
Los mensajes entre Sánchez y el exministro Ábalos: La Moncloa cambia de estrategia
Hasta tres editoriales se han interesado por las memorias de José Luis Ábalos, que podría exprimir sus archivos privados
La Moncloa ha dejado de intentar quitar hierro ante la publicación de algunos mensajes que se intercambiaron Pedro Sánchez y José Luis Ábalos. El exministro ha admitido que autorizó que vieran la luz en el diario El Mundo.
"Cuando el medio que los ha publicado me pide contrastar los WhatsApp de 2023, no me opongo a su publicación porque entiendo que son de carácter positivo. Y los reconozco como tal porque dejan bien claro y demuestran que no es cierta la argumentación que usa la derecha y sus medios afines de que el presidente ocultaba las razones de mi cese por mi gestión como ministro", ha reconocido Ábalos.
"Es un gato acorralado"
Fuentes cercanas a Ferraz señalan que "Ábalos está filtrando mensajes para lanzar una advertencia al Gobierno. No caerá solo si desde el PSOE no le lanzan un bote salvavidas. Ahora es como un gato acorralado, ha tenido mucho poder en el partido y en La Moncloa. Y ha querido enseñar el pico de la muleta".
Según los mensajes, Sánchez llamó "impresentable" al expresidente extremeño Guillermo Fernández Vara. Y "pájara" a la ministra de Defensa Margarita Robles. En un principio, desde La Moncloa se quiso quitar hierro a la información publicada. Pero en las últimas horas se está haciendo un llamamiento a que los dirigentes del PSOE critiquen la falta de ética de publicar comunicaciones privadas.

Ábalos ha hecho oídos sordos y ha admitido que hasta tres editoriales se han interesado por sus memorias políticas. El valenciano niega que este anuncio sea una amenaza velada hacia sus excompañeros de bancada.
Tensión
La reciente crisis política en torno a José Luis Ábalos ha desatado un foco de tensión en el núcleo del PSOE y, en especial, en el entorno de Pedro Sánchez. A medida que avanzan las investigaciones judiciales y mediáticas vinculadas al llamado "caso Koldo", crece la inquietud en La Moncloa y Ferraz.
La oposición cree que la publicación de los mensajes privados podría arrojar luz sobre el grado de conocimiento que tuvo Sánchez sobre los movimientos de su antiguo colaborador. Pero otras voces apuntan a que el tono de los mensajes evidencian "que no había compadreo de Sánchez hacia Ábalos. Al menos, con relación a los supuestos negocios de este último".
Auge y caída de Ábalos
José Luis Ábalos fue uno de los fieles de Pedro Sánchez en su camino hacia la secretaría general y, posteriormente, hacia La Moncloa. Su papel como secretario de Organización fue determinante para consolidar el control del aparato del partido y para acceder al Gobierno. Y su gestión al frente del Ministerio de Transportes durante la pandemia le otorgó una visibilidad notable.
Sin embargo, su salida del Gobierno en julio de 2021 fue tan repentina como enigmática. Aunque oficialmente se enmarcó en una remodelación del Ejecutivo, desde entonces han circulado rumores de tensiones internas. Y también de sospechas en torno a su entorno más próximo, especialmente en lo relacionado con contratos de emergencia firmados durante la crisis sanitaria.

Con la detención de Koldo García, asesor y mano derecha de Ábalos, esas sospechas tomaron forma judicial. Y esto ha generado una onda expansiva que amenaza con llegar al corazón del Gobierno.
En La Moncloa, por su parte, el tema se trata con discreción. Pero con la conciencia de que cualquier percepción de opacidad o doble vara en la gestión del caso puede erosionar seriamente la imagen de Sánchez hasta entre sus más fieles.
Un contexto cada vez más enrarecido
La tensión en el PSOE no se explica solo por el temor a la publicación de los mensajes. El caso Ábalos ha reabierto heridas internas. Y ha reactivado corrientes 'susanistas' que cuestionan la falta de controles internos y la excesiva concentración de poder en el círculo más cercano al presidente. Algunas voces del partido consideran que la dirección actuó tarde al desvincularse de Ábalos.
La oposición, especialmente el PP, ha hecho de este asunto uno de sus ejes de ataque más persistentes. Los 'populares', muy manchados por la corrupción en los últimos años, insisten que el PSOE no ha roto del todo con las prácticas del pasado. Vox, por su parte, ha redoblado la presión parlamentaria y mediática para exigir explicaciones directas al presidente.
La gestión del caso Ábalos se ha convertido en un test de resistencia para Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno ha tenido que hacer frente a crisis de toda índole. Pero que en esta ocasión se enfrenta a un fuego más cercano: el que proviene de su antiguo círculo político.
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