17 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

LA TENISTA ACORDÓ CONDENA DE DOS AÑOS Y PAGO DE UNA MULTA DE 2 MILLONES MIENTRAS A SU EXMARIDO JOSEP SANTACANA LE IMPONEN 3 AÑOS Y 3 MESES DE CÁRCEL

Arantxa Sánchez Vicario evita entrar en prisión por su pacto con la Fiscalía, como ya adelantó El Cierre Digital

Última hora / Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana antes de su separación.
/ Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana antes de su separación.
Antes de comenzar el juicio en el Juzgado de lo Penal número 25 de Barcelona, Arantxa Sánchez Vicario alcanzó un pacto con la Fiscalía para evitar entrar en prisión. Al aceptar este pacto la tenista se declaraba culpable y aceptaba el pago de la deuda. Si. embargo, su exmarido Josep Santacana no aceptó firmar este pacto al considerarse inocente. Por ende, la magistrada instructora del caso deja sin condena de cárcel a la extenista y condena a Santacana a tres años y tres meses de cárcel.

El 12 de septiembre comenzó en el Juzgado de lo Penal número 25 de Barcelona el juicio contra Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, Josep Santacana,  por presunto alzamiento de bienes o insolvencia punible. Tal y como adelantó en exclusiva elcierredigital.com la tenista alcanzó un pacto con la Fiscalía de delitos económicos de Barcelona de dos años de prisión y dos millones de euros de multa, pacto que también fue aprobado por el Banco de Luxemburgo.

Según las fuentes consultadas por este periódico el pacto suponía “declararse culpable, con una pena de dos años de cárcel (de esta manera, en teoría, la evita) y el pago de una cantidad entre 1,8 y 2 millones de euros”. Cabe recordar que Santacana se negó a aceptar este pacto señalando,  “pactar era declararme culpable y yo no me considero culpable. Además, el banco exigía la cantidad de dos o tres millones, que ni tengo, ni he tenido nunca”. 

En las conclusiones finales del juicio la Fiscalía confirmó el pacto con Sánchez Vicario y consideró que había un atenuante de confesión y otro de reparación de daño —ya que habría devuelto parte de la deuda que tenía con el Banco de Luxemburgo antes del juicio— en Sánchez Vicario. Por lo tanto, para ella pidió dos años de prisión —pese a los cuatro que se solicitaban inicialmente— y cuatro para Josep Santacana. 

La sentencia contra Vicario y Santacana


Este 17 de enero de 2024, cinco meses después del mediático juicio, se ha conocido la sentencia contra Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana. En esta sentencia se ha considerado que hay indicios suficientes de que ambos condenados descapitalizaron su patrimonio para evitar el pago de los seis millones de euros de deuda que tenía con el Banco de Luxemburgo por el préstamo de 5,2 millones recibido por el matrimonio para pagar la multa por fraude a Hacienda. 

Respecto a la tenista la juez de Barcelona ha aceptado las condiciones del pacto al que llegó Sánchez Vicario con la acusación del Banco de Luxemburgo y la Fiscalía. Por ende, Arantxa Sánchez Vicario ha sido condenada a dos años de cárcel, lo que le permite evitar pisar prisión, y al pago de la deuda, algo que la tenista ya lleva haciendo dos años. Su exmarido, Josep Santacana, no ha tenido la misma suerte al no aceptar el pacto y por lo tanto se encuentra en una situación más complicada, que sin embargo, recurrirá.

Arantxa Sánchez Vicario durante su declaración en el juicio.

En todo momento Santacana mantuvo su inocencia, sin embargo, ha sido condenado a tres años y tres meses de prisión tras ser considerado el cerebro de la operación de descapitalización. Ante esta condena Santacana corre riesgo de ir a prisión, aunque le queda la opción de recurrir. Pese a esto, parece muy remoto que la Fiscalía solicite el ingreso en prisión provisional del exmarido de la tenista antes de que haya una resolución definitiva. Cabe recordar que en el juicio Vicario afirmó que Santacana “daba todas las órdenes” y que era quien se encargó de administrar su patrimonio.

La vivienda en Andorra con la que comenzó todo


Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana se casaron en septiembre del año 2008, a pesar de que la familia de la tenista se opuso al enlace. Vicario lo ignoró todo y decidió comenzar una nueva vida con el hombre del que se había enamorado.

Un año más tarde, en el año 2009, el Tribunal Supremo confirmaba la sentencia de la Audiencia Nacional por la que la tenista tenía que hacer frente a una multa de 3,5 millones más intereses por evasión fiscal. La cantidad final ascendió a 5,2 millones sumando multa e intereses.

Según el medio Confilegal, el origen de que la Agencia Tributaria observara una posible irregularidad en los pagos de la tenista se encontraba en un reportaje de la revista ¡Hola!, en el que Arantxa Sánchez Vicario enseñaba su residencia en Andorra, donde vivía cuando no competía. El reportaje databa del año 1996.

Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana el día de su boda.

Por aquel entonces, y según explica el diario, “la presión fiscal era del 25 por ciento [en Andorra], menos de la mitad del 56 por ciento que le hubiera correspondido pagar en España”. Sin embargo, y como hemos informado en diversas ocasiones en elcierredigital.com debido a las residencias fiscales de la familia real en el extranjerocomo la del rey Emérito en Abu Dabi—, para poder pagar sus impuestos en Andorra Arantxa Sánchez Vicario tenía que haber pasado en España menos de 183 días al año. No cumplía este requisito y Hacienda le reclamó el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) de los años correspondientes, esto es, de 1980 a 1993. Previo a su matrimonio con Santacana. El empresario y la tenista, de hecho, se conocieron en el año 2007, dos antes de la boda.

Hacienda reclamó a la tenista y, al no recibir el dinero, llevó el caso a la justicia. Tras la confirmación de la sentencia por parte del Tribunal Supremo, la Agencia Tributaria pudo finalmente cobrar. Lo hizo a través de un aval del Banco de Sabadell y esta entidad financiera, a su vez, recuperó su dinero gracias a un contraaval suscrito con el Banco de Luxemburgo, donde Arantxa mantuvo durante muchos años parte de su fortuna, cuando sus intereses los gestionaba International Management Group (IMG), radicado en Beverly Hills, en Los Ángeles.

No hay que olvidar que las tres empresas principales de Arantxa, las sociedades anónimas Sant C 412, Sant J 411 y Port G 410, tenían como accionistas principales dos sociedades extranjeras, situadas en Uruguay y en las Islas Marshall, al norte de Nueva Guinea. Estas sociedades eran ACE Enterprises Limited y EAST LIGHT Limited, controladas por el que era su apoderado y padre, Emilio Sánchez.

Las cuentas vacías en el Banco de Luxemburgo

En abril de 2010 el Banco de Luxemburgo cumplió con la garantía bancaria y al mes siguiente reclamó el aval a la tenista. Esta tenía en la entidad bancaria unos 16 millones de euros que “desaparecieron” cuando el banco intentó obtener la cantidad abonada a través de sus cuentas. Estaban vacías, así que tuvieron que reclamarle a Vicario.

Lo intentaron varias veces. Enviaron un burofax en julio de ese año y representantes de la entidad se reunieron con Arantxa y Santacana, acompañados de sus asesores. La respuesta de Arantxa fue que ni conocía su patrimonio ni podía disponer de él y así solicitó más tiempo para poder recabar información y ofrecerle una respuesta al banco.

Arantxa Sánchez Vicario.

Arantxa Sánchez Vicario.

Algo que parece ser contradictorio ya que, en noviembre de 2009, casada con Santacana, la tenista revocó ante notario los poderes que ostentaba su padre y su administrador, Ferrando Lacasa. Sin embargo, siete años después de aquella reunión, en noviembre de 2017, la pareja volvió a señalar que el fallecido Emilio Sánchez continuó manejando el patrimonio de su hija y dirigió su proceso de descapitalización vendiendo todo para pagar deudas.

Según la documentación presentada por el banco luxemburgués, las disposiciones patrimoniales fraudulentas de las sociedades con las que la tenista administraba su patrimonio (cifrado entre 30 y 45 millones) fueron decisión y responsabilidad única de ella y Santacana. De hecho, el padre no hubiese podido comprar ni vender sin poder notarial para ello, ya que en esas fechas Arantxa ya pleiteaba contra sus progenitores, a los que interpuso dos demandas y una querella.

A pesar de que la pareja en su día —antes de iniciar el proceso de separación— intento acusar a la familia de la tenista, Arantxa Sánchez Vicario dio la vuelta a la tortilla y dirigió la culpabilidad a Josep Santacana, su exmarido. 

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