
Duro varapalo para Saracho: El ex del Popular pierde su sillón en el holding aéreo IAG
La compañía de British Airways, Iberia y Vueling relevará a Emilio Saracho en la Junta de accionistas del 19 de junio
Emilio Saracho ha perdido pie en el holding IAG y se queda sin sillón en su Consejo de Administración. La compañía británica propiedad de British Airways, Iberia y Vueling relevará al exbanquero en la Junta de accionistas que se celebrará el 19 de junio.
Accionistas minoritarios del grupo de aerolíneas ya habían pedido su cabeza por su controvertido y efímero paso por el Banco Popular.
El borrón de Saracho
La muerte del Banco Popular ha empañado el casi medio siglo de trayectoria de Emilio Saracho Rodríguez de Torres (Madrid, 1955). A lo largo de más de cuarenta años, ha ocupado posiciones clave en importantes instituciones del sector económico.
Saracho cursó la licenciatura en Ciencias Económicas en la Universidad Complutense de Madrid. En 1980 se incorporó al Chase Manhattan Bank. Se desempeñó en sus oficinas de Madrid y Londres en áreas como energía, telecomunicaciones y equipamiento industrial.
En 1985 se unió al Banco Santander de Negocios, realizando un papel ligado al desarrollo de su banca de inversión. Más adelante fue nombrado responsable del segmento de grandes empresas dentro del grupo y ejerció como director general adjunto.
Durante ese tiempo, participó en operaciones de gran envergadura, como la fusión de Tabacalera con la francesa Seita, que dio origen a Altadis, y en la adquisición del banco británico Abbey.
Durante los años noventa trabajó en Goldman Sachs. Allí dirigió parte de las operaciones de banca de inversión para los mercados español y portugués desde Londres.
En 1995 regresó al Grupo Santander como máximo responsable del área global de banca de inversión. Entre 1996 y 1998, se encargó además de las operaciones en Asia.

Su vinculación con J.P. Morgan comenzó en 1998, entidad en la que desempeñó múltiples funciones ejecutivas. Fue presidente de J.P. Morgan en España y Portugal y formó parte del Comité de Dirección Europeo.
Entre 2006 y 2008 dirigió el área de banca privada para Europa, Oriente Medio y África. A partir de 2009 lideró la división de banca corporativa y de inversión para esa misma región (EMEA). Su labor en esta etapa afianzó su reputación como uno de los banqueros españoles más influyentes a nivel internacional.
En diciembre de 2016, fue designado presidente del Banco Popular en un momento delicado para la entidad, con la misión de encauzar su situación financiera. Tras solo unos meses, en junio de 2017, el Popular fue intervenido por las autoridades europeas y vendido por un euro simbólico al Banco Santander. La operación provocó una crisis institucional sin precedentes.
La actuación de Saracho durante esta etapa fue motivo de duras críticas por parte de accionistas y antiguos directivos. Hubo quienes le acusaron de "haber contribuido a minar la confianza del mercado", lo que habría precipitado la resolución del banco.
El papel de Emilio Saracho en el Banco Popular fue breve, pero clave y altamente controvertido. Su llegada a la presidencia de la entidad en diciembre de 2016 estuvo marcada por un contexto de extrema fragilidad financiera.
Popular ya acumulaba años de deterioro por su elevada exposición al ladrillo, una gobernanza cuestionada y falta de capital. Se esperaba que Saracho liderara una reestructuración profunda o una venta ordenada de la entidad.
Saracho fue elegido, en parte, por su perfil de 'banquero de inversión'. Se entendía que su habilidad para negociar operaciones complejas y su red de contactos en el mundo financiero internacional facilitarían una posible fusión o adquisición del banco.
Su misión era sanear el balance y preparar al banco para una integración con otra entidad solvente, ya fuera nacional o extranjera.
Durante su gestión, Saracho intentó ordenar las cuentas. Al mismo tiempo, descartó desde el principio una ampliación de capital como solución viable. Según algunas fuentes, consideraba que "cualquier intento por recapitalizar el banco generaría más dudas en el mercado y aceleraría la caída del valor bursátil".
Sin embargo, su estrategia se fue tornando arriesgada. Trató de atraer compradores o presionar para una intervención ordenada. Algunos movimientos de comunicación generaron desconfianza entre los inversores. Y también, una sangría en la cotización, que se desplomó en cuestión de semanas.

En junio de 2017, el Banco Popular fue intervenido por la Junta Única de Resolución europea y vendido al Banco Santander por un euro.
Fue la primera vez que se aplicó el mecanismo europeo de resolución bancaria. Miles de accionistas y bonistas perdieron la totalidad de su inversión, lo que desató una tormenta política, financiera y judicial en España.
Algunos acusaron a Saracho de haber "acelerado" la caída del banco al filtrar la situación crítica de liquidez y no haber actuado con transparencia. Su antecesor en el cargo, Ángel Ron, le culpa de la caída del banco.
Perfil bajo
Tras su salida del Banco Popular, Saracho ha mantenido un perfil bajo en los medios, pero ha continuado vinculado al mundo corporativo.
Ocupó el cargo de consejero independiente en compañías relevantes como Inditext (desde 2010) o el holding IAG (desde 2015). También ha formado parte del consejo de administración de otras empresas como ONO o Cintra.
A nivel personal, es un apasionado del mar y de la navegación a vela. En 2008, antes de que estallara la gran crisis financiera global, decidió tomarse un respiro y participar en una regata alrededor del mundo.
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