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Una mujer con un traje negro y blusa de lunares camina al lado de un hombre con traje y corbata mientras varias personas con cámaras y micrófonos los siguen en un entorno urbano.
INVESTIGACIÓN

La 'dramática' vida de Rosa Barceló, el 'otro yo' del condenado exministro Zaplana

A sus 67 años, la mujer del político del PP que irá a prisión 10 años, sufre una enfermedad y vio morir a su hijo 'Edu'

El exministro popular Eduardo Zaplana (68 años) ha vuelto a la actualidad tras conocerse la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia. El que también fuera expresidente de la Generalitat Valenciana ha sido condenado a más de 10 años de prisión por el 'caso Erial'. El Tribunal le declara culpable de prevaricación, cohecho, falsedad y blanqueo de capitales por el cobro de comisiones en su mandato como president.

Como consecuencia de su vuelta a la palestra mediática, recordamos a la mujer que fue el 'otro yo' del político, su esposa Rosa María Barceló Martorell (67 años), de la que no se ha divorciado.

Aunque el cartagenero y la valenciana hacen vidas separadas desde hace años, mantienen vínculos 'irrompibles' a día de hoy. Uno de ellos es la 'operación Erial', por la que Barceló también fue imputada inicialmente. Otra es la familiar, ya que han tenido tres hijos durante su matrimonio.

Estos son Rosa, de 42 años, licenciada en Derecho y que ejerce de abogada; María, de 38 años, licenciada en Derecho y Empresariales en ICADE y que trabajó en Bankia; y Eduardo, que murió en 2011 y que nació con síndrome de Lowe.

Dos personas caminando juntas en un entorno urbano por la noche.
Rosa Barceló y Eduardo Zaplana. | Archivo

Además del calvario judicial, la familia Zaplana-Barceló ha convivido con duras enfermedades, como la leucemia. Una enfermedad que padecen tanto Rosa María, como el exministro del PP Eduardo Zaplana. Él fue diagnosticado en noviembre de 2015 y tratado con un trasplante alogénico con células de una hermana compatible, solo un mes después de su dictamen.

Precisamente, esta enfermedad podría ser de nuevo el motivo de un recurso ante la Audiencia Provincial de Valencia. El objetivo: evitar otra vez su entrada en prisión tras su considerable condena. 

A su mujer, sin embargo, la leucemia se la detectaron unos años después. Ya en el periodo de inicio del declive de este político del PP, de ascendencia cartagenera y no alicantina.

¿Pero, quién es de verdad Rosa María Barceló Martorell,  la esposa sufridora de Zaplana? 

La vida 'dramática' de Rosa Barceló

Rosa, como se le conoce, nació en Benidorm (Alicante) en 1957. Es hija de Dolores Martorell Llorca y de Miguel Barceló Pérez. Su padre, el señor 'don Miguel', fue un importante constructor hotelero, propietario de enormes superficies de suelo en Benidorm antes del boom turístico. También fue senador por Alicante por el PP durante 22 años, desde julio de 1986 hasta el año 2008, cuando cedió su puesto de senador en la Cámara Alta a su nieto Agustín Almodóbar Barceló.

El patriarca de los Barceló, de orígenes falangistas, fue quien impregnó a sus dos hijas, Rosa y Ángela, el carácter y su pasión por la política. Pero también el interés ante cualquier negocio hotelero o turístico que se moviera por sus amplias redes.

Para Rosa, como también para Eduardo Zaplana, el exsenador popular Barceló fue algo más que un padre. Por eso, su muerte el 12 de marzo de 2018, a los 94 años, fue una gran pérdida para la familia. Significaba otro drama más que añadir a la lista.

Un hombre mayor en un balcón con vista a una playa concurrida y el mar al fondo.
El empresario hotelero y exsenador Miguel Barceló Pérez. | Cedida

Hay que recordar que el exministro del PP, Eduardo Zaplana, hoy condenado, nació en Cartagena y se quedó muy joven huérfano de padre y madre. Y que con tan solo 16 añitos se enamoró de Rosa Barceló.

La pareja empezó a salir a raíz de esos escarceos juveniles y desde entonces no se han divorciado. El ex senador Miguel Barceló adoptó a Eduardo como a un hijo. Y pronto Zaplana se convirtió en su asistente.

“Éramos escandalosamente jóvenes. Ella tenía 15 años y yo 16. La conocí un día de invierno en una cafetería de Benidorm. Recuerdo que no había mucha gente cuando me la presentaron. Y creo que en ese mismo momento ya empezó nuestra relación”, como se recoge en el libro de quien firma esto, Juan Luis Galiacho, titulado 'Las Mujeres del Gran Poder' (La Esfera de los Libros).

“Don Miguel”, siempre le conocieron así en Benidorm, no tardó en darse cuenta de las dotes de su yerno para la política. Y no desmayó hasta conseguir colocarlo como presidente del PP de Alicante (1990), donde Zaplana comenzó a desarrollar su ingenio como político popular.

Pero antes, Rosa y Eduardo se casaron en 1981, eso sí, en régimen de gananciales. Y a pesar de las noticias y rumores que han salido en algún medio de comunicación, siguen todavía hoy juntos oficialmente.

Por ejemplo, en mayo de 2006, la revista 'Qué me dices' publicaba un titular sorprendente donde se decía: “Zaplana rehace su vida con otra mujer”. En la información interior se recogía que “el portavoz del PP se había vuelto a enamorar, se escapó a Sicilia con su compañera de partido Elvira Suanzes, de 29 años, diputada por el PP en las Cortes Valencianas y ex fallera Mayor”.

El rumor se trataba de confirmar con las fotos de la pareja durante una escapada romántica a la isla italiana de Sicilia.

Los negocios inmobiliarios y la política

Fue también el patriarca de la saga Barceló quien, al margen de su pasión por la política, inculcó tanto en su hija Rosa como en su yerno Eduardo un sumo interés por los negocios inmobiliarios.

Precisamente, una de las empresas de la familia Barceló, unida a Rosa, comenzó en 1999 a adquirir terrenos rústicos (cerca de un millón de metros cuadrados) en los alrededores del controvertido parque temático “Terra Mítica”, un proyecto impulsado por Eduardo Zaplana.

Desde siempre, Rosa ha formado parte del engranaje inmobiliario de su familia. Así, en septiembre de 2016 se la situó como vicepresidenta de Promociones Les Dunes SL, dedicada a la gestión de hoteles y alojamientos, e igualmente repitió como apoderada en la empresa de promoción inmobiliaria Ruscifolia SL, en la que su hermana Ángela también fue apoderada.

Por eso no sorprende que todas las inversiones inmobiliarias del matrimonio Zaplana, “para su sociedad de gananciales”, las haya realizado Rosa Barceló. Así ocurrió una vez iniciada la andadura política del matrimonio en la capital del Turia.

Fue entonces cuando  los Zaplana-Barceló compraron una lujosa vivienda en la Plaza de la Legión Española, número 13. El piso fue adquirido por Rosa Barceló en 1997  a la empresa Patrimonial Siglo XXI, una de las sociedades del empresario y exvicepresidente de Bancaja, Enrique Roig.

La vivienda, ubicada en uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad de Valencia, ocupaba una extensión de 320,7 metros cuadrados con dos plazas de garaje. Curiosamente, el matrimonio Barceló-Zaplana se hizo con el inmueble por el mismo precio que la mercantil del conocido empresario Enrique Roig pagó por él en primera instancia: 420.000 euros (70 millones de pesetas), según consta en la nota registral.

La compra la realizó Rosa Barceló a través de un pagaré de una sucursal del Banco de Sabadell, suscrito por su madre María Dolores Martorell Llorca, que actuaba con los poderes otorgados por su esposo, Miguel Barceló Pérez. Así todo quedaba en familia. 

Pero también fue Rosa Barceló quien realizó las compras inmobiliarias para el matrimonio tras su desembarco en la capital de España. Así, por ejemplo, fue quien compró “para la sociedad de gananciales con su esposo”, según se recoge en la nota registral, un piso en el Paseo de la Castellana, nº 138, de Madrid, muy cerca del Estadio Santiago Bernabéu.

Una de las zonas más cotizadas y caras de la capital de España. El edificio, dedicado íntegramente a viviendas, alberga un domicilio por planta. Esta compra, sellada el 19 de noviembre de 2002, le supuso una inversión de 1.622.732,68 euros, es decir, 270 millones de pesetas, según consta en la correspondiente escritura notarial de compraventa firmada por el notario de Madrid, Juan Carlos Caballería Gómez.

Un hombre de traje rodeado de micrófonos de diferentes medios de comunicación en un entorno al aire libre.
Eduardo Zaplana. | Rober Solsona / Europa Press

Esa primera casa de los Zaplana en Madrid, adquirida por Rosa Barceló, disponía de 532 metros cuadrados útiles y se componía, según la detallada descripción que se hace del piso en la nota registral: “de un vestíbulo, un salón con chimenea, una sala de estar, un comedor, un cuarto de armarios, dos cuartos de baño y uno de aseo para los señores, un cuarto de vestir, cuatro dormitorios para los señores, un despacho, un vestíbulo para los niños, oficio, comedor para el servicio, cuarto de plancha, un dormitorio para el servicio, un cuarto de baño y cuarto de entrada y armarios, y cocina”.

Pero también incluía un trastero en el sótano de casi 8 metros cuadrados y dos plazas de garaje.

La anterior propietaria del piso, María de la Esperanza Macías Arias, recibió por parte de Rosa Barceló en el mismo acto de escriturar la compraventa la cantidad de 1,62 millones de euros en dos cheques bancarios, mediante un préstamo hipotecario concedido al matrimonio Barceló-Zaplana por la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), la entidad crediticia creada en Alicante y en la que Zaplana mandó durante mucho tiempo.

Este préstamo se formalizó, casualmente, el mismo día en que se llevó a cabo la operación inmobiliaria, según se recoge en la escritura de condiciones del crédito ante el mismo notario. 

La propiedad fue luego vendida por unos 2,8 millones de euros. Con los fondos de esa venta el matrimonio habría comprado otro de piso de 290 metros cuadrados en el centro de Madrid, muy cerca de la sede del PP en la calle Génova, por una cantidad muy inferior: 1,8 millones de euros.

Por eso, alegan sus círculos más cercanos, el matrimonio Zaplana- Barceló no necesitó de ningún tipo de préstamo con garantía hipotecaria para financiar su nueva adquisición.

Rosa Barceló también mantenía bajo su propiedad un chalé en Benidorm, inscrito en el Registro de la Propiedad nº 1 de esta ciudad costera alicantina.

La muerte de su hijo

La singular relación de Eduardo Zaplana con su mujer Rosa Barceló la definió ya hace años el propio político: “Hemos logrado crear un clima de convivencia bastante bueno. Después de tantos años juntos, pienso que el mérito fundamental es de ella, que se ha adaptado muy bien a la vida de un político, a sus ausencias, a su frenética actividad, a los cambios de domicilio, de ciudad y a muchas pequeñas cosas poco habituales en una familia”.

Pero la muerte de su hijo pequeño Eduardo, que falleció con solo 22 años, el 2 de agosto de 2011, a causa de una enfermedad rara bautizada como de 'Síndrome de Lowe', fue un antes y un después en su relación. Una enfermedad de nacimiento que le causó a 'Edu', como le llamaban, alteraciones físicas y psíquicas en distinto grado.

Una mujer con cabello rubio y suelto, vistiendo un abrigo verde con detalles brillantes y usando aretes largos.
Rosa Barceló. | Cedida

La propia Rosa Barceló se despidió de su “bebé” en una carta emotiva publicada en el diario El Mundo. En ella daba las gracias“a toda la gente que nos habéis apoyado en estos días tan difíciles para nosotros", a la vez que contaba la experiencia que supuso la vida de 'Edu' y los momentos duros, y también muy buenos, que compartió con los que le rodeaban.

Rosa Barceló recordó cómo su hijo "estuvo su primer mes y medio de vida dormido, sin despertar, sin succionar como lo hubiera hecho otro bebé". Después, "por fin llegó el diagnóstico: síndrome de Lowe, lo que supuso incertidumbre y miedo”,  aunque señaló que “todo eso pasa a un último plano”.

La carta terminaba señalando que "nos va a dejar un vacío enorme a todos los que le hemos conocido de cerca, pero sé que desde donde esté nos va a ayudar. ¡Adiós a mi bebé!". Y Rosa, dicen sus más cercanos, sigue a día de hoy recordando a su hijo “Edu”.

La imputación de su yerno por el caso Pujol

Desgraciadamente para ella, Rosa Barceló no tuvo la tranquilidad que buscaba tras la muerte de su hijo. Otro drama más, le afectó personalmente.

En el año 2014 estallaba otro escándalo que salpicaba también a su familia más directa. En este caso,  al marido de su hija María, el economista Luis Iglesias Rodríguez Viñas, a quien se le relacionaba con los negocios presuntamente ilícitos del clan de los Pujol.

El yerno de Zaplana era amigo y socio de uno de los hijos del expresident de la Generalitat, Oleguer Pujol Ferrusola. Un caso que se volvió a reabrir judicialmente en un momento muy duro para ella, ya que coincidía con la enfermedad de Eduardo Zaplana y con el diagnóstico de la suya propia.

Por entonces, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, el magistrado José de la Mata, aceptó la competencia para investigar a Luis Iglesias Rodríguez-Viñas por la operación financiera de compra de 1.152 oficinas de Banco Santander en el año 2007 junto a Oleguer Pujol, donde se pagaron presuntamente comisiones ilegales.

El yerno de Zaplana, el economista Iglesias, siempre ha desmentido ante las autoridades judiciales y policiales “ser un testaferro” de su amigo, pero lo cierto es que se puso al frente de la empresa Samos cuando salieron a la luz las primeras informaciones contra Oleguer Pujol. Fue entonces cuando el hijo menor del expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, decidió dar un paso atrás y dejar en abril de 2013 su cargo de vicepresidente y consejero de la firma investigada.

En ese tiempo la lupa de la Justicia se centró de lleno en el yerno de Zaplana. Incluso la policía registró su vivienda en la lujosa calle Alfonso XII de Madrid, frente al Retiro.

Pero la vida de Luis Iglesias Rodríguez-Viña también es digna de contar. Proviene de una familia materna de larga tradición empresarial y bancaria. Su abuelo, Luis Rodríguez-Viña, era sobrino de Ildefonso Fierro por la rama de la mujer de éste. Fue en el año 1966, tras el fallecimiento de Ildefonso Fierro, cuando el abuelo “don Luis”, primo de la célebre Cuqui Fierro, quedó como único director general de esta entidad bancaria, ocupando desde entonces un alto cargo en los últimos años de vida de este Banco.

Luis Iglesias comenzó su carrera empresarial en Reino Unido. Estudió en el prestigioso colegio elitista británico de Eton, donde también cursaron estudios, entre otros, el ex primer ministro británico David Cameron o el príncipe Guillermo de Inglaterra.

Allí forjó amistades de gran calado internacional, con las que entró por la puerta grande en el mundo de las finanzas. Pero allí también conoció a su primer gran amor, una joven pakistaní con la que se casó en primeras nupcias y con la que comenzó una vida conjunta en el Reino Unido, teniendo la pareja dos hijos, hoy con mayoría de edad.

Posteriormente, Iglesias se separaría para casarse de nuevo en el año 2013 con María Zaplana. Lo que fue una buena noticia para Rosa Barceló. Un hecho que acontecía tan solo un año después de la muerte de su hijo 'Edu'.

Una pareja vestida formalmente camina por la noche en un entorno urbano iluminado.
Eduardo Zaplana y Rosa Barceló. | Archivo

La boda fue una gran reunión de políticos y vips. La novia, María Zaplana,  una chica discreta que ejerce hoy de abogada,  fue elegida en su día “Regina dels Jocs Florals” en el Teatro Principal de Valencia.

Y su carrera también fue fulminante. Entró como  asesora personal de la entonces secretaria de Estado de Turismo del PP, Isabel Borrego, esposa de un gran amigo y confidente de su padre, el controvertido diputado popular Vicente Martínez-Pujalte. Y, aunque Borrego dejó el cargo en 2016, la hija de Zaplana continuó meses dentro de la Secretaría de Turismo.

De entrada, este matrimonio residió en la capital de España en la céntrica calle de Príncipe de Vergara, ocupando dos plantas enteras de un edificio situado en su número 69. Pero fue en el año 2010 cuando tuvieron que vender una de ellas a un comprador ilustre, el que fuera ministro de Defensa de la era Aznar y compañero de gabinete de Eduardo Zaplana, Federico Trillo.  Todo quedaba en el partido.

El exministro del PP Trillo se hacía así con una planta entera de 400 metros cuadrados, en una operación que se cifró en unos 2,8 millones de euros.

También los Rodríguez-Viña, antes de deshacerse de esta propiedad, vendieron una imponente casa en Guadarrama, en la sierra madrileña, cuyo destino fue la construcción de una urbanización.

María Zaplana investigada: relación con el 'clan de los Pujol'

Otro disgusto más para Rosa Barceló fue la también imputación de su hija Maria. La primogénita de los Zaplana-Barceló llegó a estar investigada por la Audiencia Nacional dentro del sumario del hijo menor de los Pujol, junto a otras 25 personas.

La Justicia consideraba, por entonces, que el yerno de Zaplana junto al pequeño de los Pujol, Oleguer Pujol Ferrusola, había formado desde hacía una década aproximadamente sociedades, como Samos Servicios y Gestiones. Una empresa que fue utilizada en el año 2007 por el clan Pujol para dar el pelotazo de la compra de 1.152 oficinas del Banco de Santander por 2.177 millones de euros.

Los disgustos han imperado en la vida de Rosa María Barceló. Ahora, a sus 67 años, regresa a la palestra informativa. La mujer que durante años y años fue el 'otro yo' del político del PP, vuelve a la actualidad tras conocerse la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia.

Su marido ha sido condenado a más de 10 años de prisión por el 'caso Erial'. El Tribunal le declara culpable de prevaricación, cohecho, falsedad y blanqueo de capitales por el cobro de comisiones durante su ejercicio político. Y ella volverá a su lado.

Nadie duda en los cenáculos de la capital de España que, desde muy joven, Eduardo Zaplana ha estado respaldado siempre por la figura de Rosa Barceló. Una mujer que, dicen sus amigos, “es capaz de aguantar carros y carretas, impregnada siempre por el espíritu del patriarca don Miguel”.

Dicen también sus amigos que Rosa Barceló, siempre elegante, “es una gran maestra y profesional de ese arte de saber salir de todas las vicisitudes, al menos hasta ahora. Siempre apoyada en sus creencias católicas”.

Una vida, la de la familia Zaplana-Barcelo, cambiante y en ebullición permanente. Donde los rumores han sido la moneda de cada día. Y, hasta ahora, siempre habían salido indemnes a todos ellos. Pero la 'Operación Erial' puede cambiar su suerte.

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