26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La soprano española más conocida internacionalmente pasó de tener una infancia humilde a convertirse en la diva catalana del Bel Canto

Montserrat Caballé, la gran sacerdotisa de la ópera, habría cumplido 90 años este mes de abril

Montserrat Caballé habría cumplido 90 años.
Montserrat Caballé habría cumplido 90 años.
Este 12 de abril de 2023 cumpliría 90 años Montserrat Caballé, la soprano española más conocida internacionalmente que falleció en octubre de 2018 a los 85 años. Su inolvidable interpretación en 1974 de Norma, la famosa sacerdotisa belliniana, ha quedado para siempre en el corazón de los amantes de este género. Durante décadas, ha sido imposible encontrar ninguna cantante que haya podido superar tal sublime fusión.

La soprano catalana  Montserrat Caballé será siempre una de las grandes voces líricas del siglo XX. Este miércoles 12 de abril, la más universal de las cantantes de ópera españolas cumpliría 90 años. Con más de 50 años de carrera, la soprano estuvo a la altura de mitos como Maria Callas, Joan Sutherland, Elisabeth Schwarzkopf o Renata Tebaldi

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Montserrat Caballé.

Durante su carrera, Caballé  interpretó cientos de óperas y conciertos en los teatros más importantes y destacados de todo el mundo de la mano de las mejores orquestas y repartos, gracias a su repertorio que abarcaba unos 90 papeles pertenecientes a más de 40 óperas.

Montserrat Bibiana Concepción Caballé i Folch, considerada como una de las mejores sopranos del siglo XX, fue elegida doctora Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) en septiembre de 1999.  Su carrera comenzó a reconocerse cuando la llamaron para sustituir a una colega e interpretar Lucrecia Borgia en el Carnegie Hall de Nueva York (Estados Unidos).

Hasta entonces desconocida, el público neoyorquino le dedicó una ovación de 20 minutos. A la mañana siguiente, la prensa de la ciudad de los rascacielos hablaba así: "Ninguna publicidad previa podría haber previsto el tremendo impacto que esta mujer de corte goyesco causaría en un público mimado por las delicias de Callas y Sutherland. Cuando Caballé empezó su primera aria hubo un cambio perceptible en el ambiente. Pareció por un momento que todo el mundo hubiese dejado de respirar". 

Sus comienzos como cantante de ópera

Montserrat Caballé Folch nació el 12 de abril de 1933 en el barrio de Gracia de Barcelona. Procedente de una familia humilde, su madre, Ana Folch, que tocaba el piano, le inculcó desde pequeñita la formación musical, de manera que a los once años la soprano pudo ingresar en el Conservatorio Superior de Música del Liceo gracias a una beca.

Debido al delicado estado de salud de su padre, Caballé tuvo que apartarse temporalmente de la música, compaginando el estudio con un trabajo en una fábrica. Durante esta época, la familia llegó a sufrir un desahucio al no poder permitirse pagar el alquiler de su casa. Con el fin de ayudar a su familia, Caballé alternó su carrera musical con otros trabajos, hasta que en 1950 un industrial textil le patrocinó su carrera en el Conservatorio del Liceo, para que se dedicara completamente a su formación musical.

Su gran progreso en el centro operístico barcelonés, hizo que pasara dos cursos por año. Durante este tiempo tuvo la oportunidad de estudiar con Eugenia Kemmeny, Conchita Badía y Napoleone Annovazzi, de los que aprendió mucho y rápido.

En 1954 Caballé se graduó aunque un accidente en la prueba final hizo que la soprano perdiera el conocimiento. Su primer debut operístico fue con el papel de Serpina de "La serva padrona" en el Teatro Principal de Valencia el 27 de junio de 1955 con la Compañía de Ópera de Cámara de Barcelona, dirigida por Napoleone Annovazzi.

Después de pasar varios años fuera de España, donde pudo consolidar su carrera cantado ópera en lugares como Basilea, Viena y Bremen, Caballé consiguió debutar el 7 de enero de 1962 en el Liceo de Barcelona. Interpretaba el papel de Arabella, de Richard Strauss, siendo muy bien recibida por la crítica y el público. Un año más tarde, cantaría por primera vez en el Palacio de la Música de Madrid, donde interpretó Ah, pérfido y el aria Egmont de Beethoven.

Referencia histórica de la ópera del siglo XX

 Aclamada mundialmente, su primer éxito internacional se produjo en 1965, cuando sustituyó a la gran mezzo Marilyn Horne en la ópera Lucrecia Borgia de Donizetti en Nueva York. El New York Times tituló al día siguiente: Callas + Tebaldi = Caballé.

A partir de ahí, la Metropolitan Opéra House de Nueva York, la Scala de Milán y el Convent Garden londinense le abrieron sus puertas de par en par. Representó más de 80 personajes operísticos tan dispares como Norma, Violeta, Salomé, Semiramide o Isolda.

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Montserrat Caballé.

Su carrera fue dirigida principalmente por su hermano Carlos Caballé, mecenas y representante de numerosos cantantes catalanes de ópera. El catalanismo exagerado de su hermano llevó a Monserrat a distanciarse en lo personal y profesional con Placido Domingo o el maestro canario, el tenor Alfredo Kraus.

Su casa fue el Liceo de Barcelona, donde fue venerada como una diosa. Cuando en 1994 el edificio fue pasto de las llamas, Caballé cantó emocionada entre las ruinas, destinando 36.000 euros para su reconstrucción.

Su última actuación fue en el Festival de Música de Cambrils, donde actuó junto a su hija Monserrat Martí.

La memorable actuación de Freddie Mercury y Montserrat Caballé en la Nit

Alrededor de 20.000 asistentes ovacionaron durante varios minutos a Freddie Mercury y Montserrat Caballé tras interpretar 'Barcelona', el nuevo himno olímpico.

El 8 de octubre de 1988 la Barcelona pre-olímpica se puso a los pies de Freddie Mercury y Montserrat Caballé, dos grandes de la música. Faltaban cuatro años para la celebración de la fiesta olímpica en la ciudad condal y ambos intérpretes emocionaron a los asistentes al Festival de la Nit que, por aquel entonces, se celebraba en la capital catalana. 

El vocalista del grupo Queen quedó prendado del talento de la soprano catalana durante su actuación en la ópera Un baile de máscaras, en el Royal Opera House de Londres en mayo de 1983, y no fue hasta tres años después, cuando el intérprete declaró en una entrevista para el programa Informe Semanal, emitido en Televisión Española que “Montserrat Caballé se había convertido en su cantante preferida”.

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Freddie Mercury y Montserrat Caballé durante su actuación en el Festival de la Nit en 1988.

La soprano no dudó en ponerse en contacto con el artista y en 1987 se reunieron en el Hotel Ritz de Barcelona para conocerse. Ambos pasearon por los jardines del hotel y charlaron durante varias horas en las que el cantante no dudó en mostrarle algunos de sus temas. Aquella velada fue el inicio de una larga amistad que duró hasta la muerte del cantante, aunque también fue el preludio de un proyecto musical que tendría como hilo conductor la ciudad condal.

Ambos trabajaron en la composición del álbum, realizaban viajes y Mercury enviaba a la diva catalana cintas de cassette con maquetas, entre las que figuraba Barcelona. La capital catalana ya había sido elegida ciudad olímpica y la soprano no dudó en promocionar aquella canción como posible himno olímpico e incluso la interpretó en la discoteca ibicenca Ku. Aunque la canción no se compuso en un principio para representar al evento deportivo, el Comité Olímpico Nacional la eligió como himno de las Olimpiadas, a las que el artista no pudo asistir debido a su fallecimiento el 24 de noviembre de 1991 víctima del SIDA.

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