaptarse a las nuevas exigencias del mercado luso. Las nuevas tiendas en Portugal también siguen el patrón de eficiencia, con mobiliario más accesible y secciones rediseñadas para facilitar la compra rápida. 

Aunque la rentabilidad del modelo 'Tienda 8' parece indiscutible para Mercadona en términos financieros, queda por ver su impacto real en el equilibrio territorial del comercio minorista. La reducción de puntos de venta en zonas rurales y la concentración de actividad en grandes establecimientos urbanos amenaza, según diversas voces, con generar efectos adversos en el acceso a la alimentación, en la sostenibilidad urbana y en la diversidad comercial.

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