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Edificio moderno con el logo de Grifols en la fachada de vidrio.
INVESTIGACIÓN

Caos en Grifols: Arrebata labores ejecutivas a su presidente mientras sigue en caída

El directivo sueco facturó 7,4 millones de euros entre 2011 y 2019 a la farmacéutica, que sigue KO a cuenta de su deuda

Grifols no levanta el vuelo tras casi 10 meses sufriendo la mayor crisis de sus más de 115 años de historia. La farmacéutica catalana sigue sufriendo más de 10.000 millones de euros de deuda. No remonta en Bolsa. Y está en plena OPA de exclusión presentada por el fondo canadiense Brookfield, que no las tiene todas consigo con la operación. 

En plena tormenta interna, Grifols ha decidido adelantar la decisión de arrebatarle las labores ejecutivas a su presidente. El sueco Thomas H. Glanzmann pierde el timón de la compañía en favor del nuevo CEO, Nacho Abia, que iba a tomarlo en febrero de 2025. 

"La rápida y efectiva transición de Nacho Abia como CEO" les ha llevado "a adelantar la decisión para que Glanzmann se dedique exclusivamente a sus funciones como presidente no ejecutivo", dice Grifols. 

La catalana reconoce sobre su presidente "la gran dedicación y compromiso que ha demostrado en el traspaso de todas las responsabilidades ejecutivas a Abia". Y explica que este hecho  "ha sido clave para acelerar la transición".

"Ha sido un gran privilegio y un honor ejercer como presidente ejecutivo de una compañía tan apasionante como Grifols", explica el presidente. Que se muestra feliz por haber formado "parte de su transformación en un momento crítico de progreso y crecimiento. Acompañado también de desafíos complejos y, en ocasiones, inmerecidos". 

"Grifols está bien posicionada para el futuro. Y creo que ahora donde mejor puedo servir a los intereses de la compañía es desde la presidencia no ejecutiva. A partir de hoy, dedicaré toda mi energía y atención al consejo y a sus responsabilidades. Me aseguraré de que seguimos tomando las decisiones correctas en el mejor interés de todos los stakeholders de Grifols", asegura. 

Grifols y su presidente 

A finales de 2022 ya se escuchaban en Grifols los tambores apocalípticos que a inicios de este 2024 casi le cuestan la quiebra. Entonces, la familia propietaria intentaba esquivar algunas sombras nombrando como presidente al prestigioso Steven F. Mayer. Pero éste abandonó la empresa tras solo cuatro meses en el cargo "por motivos personales y de salud". 

Hombre de traje oscuro y corbata rosa posando frente a un fondo de listones de madera verticales.
Thomas H. Glanzmann | EP

Mayer se marchó con 5 millones de euros de indemnización y Víctor y Raimon Grifols elevó al consejero sueco Thomas H. Glanzmann a la presidencia. Ante los rumores desatados sobre el estado de salud de la compañía, los Grifols cesaron en las labores repartidas de consejero delegado para otorgárselas a Glanzmann. 

No sabía el directivo escandinavo que la crisis le iba a dejar sin labores ejecutivas. Ya que la nueva situación ha empujado a fichar como consejero delegado a Nacho Abia. Éste tendrá que acometer medidas de calado para devolver la credibilidad a la empresa. 

No se descarta que una de ellas se produzca la destitución del presidente  Thomas H. Glanzmann. Es el consejero de Grifols desde 2006, presidente de la sociedad desde finales de 2022 y consejero delegado hasta el pasado 1 de abril. 

Glanzmann no ha explicado a los inversores porqué facturó 7,4 millones de euros a través de su consultora Glanzmann Enterprises. Este fue uno de los gastos de Grifols que la compañía ahora reconoce no haber desglosado de manera correcta ante los inversores. 

La empresa ha señalado a varios medios que estos gastos facturados entre 2011 y 2019 se deben a labores de consultoría. El problema es que el directivo sueco cobraba por asesorar a Grifols por 2 vías. 

Perfil de Glanzmann

Thomas H. Glanzmann es consejero de Grifols S.A. desde abril del 2006 y en la actualidad es el presidente no ejecutivo de la sociedad. También ejerció como consejero delegado de Grifols desde el 8 de mayo de 2023 hasta el 1 de abril de 2024. Entre 2006 y 2011 fue consejero delegado y presidente de Gambro AB. Con anterioridad, fue consejero delegado y director general de HemoCue AB. 

Edificio de oficinas con el logotipo de Grifols en la fachada.
Grifols | EP

Entre los años 1988 y 2004 ocupó diversos cargos en Baxter Healthcare Corporation. Entre 1984 y 1988 trabajó en Philip Morris, alcanzando el puesto de director de las operaciones del grupo en Noruega, Dinamarca e Islandia. 

Es licenciado en Ciencias Políticas por Dartmouth College, Estados Unidos, y tiene un Master en Administración de Empresas por el IMD, Lausanne – Suiza. También posee un Board of Directors Certification de la UCLA Anderson School of Management, Estados Unidos.

 Es miembro de diversos comités de Alcon, Inc. (entre otros, sostenibilidad, compensaciones e innovación). Es además fundador y General Partner en Medical Technology Venture Partners en California, Estados Unidos.

Cambios

La agencia estadounidense Moody's dejó este verano de calificar la deuda de Grifols por la desconfianza que le merece. Lo hizo a cuenta de la información "insuficiente o inadecuada" que le sirve. Este hecho supone la puntilla reputacional para esta compañía catalana tocada del ala desde que a inicios de año el fondo bajista Gotham City asegurase que falseaba cuentas.

Grifols se victimizó, sus propietarios pusieron el grito en el cielo y grandes inversores españoles le apuntalaron. Pero las polémicas maniobras familiares del pasado y las múltiples sombras que manchan su gestión desde hace años son difícilmente corregibles a corto plazo. 

La empresa nombró recientemente como CEO a Nacho Abia. Y rebajó la presencia de la familia Grífols en los órganos de dirección e intentó ahuyentar la viabilidad económica de la empresa.  Lo hizo mediante la venta del 20% de Shanghai Raas Blood a Haier por 1.800 millones de euros. 

Los cambios sirvieron para evitar la quiebra, pero la familia Grífols cree que la mejor decisión que pueden tomar con la compañía es venderla al fondo canadiense Brookfield. Esta compañía lanzó una OPA de exclusión.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, parece avalar la operación si la misma otorga "estabilidad" a Grifols.

Intento de refundación para dejar atrás los nubarrones

El apoyo de grandes fondos de inversión a Grifols tras la certera denuncia de Gotham City evitó la quiebra de la farmacéutica catalana. La empresa logró encauzar la situación pese a sufrir unas sangrantes pérdidas que le han dejado casi sin la mitad de su valoración bursátil. 

El precio de su acción rondaba a inicios de año los 15 euros. Y ahora sufre por acercarse a 10, lo cual ha llevó a la familia Grífols a fichar un nuevo CEO, Nacho Abia, procedente de la japonesa Olympus Corporation. Y sacar de su cúpula a dos miembros de la familia, Ramón y Víctor, y dejar sin labores ejecutivas a su presidente Thomas Glanzmann. 

El Gobierno, hasta la fecha, se había puesto de perfil ante el escándalo. Pero la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) advirtió en un informe las "deficiencias relevantes" que plagan las cuentas de la multinacional catalana. 

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