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Un hombre mayor con bigote y cabello canoso viste una chaqueta azul y camisa a cuadros, mirando hacia un lado con un fondo desenfocado de vegetación.
INVESTIGACIÓN

La familia de Revilla, en el foco del conflicto con el Emérito: Su círculo más íntimo

Su mujer Aurora, su hija Lara y su nieto son parte del clan del político cántabro, citados en su acto de conciliación

Este viernes el expresidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha acudido al Juzgado de Primera Instancia número 7 de Santander. Lo ha hecho para participar en un acto de conciliación solicitado por Juan Carlos I, quien le había demandado por presuntas expresiones calumniosas

La cita judicial, convocada con el objetivo de alcanzar un acuerdo previo a un eventual juicio, concluyó sin avenencia. Revilla llegó al juzgado a las 9:55 horas y salió poco antes de las 10:30, confirmando que no se había producido acuerdo alguno.

La gran ausencia del acto fue la del propio rey Emérito, quien no acudió alegando compromisos personales en Sanxenxo (Galicia). Allí se encuentra disfrutando de las regatas junto a sus amigos de la vela. La decisión de no comparecer ha sido interpretada por algunos sectores como una estrategia legal o una forma de evitar el cara a cara.

Un hombre mayor con bigote y cabello canoso está hablando en un podio con un micrófono, vistiendo una chaqueta azul y una camisa blanca, con un fondo de letras amarillas.
Miguel Ángel Revilla. | Europapress

Este episodio judicial ha devuelto a Revilla al centro del foco mediático, un lugar que conoce bien tras décadas de intensa vida política. Sin embargo, detrás de la imagen del líder regionalista combativo y televisivo se encuentra una historia personal profunda. Un lado menos conocido que habla de amor, pérdida, enfermedad, familia y una profunda conexión con la tierra que le vio nacer.

Nacido el 23 de enero de 1943 en la localidad de Salceda, en el municipio cántabro de Polaciones, Revilla se crió en una familia humilde. En un entorno profundamente arraigado al medio rural. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad del País Vasco, inició su carrera profesional como profesor de Economía en la Universidad de Cantabria. Pero su vocación política pronto le llevó a fundar el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), del que fue su secretario general desde 1988 hasta su retirada en 2025.

Ejerció como presidente de Cantabria durante cuatro legislaturas no consecutivas (2003–2011 y 2015–2023), y fue uno de los pocos líderes autonómicos que mantuvo una imagen de cercanía genuina con la ciudadanía. Fue también un habitual de tertulias televisivas y autor de varios libros de memorias y análisis político, entre ellos 'Nadie es más que nadie', un manifiesto de su filosofía vital.

Aurora Díaz Abella: mucho más que “la mujer de Revilla”

Uno de los pilares fundamentales de la vida de Revilla es su esposa, Aurora Díaz Abella. La conoció en la sede del PRC, donde ella trabajaba como secretaria. Dieciocho años más joven que él, Aurora conquistó al entonces presidente con su carácter discreto y su firmeza. Su relación comenzó con un gesto muy propio de Revilla: una ranchera entonada durante una excursión a Polaciones. Una escena que él mismo ha contado en más de una entrevista con ese tono campechano que le caracteriza.

Aurora y Miguel Ángel Revilla viven desde hace años en un piso de 115 metros cuadrados en El Astillero, una localidad cercana a Santander. Allí han llevado una vida doméstica alejada de lujos o grandes escándalos. Pero su vida juntos no ha estado exenta de sobresaltos.

Tres personas sentadas alrededor de una mesa en un restaurante, con platos y bebidas frente a ellos, posan para la foto mientras sonríen.
Miguel Ángel Revilla, su mujer Aurora y su hija Lara. | Instagram

En 2022, Aurora fue diagnosticada con un cáncer de colon. La noticia supuso un duro golpe para la familia. Fue intervenida quirúrgicamente y le extirparon 35 centímetros de colon, además de someterse a varias sesiones de quimioterapia. Revilla ha relatado con emoción la entereza con la que su esposa enfrentó la enfermedad. Convirtiéndose, según sus palabras, en un ejemplo de resistencia y dignidad.

A día de hoy, Aurora ha superado el peor momento y se encuentra recuperada. Aunque el episodio marcó profundamente al expresidente, quien llegó a declarar que fue el "mayor susto de su vida".

Pilar, Jana y Lara: tres hijas, tres caminos

Del primer matrimonio de Revilla con María del Pilar Hoyo, nacieron sus dos hijas mayores: Pilar y Jana. Ambas han optado por una vida alejada del foco mediático. Pilar reside en Cantabria y es madre de Bruno, el único nieto de Revilla, nacido en 2014. Jana, por su parte, vive en Madrid y mantiene también un perfil discreto.

Con Aurora, Revilla tuvo a su hija menor, Lara, quien ha heredado el verbo y la determinación de su padre. Psicóloga de profesión, Lara trabaja en Sevilla y ha aparecido en varios programas de televisión donde ha opinado sobre política y sociedad. Ha declarado que su relación con su padre ha sido siempre más horizontal que jerárquica, comparándola con una amistad profunda. Ha elogiado especialmente a su madre por haber sido el eje de su educación y por su firmeza emocional.

El peso de la familia y las ausencias

La familia ha sido siempre un eje clave en la vida de Revilla. Su hermano Jaime, fallecido en un accidente de tráfico a los 30 años, dejó una herida que nunca terminó de cerrar. El propio político ha contado en varias ocasiones cómo esta tragedia influyó en su forma de ver la vida. Reforzando en él una filosofía centrada en los afectos, la honestidad y la defensa del “sentido común”.

Con el nacimiento de su nieto Bruno, Revilla redescubrió el papel de abuelo con entusiasmo. “Lo mejor que me ha pasado en la vida es ser abuelo”, ha confesado en varias entrevistas. A menudo, habla del niño como una fuente de alegría que le conecta con lo más auténtico de la vida, lejos del ruido político.

Un hombre mayor con bigote y cabello canoso está hablando en un podio con un micrófono, gesticulando con la mano, y detrás de él hay un cartel amarillo con texto parcialmente visible.
Miguel Ángel Revilla. | Europapress

A pesar de los altibajos y controversias de su carrera política -incluidos desencuentros con partidos nacionales y declaraciones polémicas en medios-, Revilla siempre ha sido percibido como un político “de carne y hueso”. Su éxito no ha radicado tanto en una ideología concreta como en su identificación con el ciudadano común, una especie de cronista de la calle metido a presidente.

En 2023, decidió no volver a presentarse a las elecciones autonómicas, cerrando así un ciclo político de más de tres décadas. Este año su retirada como secretario general del PRC puso el punto final a una etapa histórica. Aunque muchos en Cantabria lo siguen considerando una referencia insustituible.

Un último enfrentamiento con la monarquía

El conflicto con Juan Carlos reabre el melón de la libertad de expresión, el rol de los expresidentes y los límites de la crítica política. Aunque no se ha hecho pública la expresión exacta que provocó la demanda, es sabido que Revilla ha sido un crítico abierto del papel del rey emérito, especialmente tras conocerse sus negocios en el extranjero y sus problemas fiscales.

El hecho de que Juan Carlos I no haya acudido a la conciliación ha sido interpretado como un gesto de desdén por algunos y como una estrategia legal por otros. Revilla, por su parte, se ha limitado a decir que está dispuesto a defender su postura “donde haga falta”. Reafirma así su compromiso con la transparencia y la honestidad en la vida pública.

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