
La contraofensiva de Ryanair contra el Gobierno: El efecto de sus 'cierres' en Galicia
El mayor operador en Galicia abandona siete rutas mientras libra un pulso con Aena por la subida de tasas aeroportuarias
La aerolínea Ryanair ha vuelto esta semana a la actualidad. El mayor operador aéreo en Galicia ha activado un repliegue sin precedentes y cerrará su base de dos aviones en Santiago de Compostela, reducirá su actividad a solo cinco rutas y dejará de volar en Vigo a partir del 1 de enero de 2026. El golpe es notable, la low cost irlandesa había transportado en 2024 a casi un tercio de los pasajeros de los aeropuertos gallegos.
En Lavacolla desaparecen conexiones claves con Madrid, Málaga, Alicante, Palma, Gran Canaria y Zaragoza, y también se produce un recorte de frecuencias en rutas internacionales. Quedarán en servicio únicamente cinco enlaces, con Londres, Valencia, Milán, Tenerife y Lanzarote.

En Vigo, el escenario es más drástico: apagado total de operaciones. Un centenar de empleos de base, entre pilotos y tripulaciones, penden ahora de recolocaciones que la compañía promete, pero que los sindicatos miran con desconfianza.
La aerolínea justifica este repliegue en la subida del 6,5% de las tasas aeroportuarias prevista para marzo de 2026. El incremento equivale a 0,68 euros por pasajero. A su juicio, es un coste “injustificado” que obliga a replegar capacidad en aeropuertos medianos.
La reacción institucional ha sido dura. El presidente de Aena, Maurici Lucena, habla de “extorsión” y acusa a Ryanair de manipular con fines comerciales. El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, es igual de tajante: “España no se someterá a decisiones arbitrarias de ninguna compañía”. El Gobierno asegura que ya busca alternativas para cubrir el vacío de un millón de plazas que Ryanair recortará este invierno en España.
Galicia mira a Oporto tras el golpe de Ryanair
La salida de Ryanair reabre un debate antiguo sobre los gallegos que cruzan la frontera para volar desde Oporto. La pérdida de rutas desde Santiago y Vigo no hará más que aumentar esa dependencia. Agencias locales advierten que las familias que viajaban a Canarias o los jóvenes que ‘escapaban’ a Londres por poco dinero tendrán ahora menos opciones y precios más altos.
El sector turístico teme que la pérdida de frecuencias internacionales afecte al número de visitantes europeos. Y en Vigo, donde Ryanair representaba la única alternativa low cost con peso, el vacío será aún más evidente.
Un recorte a escala nacional y una lista de polémicas
El repliegue gallego forma parte de un ajuste mayor, pues Ryanair planea reducir un millón de asientos en España este invierno. El recorte será del 41% en aeropuertos regionales y del 10% en Canarias. Ciudades como Zaragoza, Santander o Asturias sufrirán pérdidas notables. En Canarias se eliminan 36 rutas con la Península, incluida la retirada definitiva de la base en Tenerife Norte.
Pese a este tijeretazo, Aena asegura que la capacidad global en los aeropuertos españoles crecerá. Confía en que otras aerolíneas aumenten frecuencias y refuercen los grandes hubs.
El repliegue llega en medio de un historial de conflictos. En 2024, el Ministerio de Consumo sancionó a Ryanair con más de 107 millones de euros por prácticas como el cobro por el equipaje de mano o los recargos por asientos contiguos a menores.
Sin embargo, el TSJ de Madrid suspendió cautelarmente las multas y obligó a la aerolínea a presentar avales. El debate sigue abierto y Bruselas estudia medidas para homogeneizar la normativa sobre el equipaje en cabina.

Ese mismo año, Ryanair libró otra batalla pública, esta vez contra la agencia eDreams. La acusó de “estafa” por su programa de suscripción Prime y llegó a señalar al propio Gobierno de Pedro Sánchez para que interviniera.
Los tribunales no le dieron la razón. Un juzgado mercantil de Barcelona obligó a la compañía a retractarse y calificó la campaña contra eDreams como un acto de competencia desleal por denigración. Fue un revés judicial que dejó en evidencia los límites de su agresividad comercial.

Este año la aerolínea volvió a ser noticia por sus relaciones con los sindicatos. Tras la anulación del convenio firmado con CC. OO., Ryanair pidió a algunos tripulantes de cabina que devolvieran los aumentos salariales recibidos meses antes.
La reclamación oscilaba entre 1.000 y 4.000 euros. La compañía ofreció condonar las deudas a quienes se afiliasen a CC. OO. USO denunció la maniobra como una presión sindical encubierta. La tensión coincidió con un proceso de elecciones sindicales y avivó las divisiones internas.
Maletas, huelgas y malestar en tierra
A todo ello se suma la polémica política de equipajes. La compañía elevó a 2,50 euros el incentivo que paga a su personal por detectar maletas fuera de las medidas. La medida es legal, pero ha sido tachada de abusiva por asociaciones de consumidores.
El frente laboral también se mantiene activo. El personal de handling en España desarrolla paros parciales desde agosto que se extenderán hasta final de año. Los sindicatos contabilizan 76 jornadas de protesta, aunque la empresa sostiene que el impacto en los vuelos es mínimo. En Galicia, los trabajadores miran con preocupación los cierres. En Santiago esperan ser recolocados, en Vigo se enfrentan directamente al fin de la operativa.
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