27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Los yernos y nueras pertenecen a importantes familias con poder en la vida económica, social, política y aristocrática de España

La verdad de Ruiz Mateos (XI): Así son los matrimonios de la saga, emparentados con la 'jet set'

José María Ruiz Mateos y sus hijos varones.
José María Ruiz Mateos y sus hijos varones.
La saga Ruiz-Mateos se convirtió en una de las más poderosas y controvertidas familias del mundo empresarial. Haciendo verdadero el dicho que afirma que dinero llama dinero, el clan de la abeja mediante sus enlaces matrimoniales se han vinculado a nombres pujantes de la sociedad española: dinastías empresariales, títulos nobiliarios y apellidos de rancio abolengo se han introducido por la vía sentimental en la peculiar 'colmena' de José María Ruiz-Mateos.

Los descendientes de Ruiz Mateos siempre se han entremezclado con familias de abolengo y pedigrí. Por ejemplo, Patricia, la cuarta en el escalafón, se unió en 1990 a Joaquín Bohórquez, hijo del empresario jerezano José Bohórquez Mora-Figueroa y de Pilar Crespi de Valldaura, marquesa de Las Palmas, y sobrino del conocido rejoneador y ganadero, Fermín Bohórquez

Socorro era la primogénita del matrimonio. Falleció en 2017 en Pamplona a los 57 años, tras luchar durante durante más de una década contra la leucemia, enfermedad de la que fue diagnosticada en 2001. Estaba casada con el empresario Bernardo Landeta de la Torre, con quien tuvo seis hijos (José María, Íñigo, Fátima, Javier, Bernardo y Álvaro). Por su parte, Almudena se casó con Alberto Wicke

Zoilo, el ideólogo de la familia, está casado con Carmen Durán y José María con Cristina Figueroa, hija de Agustín Figueroa y Magdalena del Alcázar. Es por tanto sobrina del cantante Raphael y de Natalia Figueroa Gamboa y, a su vez, prima de Marta Chávarri. Así, la mujer de José María Ruiz-Mateos Rivero es nieta de los marqueses de Santo Floro y descendiente de la saga del conde de Romanones. Como se comprueba, de nuevo, todas las familias de abolengo y poder se interrelacionan y se entremezclan.

Boda de Javier Ruiz-Mateos con  Lavinia Mateos de Bonilla. 

Natalia Figueroa y su hermano Agustín mantuvieron duros litigios judiciales por el título del marquesado de Santo Floro. Aunque inicialmente el título lo ostentaba Agustín Figueroa, finalmente los tribunales de Justicia dieron por dos veces la razón a su hermana Natalia, quien hoy lo ostenta.

Precisamente, uno de los inversores que salió muy perjudicado del business con varios millones de euros de pérdida del presunto fraude de los pagarés de Nueva Rumasa, fue Agustín Figueroa, en una operación donde le introdujo su yerno José María. Pero para evitar en su día un escándalo familiar y mediático, los hijos de Ruiz-Mateos le dieron una cervecería muy conocida que poseían en la madrileña plaza de Santa Ana, y que era uno de sus negocios tapados.

Bodas por todo lo alto

También Alfonso, el noveno de la saga, contrajo matrimonio con Alejandra Cruz-Conde, abogada e integrante de una de las familias andaluzas más solventes y poderosas, los Cruz-Conde, muy vinculados a la entidad financiera de la Iglesia Católica, Caja Sur, y también propietarios del palacio cordobés Torre Cabrera. Allí se celebró en el verano de 2002 el ágape del enlace entre Alfonso y Alejandra, tras asistir a la ceremonia religiosa en el convento califal de los Capuchinos, en una misa oficiada por el tío paterno de la novia. Entre los asistentes, la crème de la crème andaluza, como María León y Castillejo, hija de los marqueses de la Cañada, que en un determinado momento fue señalada como amiga íntima del entonces príncipe Felipe de Borbón.

Para tal ilustre ocasión, los más conocidos modistos hicieron su agosto, como bodas de tanta alcurnia dicen que se merecen. Así, la novia vistió un modelo del mismo diseñador que utilizó la infanta Cristina en su boda, Lorenzo Caprile, mientras que la madrina, Teresa Rivero, lució un vestido del diseñador Eduardo Ladrón de Guevara.

Begoña Ruiz-Mateos y Antonio Biondini. 

En tres ocasiones y en menos de un año Teresa Rivero ejerció de madrina, ya que en ese período se le casaron tres hijos. Además de Alfonso, lo hizo Javier, undécimo en el escalafón, que contrajo nupcias en el otoño de 2001 en Jerez con Lavinia Mateos Bonilla, su novia durante más de cuatro años; y Pablo, el décimo de los hijos, que se casó en septiembre de 2002 con Mara Castillo Lapetra.

También en ese mismo periodo lo hizo la más pequeña de la saga, Nuria, que se casó en el verano de 2001 con Marcos Fernández Halcón, con el que llevaba ya nueve años de noviazgo. Y lo hizo como les gusta a los Ruiz-Mateos, en Jerez de la Frontera, en la iglesia de San Marcos. El control mediático de todos estos acontecimientos sociales, ágapes, eventos y por ende, toda la agenda familiar comunicativa, la lleva Rocío, la quinta en el escalafón, que está casada con Luis Ojeda, y que es madre de varios niños.

El divorcio de Begoña

Begoña, fue la que más quebraderos de cabeza dio en su día a la familia debido a su separación traumática del que fuera su marido, Carlos Perrau de Pinnick. Este singular personaje fue en su día uno de los líderes de la Agrupación Ruiz-Mateos, partido político con el que llegaron a conseguir en las elecciones de 1989 dos escaños en el parlamento europeo, uno de ellos fue precisamente para el exyerno del empresario jerezano. Consiguió 609.171 votos. También se había presentado en 1987 a las elecciones, pero sólo consiguió 116.761 votos, un 0,60 por ciento y no consiguió escaño. El patriarca invirtió en esta operación política 52 millones de las pesetas de entonces. Tras el divorcio, Begoña se unió al empresario italiano Antonio Biondini. Por su parte, Carlos Perreau se vinculó a la socialité Beba Fernández de Longoria. 

Por último, el benjamín de la saga Álvaro se casó en mayo de 2011 en Córdoba con Ana Suárez de Lezo, hija del influyente abogado Rafael Suárez de Lezo, con despacho al lado de la sede del PP en Madrid. El padre de Ana ejerce de abogado en negocios urbanísticos, uno de ellos es la urbanización Sotogrande, en Cádiz. Este es el único matrimonio de los seis hijos encarcelados que se ha roto oficialmente. Fue en 2015. Una ruptura muy extraña. Ana se casó en septiembre de 2018 con el empresario Yago Calderón.

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