Marta Gayá, 'dama del rumor': No, Sabino no me contó nada de su amor con Juan Carlos I
En agosto de 1992, el hoy director de Elcierredigital firmó esta portada de Época desenmascarando esta relación del Rey
El romance de Marta Gayá con el rey Juan Carlos I sigue en vigor cuarenta años después. Las cintas grabadas por la vedette Bárbara Rey al entonces monarca español siguen dando que hablar.
En la última cinta de los audios revelados por Ok Diario se pone en el foco a la decoradora mallorquina Marta Gayà, hoy con 76 años, la verdadera pareja extramatrimonial de Juan Carlos I desde finales de los años 80. Se trata de la persona que siempre ha estado con él y que todavía hoy sigue visitando al Emérito en Abu Dabi. Gayà ha sido su sostén, incluso cuando el rey tenía relaciones con Corinna Larsen.
A esta decoradora mallorquina la descubrí yo mediáticamente en la revista Época. Lo hice en un revelador reportaje fechado el 22 de agosto de 1992. Hace 32 años. En el famoso verano de la Expo de Sevilla y de las Olimpiadas de Barcelona.
Pero en los audios que han salido a la luz Juan Carlos I no cuenta toda la verdad. En ellos, fechados en 1994 en la casa de Bárbara Rey en Boadilla del Monte (Madrid), el monarca le habla de la persona que habría filtrado su affaire con Marta Gayà. Don Juan Carlos apunta a Sabino Fernández Campo, entonces jefe de la Casa Real española.
Pero no es cierto. No, Sabino no me contó nada del affaire del rey Juan Carlos con Marta Gayà. Nada. Nunca en mi vida hablé con él. Fue una pena.
Pero esta relación secreta era algo que todos los que trabajábamos en Mallorca a finales de los años 80 sabíamos y conocíamos. Un vínculo que el soberano mantenía desde el inicio de los años 80. Una relación que se fue materializando y estrechando con el paso de los años hasta alcanzar la plenitud en 1990.
Una relación que el propio monarca ratifica en las cintas que los agentes del Cesid, de Emilio Alonso Manglano, le grabaron: "Estoy en el momento más feliz de mi vida... con Marta", afirmaba en una de estas grabaciones realizadas por los propios servicios secretos españoles.
Ver para creer. Y algunas de ellas salieron a la luz gracias al brillante trabajo de los periodistas y compañeros de El Mundo, Manuel Cerdán y Antonio Rubio.
Por aquellos años del inicio de la década de los 80, Marta era relaciones públicas del Club de Mar de Palma. Allí, don Juan de Borbón atracaba su célebre yate 'El Giralda', en el que pasaba largos ratos en su cubierta, rodeado de viandas y licores, hasta altas horas de la madrugada.
En esa discoteca situada a escasos metros de donde atracaba el barco su padre, Juan Carlos de Borbón pasó sus primeros años como rey en sus vacaciones estivales. Bailaba, ponía discos, se movía por la barra...
Era un club donde estaba todo su círculo y toda su corte paralela, que lideraba el entonces príncipe georgiano Zourab Tchokotua, que se convirtió en el confidente, amigo y presunto socio del monarca en algunos negocios.
Fue este quien presentó a Juan Carlos I a Marta Gayà, la mujer con la que el hoy Emérito tuvo "la época más feliz de su vida".Y en su mansión de la zona de Andraitx se veían 'clandestinamente'.
Elcierredigital.com desvela en su podcast 'El Hilo de la Cometa', cuyo audio reproducimos, la verdadera historia de la relación entre el monarca y la decoradora. Una verdad maquillada por muchos, incluido el propio rey Juan Carlos I, que culpa a Sabino Fernández Campo de sus andanzas y filtraciones.
El romance del Emérito y Marta Gayà y la otra cara de Zaplana | El Hilo de la Cometa 4x3
Marta Gayà, la 'dama del rumor'
La historia de la decoradora Marta Gayà y su relación con Juan Carlos I ha sido una de las más profundas y discretas relaciones del monarca español. Algo impensable. Y la más duradera entre las múltiples aventuras amorosas del entonces todopoderoso rey de España.
La relación con la vedette Bárbara Rey supuso —y está suponiendo— un gran escándalo alrededor de la figura de Juan Carlos I. Como también la que mantuvo con Corinna Larsen, que fue más de lo mismo.
Incluso, en este último caso, la aristócrata alemana llegó a recibir una propuesta de matrimonio del monarca. Sin embargo, la figura de Marta Gayà ha sido un refugio discreto, constante y fiel para Juan Carlos I.
La decoradora mallorquina se ha mantenido cercana, incluso en los momentos más difíciles de su vida. Por eso, esta 'dama del rumor' no es un nombre más en su lista de conquistas.
No. La decoradora no es ‘una más’ en la vida del hoy rey Emérito. Su profunda relación, aún viva a día de hoy, es la más intensa y fiel que el monarca concibió fuera de su matrimonio con doña Sofía.
Tanto es así que, en los comienzos de los años noventa, la reina Sofía y Sabino Fernández Campo, entonces jefe de la Casa del Rey, eran conscientes de que Juan Carlos I estaba desarrollando sentimientos muy profundos por la decoradora. Algo que preocupaba mucho en todas las estancias de palacio.
El rey Juan Carlos siempre intentó protegerla. Algo que se ha terminado confirmando con las cintas grabadas al monarca por la vedette totanera en su chalé de Boadilla del Monte (Madrid).
En ellas, ante preguntas de Bárbara Rey, muy preocupada por esta competencia femenina, el rey Juan Carlos le contesta que "no se ve ya con Marta Gayà". Y la vedette insiste: "¿Estás seguro?". Y el monarca, quizá presionado por este interrogatorio inquisidor, contesta a la totanera "que sí, que no está con nadie y que no ve a Marta desde hace mucho tiempo".
Algo totalmente incierto. Y para contentarla vuelve a reafirmarle a Bárbara Rey que no está con nadie. Pero al final, se sincera parcialmente y le dice a la vedette en su interrogatorio "que bueno..., que quizá con alguna mujer extranjera sí ha estado, pero que solo con extranjeras", señala.
Marta Gayà, la decoradora del Rey
Marta Gayà no era ni es extranjera. Nacida en Mallorca en 1948, siempre supo mantenerse en un segundo plano. Y a pesar de que su relación con el monarca era un secreto a voces en la alta sociedad mallorquina, nunca fue objeto del escrutinio público.
Hasta que en agosto de 1992, el hoy director de elcierredigital.com, Juan Luis Galiacho, el que esto suscribe, firmó, como he mencionado, la portada de la revista Época, desenmascarando a ‘la mujer del rumor’ que rondaba la vida extramatrimonial de Juan Carlos I.
Fue todo un hito periodístico y un duro golpe para la sociedad española tradicional. Pero a pesar de ello, la discreción de Gayà ha sido una de las características más destacadas de su relación con Juan Carlos I.
Y así lo ha demostrado a lo largo de todos estos largos años, ya separada de su marido, el ingeniero Juan Mena. Desde entonces, la decoradora ha demostrado ser una amiga silenciosa y compañera incondicional del monarca, a quien continúa visitando hoy día en su paraíso de Abu Dabi, su gran exilio económico.
Pero su conexión con el monarca se forjó en la capital de isla balear, donde el rey tenía su corte paralela, encabezada por su gran hombre de confianza y confidente, el ya fallecido príncipe georgiano Zourab Tchokotua, casado con Marieta Salas, la gran potentada de esta isla.
Eso sí, el amor que Juan Carlos I sentía por Marta Gayà no impidió que el rey tuviera otras aventuras amorosas. Algunas de ellas muy sonadas en la prensa internacional. Una de estas relaciones paralelas fue con la actriz española Bárbara Rey, hoy muy conocida por sus acuerdos con los servicios secretos del CESID (ahora CNI) para guardar en secreto sus andanzas grabadas con el monarca.
Marta Gayà, presente en la relación del rey con Corinna Larsen
Otra de las aventuras más mediáticas del rey ocurriría años después. Se trató de la que mantuvo con Corinna Larsen, la aristócrata alemana que no solo se convirtió en la amante o "amiga íntima" del rey de España, sino que también fue objeto de una propuesta de matrimonio.
Larsen, al igual que Gayà, fue una figura clave en la vida del hoy rey Emérito, pero su relación fue mucho más pública y escandalosa. Se sabe que Juan Carlos I estuvo muy enamorado de Corinna y que llegó a recibir tratamiento de compañera oficial, otorgándole incluso privilegios y regalos millonarios que luego serían investigados en el contexto de acusaciones de corrupción.
A pesar de la intensidad de su relación con Corinna, e incluso de haberle propuesto matrimonio, siempre regresó en sus desencuentros con la alemana a los brazos de Marta Gayà, quien recibiría dos millones de euros de las cuentas en Suiza del monarca.Entre otras prebendas.
Los desplantes de Juan Carlos a Sofía
Precisamente, este amor entre Marta Gayà y Juan Carlos llevó al monarca a descuidar las obligaciones familiares e, incluso, las oficiales. En un principio, sus encuentros con Marta se producían de manera muy discreta entre Mallorca, Suiza y París, pero el secreto no duró mucho.
La reina Sofía fue una las primeras personas en enterarse. Todo ocurrió en julio de 1990, en una cena en Mallorca, con unos 200 comensales, en honor al multimillonario Aga Khan, actual jefe y 'protector' de la Infanta Cristina en Suiza. A aquella cena veraniega llegaron puntuales el rey, la reina y sus invitados ilustres. Sin embargo, pasados unos minutos todavía había una mesa vacía.
Ya casi en los postres se presentaron el escritor José Luis de Villalonga y Marta Gayà, así como el príncipe Tchokotua y su mujer, Marieta Salas. En lugar de enfadarse, el rey se levantó de su puesto presidencial y fue a saludarles efusivamente, sobre todo a Marta, en un gesto que denigró a la reina Sofía.
Fue casi una presentación relativamente pública de la relación de Juan Carlos I con Marta Gayà. Pero también un golpe para doña Sofía. Y allí estábamos algunos periodistas, que lo vivimos.
Pero no fue el único. Otro de los episodios más dolorosos en la relación entre Juan Carlos I y su esposa, la reina Sofía, tuvo lugar en el verano de 1992. Durante ese año, el rey, que atravesaba una profunda crisis matrimonial, decidió ausentarse de España para viajar a Suiza con Marta Gayà.
La razón de su visita a Suiza no respondía simplemente a una escapada romántica, sino que estaba motivada por un intento de consolar a Gayà. La mallorquina se encontraba muy afectada tras haber presenciado en vivo la muerte en un accidente de coche de su amigo Rudy Bay, propietario de la compañía aérea Spantax, y de su compañera Marta Girod.
Don Juan Carlos desapareció del mapa. Pero presionado por Sabino Fernández Campo, entonces jefe de la Casa del Rey, regresó de Suiza el sábado 20 de junio por la mañana, despachó con el entonces jefe de Gobierno Felipe González y comió en privado con el presidente de Sudáfrica, Fredierik de Klerk, que estaba en Madrid de visita oficial.
Por la noche, nada más celebrar en familia el aniversario de su padre don Juan, dejó plantada a su familia y a doña Sofía, entre lloros, y se marchó de nuevo a Suiza. Quería estar al lado de Marta Gayà y poco le importaba el resto.
Precisamente fue la última celebración familiar de aniversario de don Juan de Borbón, que cumplía 79 años ese 20 de junio y que meses después fallecería. Una velada rota que se celebró en el Club Financiero de la calle Génova, de Madrid, tras el acto oficial en el Palacio del Pardo.
La reina, al día siguiente, sustituyó al monarca en la apertura de la Cumbre Iberoamericana. La desaparición pública del rey levantó por primera vez en España todo tipo de especulaciones.
La escapada del rey a Suiza
Así las cosas, la ausencia del rey en España provocó una pequeña y grave crisis política aquel junio de 1992. Lo que hizo estallar la mecha fue el relevo de Francisco Fernández Ordóñez, entonces ministro de Asuntos Exteriores, que fallecería en agosto de ese mismo año.
El político padecía un cáncer en fase terminal y todo el mundo se preguntaba por qué el entonces presidente del Gobierno, Felipe González, no lo relevaba. El sustituto estaba ya designado por el Gobierno: Javier Solana. Pero, el Rey no estaba.
En una rueda de prensa, la entonces ministra-portavoz Rosa Conde contestó a los requerimientos de los periodistas revelando que no se podría sancionar un nuevo nombramiento porque el rey se encontraba fuera de España y para ello era necesaria su presencia.
A partir de ese momento, la prensa comenzó a investigar el destino del monarca. El Mundo habló del viaje a Suiza y recordó que unos meses antes el historiador Juan Balansó habló en clave sobre el proyecto del rey de escribir sus memorias junto a su amigo José Luis de Vilallonga, achacándolo a alguna “gaya dama”.
Sin duda, quien fue más allá fue Jaime Campmany, el director de la revista Época. La publicación llevó a su portada una foto de Marta y tituló 'La dama del rumor'. Esta histórica portada levantó muchas ampollas y grietas en los círculos políticos y económicos de entonces.
El escándalo estaba servido. Por primera vez en la historia de nuestra reciente democracia, la prensa rompía el gran tabú real desde la Transición.
Lo que pocos saben es que pudo haber una segunda portada en Época sobre este tema. Sin embargo, Sabino Fernández Campo llamó a Campmany pidiendo que el tema se apartara. La reina Sofía estaba sufriendo demasiado. "No para de llorar", dijo Sabino.
Mientras se producía este escándalo y el rey estaba en Suiza, el ministro Javier Solana, según un Real Decreto del BOE, pasó a ser ministro de Asuntos Exteriores el 23 de junio de 1993. Sin embargo, ese día el rey no estaba en España para firmarlo, ni para asistir a su toma de posesión y al intercambio de carteras.
Hoy todavía se desconoce oficialmente cuándo regresó el rey Juan Carlos a nuestro país y cuándo se produjo el traspaso de carteras entre Solana y Ordóñez.
Lo que sí se sabe es que la primera aparición pública del monarca desde este escándalo amoroso tuvo lugar en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Barcelona, el 25 de julio de aquel 1992.
A pesar de los citados escándalos y la aparición paralela de otras mujeres en la vida de Juan Carlos I, Marta Gayà ha seguido siempre a su lado.
En los últimos años, tras la abdicación del monarca en 2014 y su exilio voluntario en Abu Dabi en 2020, Gayà ha mantenido un nivel alto de vida, entre Suiza y Mallorca. Como visitando a menudo en los Emiratos Árabes al rey Emérito.
Demuestra así que su relación ha evolucionado hacia una amistad profunda y duradera. Y aunque ya no se habla de ellos en términos románticos, está claro que Gayà sigue siendo una de las personas más cercanas a Juan Carlos de Borbón.
Más noticias: