La pareja del ministro Albares, de nuevo 'colocada' en una empresa subvencionada

La reciente contratación de Therese Jamaa, pareja del ministro de Exteriores José Manuel Albares, por parte de  Openchip, ha suscitado una importante controversia. La empresa tecnológica se benefició de una subvención de 111 millones de euros de fondos europeos  el pasado mes de mayo. Paradójicamente, en junio contrató Jamaa como vicepresidenta de alianzas estratégicas. 

La falta de ingresos de Openchip en 2022 y 2023 ha generado dudas sobre la justificación y la transparencia de la asignación de dichos fondos. Al tiempo que ha reavivado el debate sobre posibles conflictos de interés en el seno del Gobierno.

Openchip & Software Technologies es una compañía con sede en Barcelona. Se dedica al diseño y fabricación de chips y procesadores. Con un enfoque particular en aplicaciones de alta potencia computacional (HPC) e inteligencia artificial (IA). 

Según su objeto social, su misión es desarrollar soluciones tecnológicas avanzadas. Estas tienen el cometido de mejorar la eficiencia y capacidad de procesamiento de sistemas informáticos en sectores clave como la ciencia y la tecnología.

A pesar de su misión ambiciosa, Openchip no ha registrado ingresos en los dos últimos años. Aun así, en mayo de este año, la empresa recibió una subvención de 111 millones de euros del programa de fondos europeos Next Generation EU. Destinado a impulsar la recuperación económica tras la pandemia y fomentar la innovación tecnológica en el continente. 

Esta asignación de fondos ha sido cuestionada por diversos sectores. Especialmente debido a la falta de facturación de la empresa en 2022 y 2023. Lo que levanta sospechas sobre su capacidad para ejecutar los proyectos previstos.

La llegada de Therese Jamaa a Openchip

Therese Jamaa, de origen libanés y nacionalidad francesa, ha tenido una destacada carrera en el sector tecnológico. Como ya repasamos en elcierredigital.com, ha trabajado en compañías como Vodafone, Qualcomm y Huawei. 

De hecho, hasta mayo de 2023, fue vicepresidenta de Huawei España. Una posición que generó controversia, dado que Huawei ha sido vetada por motivos de seguridad en países como Estados Unidos. También está bajo constante escrutinio en la Unión Europea. 

Jamaa se unió a Openchip el pasado mes de junio. Apenas un mes después de que la empresa recibiera la millonaria subvención europea.

Su fichaje como vicepresidenta de alianzas estratégicas fue justificado por Openchip como parte de su estrategia para contar con una ejecutiva de amplia experiencia en el sector tecnológico. 

Fuentes de la compañía aseguraron que Jamaa fue seleccionada a través de un proceso de reclutamiento. Este habría sido coordinado por un cazatalentos y su relación con el ministro Albares no habría influido en la decisión. 

No obstante, la cercanía entre la asignación de los fondos y su nombramiento, sumada a la relación personal con un alto cargo del Gobierno, ha levantado sospechas sobre un posible conflicto de intereses.

Polémica sobre posibles conflictos de interés

El nombramiento de Therese Jamaa ha reavivado la polémica sobre las relaciones entre el Gobierno español y determinadas figuras empresariales. La vinculación personal de Jamaa con el ministro de Exteriores ha llevado a algunos sectores a cuestionar la transparencia del proceso de selección. 

También la posible influencia del gobierno en la adjudicación de los fondos europeos. Aunque los fondos Next Generation son gestionados principalmente por el Ministerio de Hacienda, las críticas apuntan a una falta de controles adecuados para evitar situaciones que puedan ser percibidas como favoritismo o nepotismo

Este no es el primer cargo público o semi-público en el que Jamaa ha sido designada. A finales de 2023, fue nombrada integrante del consejo de administración de Hispasat. Esta compañía española de satélites de comunicación está controlada en su mayoría por Red Eléctrica, una empresa pública. 

Este nombramiento también fue controvertido debido a la anterior relación de Jamaa con Huawei.

El papel del Gobierno de Pedro Sánchez en la polémica

El gobierno de  Pedro Sánchez ha sido acusado en varias ocasiones de utilizar cargos en empresas públicas o estratégicas para beneficiar a personas cercanas al entorno del Ejecutivo. 

El caso de Jamaa ha sido interpretado por algunos medios como parte de un "festival de enchufes". En el que figuras cercanas a ministros del Gobierno o exministros son colocadas en posiciones clave, a pesar de las posibles implicaciones éticas y legales​

La situación de Therese Jamaa ha sido comparada con otros casos recientes en los que personas cercanas al Gobierno han obtenido cargos relevantes en empresas públicas o privadas que dependen en gran medida de decisiones políticas. 

Esta tendencia ha generado un clima de desconfianza en torno a la gestión de los fondos europeos, cuyo objetivo principal es impulsar la recuperación económica y la innovación, pero que, según algunos críticos, podría estar siendo utilizado para beneficiar a ciertos individuos o empresas vinculadas al Gobierno.

El nombramiento de Jamaa y la concesión de fondos a Openchip ha generado una oleada de críticas tanto por parte de la oposición como de ciertos sectores de la opinión pública. 

Desde el Partido Popular (PP) y otros grupos de la oposición se han solicitado explicaciones al Gobierno. Cuestionando no solo la transparencia del proceso de selección de Jamaa, sino también la idoneidad de Openchip para recibir fondos públicos. Dada su falta de ingresos en los últimos dos años​

En respuesta a las críticas, Openchip ha defendido la contratación de Jamaa, destacando su extensa trayectoria en el sector tecnológico. Asimismo, han subrayado que los fondos europeos están destinados a proyectos de largo plazo. También sostienen que la falta de ingresos en los últimos años no refleja necesariamente la capacidad de la empresa para cumplir con los objetivos previstos. 

Por su parte, el Ministerio de Hacienda ha señalado que la asignación de los fondos se llevó a cabo de acuerdo con los procedimientos establecidos, sin interferencias políticas​.