13 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

La chica de 21 años desapareció de su ciudad el pasado 29 de agosto y, posteriormente, fue vista por última vez en la ciudad peruana de Lima

Anna Marin, otra joven de Elche presuntamente captada por una secta: "Es un caso de alta vulnerabilidad"

El Cierre Digital en Cartel de SOSDesaparecidos de Anna Marin Sánchez.
Cartel de SOSDesaparecidos de Anna Marin Sánchez.
El 29 de agosto, Anna Marin Sánchez, de 21 años, desapareció en Elche, Alicante, y fue vista por última vez en la ciudad peruana de Lima. SOSDesaparecidos ha emitido una alerta de "alta vulnerabilidad", sugiriendo que "podría haber sido captada por una secta o individuo utilizando métodos sectarios". Elcierredigital.com se ha puesto en contacto con el hermano de la joven quien sostiene que "en casa no éramos conscientes de la situación que estaba viviendo Anna".

Este pasado 29 de agosto la joven Anna Marin Sánchez, quien cuenta con 21 años de edad, desapareció  en la localidad alicantina de Elche. La joven fue vista por última vez en la ciudad peruana de Lima. Desde SOSDesaparecidos han activado la alerta por la desaparición de Anna la cual ha sido calificada de "alta vulnerabilidad". La joven alicantina mide 1.60 m, tiene el pelo negro largo, los ojos marrones y un tatuaje tanto en el brazo izquierdo como en el brazo derecho.

"Este caso ha sido tildado de alta vulnerabilidad ya que Anna ha sido captada por una secta o por una persona que ha utilizado medios sectarios para la captación de personas. Desde SOSDesaparecidos confirmamos que la joven se encuentra en Lima y tenemos indicios de quien podría haber sido su captor", ha revelado a elcierredigital.com Joaquín Amills, presidente de la asociación SOSDesaparecidos.

"Por nuestra parte, desde la asociación hemos puesto nuestros recursos para dar con el paradero de la joven. El abogado Juan Manuel Medina representará a la familia de la joven y, ademas estamos trabajando con APDPE (Asociación Profesional de Detectives Privados en España) así como con la organización peruana CHS, desde la que están centrados en la trata de personas. Ttambién contamos con la colaboración de autoridades policiales en la capital peruana. El primer paso es saber donde se encuentra y con quien", recalca a elcierredigital.com Joaquín Amills. 

 Cronología de los hechos

El pasado cinco de septiembre Anna tenía que regresar a su casa localizada en el municipio alicantino de Elche. "El 29 de agosto mi hermana avisa en casa de que va a pasar unos días con unas amigas en una casa de el campo y, hasta el cinco de septiembre, día en el que tenía que volver mantiene una comunicación normal conmigo y con mis padres. Lo que desconocíamos es que se encontraba en Perú", revela a elcierredigital.com David, hermano de la joven. 

"A las 16.00 horas de la tarde de ese día y tras avisar de que llegaba tarde porque se había quedado dormida, nos empezamos a preocupar porque ya no tenemos ningún tipo de respuesta por su parte. Hasta una hora después, cuando mis padres reciben un mensaje suyo en el que dice que se va a vivir a un piso en Madrid porque ha encontrado un trabajo allí", afirma David en conversación con este diario. 

Anna Marin Sánchez.

No solo envío ese mensaje, sino que tal y como ha confirmado su hermano a elcierredigital.com, "además del whattsapp que envío a mis padres, también dejó una nota en casa la cual rezaba que iba a estar cerca de su familia pero sin ningún tipo de contacto". Un hecho que provocó extrema preocupación en la familia. 

"Su entorno nos ha confirmado que no se encontraba bien"

"En casa no éramos conscientes de la situación que estaba viviendo Anna. Siempre ha sido una chica muy familiar, muy casera y sobre todo, muy responsable. Hasta noviembre, ella estudiaba un grado en Historia en la universidad y, de hecho tras hablar con sus amigos, nos hemos enterado de que fue durante aquel mes cuando abandonó sus estudios y ni siquiera se había presentado a los exámenes. No obstante, pese a tener las clases por la tarde, salía muy pronto de casa", sostiene David. 

Cartel de SOSDesaparecidos.

Fue a finales de julio cuando Anna viajó por primera vez a Lima alegando que "iba en un viaje organizado por la universidad con toda la clase". Tras pasar unos días en la capital peruana regresó a España y ni sus padres ni su hermano notaron ningún tipo de actitud extraña. "Con gente de su entorno se abría más, y ellos nos han confirmado que no se encontraba bien", confirma a elcierredigital.com David Marin.  

 

"Desde las sectas buscan a personas vulnerables"

La desaparición de Anna Marin Sánchez es otro de los muchos casos en los que se ve implicada la acción de grupos sectarios. "Desde este tipo de organizaciones siempre se busca a perfiles inteligentes, en este caso, Anna es una persona muy inteligente. Además, buscan a personas que se sientan solas y que tengan diversos vacíos por rellenar. Todo ello conforma un perfil vulnerable e inseguro, en definitiva, muy fácil para la captación por parte de este tipo de conjuntos", confirma el presidente de SOSDesaparecidos en conversación con este diario. 

"Nosotros pensamos que la captación viene desde hace mucho tiempo ya que Anna tomó la decisión el pasado mes de  noviembre de abandonar el grado universitario de Historia y su familia no estaba al tanto de esta determinación", revela a elcierredigital.com Amills. 

El caso de Patricia Aguilar

Corría el año 2015 cuando la joven tenía tan solo 16 años y se encontraba rota tras haber perdido a su tío. Patricia decidió indagar en Internet sobre la vida en el más allá y entró en un blog esotérico. Fue ahí cuando contactó con ella el líder de la secta Gnosis, considerada una de las más peligrosas del mundo tras estar vinculada con el secuestro de jóvenes. Este miembro le aseguró tener respuestas a todas sus preguntas y se iba con ellos a tener una vida mejor.

A base de manipulación este gurú la embaucó tras explicarle que había sido elegida para repoblar el mundo tras un inminente apocalipsis. En 2017, cuando cumplió 18 años se escapó de casa con 6.000 euros que robó a sus padres para reunirse con su captador, Steven Manrique, en Lima, Perú. La joven se enamoró de su gurú, que se aprovechó del complicado momento que estaba viviendo Patricia. La manipulación llegó hasta tal punto que Manrique logró que la joven se aislase de la sociedad.

Patricia Aguilar.

Patricia no fue la única víctima de Manrique, ya que el gurú consideraba que necesitaba mujeres para repoblar la Tierra tras un apocalipsis próximo y por ello mantuvo contacto con numerosas mujeres jóvenes aparte de Patricia. Una vez en Perú la víctima tuvo que hacer frente a unas infames condiciones de vida, aunque no estaba sola, ya que con ella también habia cuatro niños y otras dos mujeres.

El gurú le dijo a Patricia que debía mantener relaciones sexuales sin ningún tipo de intimidad todos los días con la misión de repoblar la tierra con el mayor número de hijos posibles. Después de no saber nada sobre su hija los padres de Patricia denunciaron su desaparición y los rumores comenzaron a sonar. Se dijo que la joven había huido por su propia cuenta al encontrarse una situación conflictiva. Pasaban los días y los padres de la joven no sabían nada sobre ella. 

El caso pasó a ser muy mediático porque pasaban los días y nadie sabía nada sobre el paradero de Patricia. Fue aquí donde la relación entre Manrique y Patricia cambió por completo. La joven afirmó públicamente que se había ido de manera voluntaria y que no quería volver a España, pero pese a esto empezó a ser maltratada tanto psicológica como físicamente por Manrique. Patricia se quedó embarazada aunque poco empatizó Manrique. Su gurú la sometió a una insalubradad máxima y tuvo que hacer frente a la desnutrición. Patricia Aguilar tuvo que parir en la selva y solamente acompañada de cuatro niños. 

Fue en julio de 2018 cuando sus padres fueron a Lima y dieron con ella en una zona selvática en la que residía junto a otras mujeres y niños, todos ellos hijos de Manrique y uno de ellos fruto de una relación con Patricia. Gracias a la colaboración de la policía peruana y los esfuerzos de los padres se consiguió que la joven volviera a su casa. Cuando Patricia regresó a España necesitó la ayuda de un psicólogo especializado en sectas para volver a ser ella misma. En octubre de 2019 la Sala Penal Superior de Perú condenó a  Félix Steven Manrique a 20 años de prisión por la trata de cinco mujeres, Patricia entre ellas, a las que había sometido para explotarlas sexual y laboralmente.

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