El sueño de Julio Merino y Napoleón: Su obra póstuma sale tras 50 años en la sombra
Tras su reciente muerte, su obra 'Napoleón, los últimos días en Santa Elena' se estrena el 1 de febrero en Nueva Carteya
Hace unos días Elcierredigital.com y, especialmente, su director, Juan Luis Galiacho, sufrían una gran pérdida. El periodista, escritor y gran amigo del fundador de este diario, Julio Merino, fallecía a los 84 años de edad. Fue el pasado 23 de enero cuando este consagrado profesional de la comunicación y la historia nos dejaba a causa de una insuficiencia respiratoria.
La noticia conmocionaba especialmente porque el autor esperaba con ilusión el próximo estreno en teatro de una de sus obras más queridas y especiales. Una obra que hubiera querido estrenar en 1973, pero que entonces fue rechazada por su tendencia política. Desgraciadamente, Julio fallecía días antes de verla al fin en escena.
Se trata de 'Napoleón, los últimos días en Santa Elena', muestra de su legado como periodista, escritor e historiador. Narra los últimos días Napoleón Bonaparte en su exilio, en la isla de Santa Elena. Para escribirla, Merino viajó hasta la isla del Atlántico para impregnarse del ambiente que rodeó los últimos años del histórico líder francés.
"Para mí es una joya", afirmó en una entrevista a Elcierredigital.com el pasado mes de septiembre.
Una cita en Nueva Carteya
La dirección teatral de la obra estará a cargo de Juan Antonio González Merino, sobrino del fallecido autor. El papel de Napoleón será interpretado por Isidoro Molina. Mientras, la actriz Loli Romero asumirá el desafío de encarnar a Josefina y a otras figuras femeninas clave en la vida del Emperador.
La Asociación Teatral Sierri Pedraza Bobis, que dirige González Merino, se encargará de dar vida a esta obra. Tras más de 50 años y varios meses de ensayo, verá la luz. La obra, por el momento, será representada en dos funciones los próximos 1 y 8 de febrero, ambas a las 20:00 horas.
El lugar de la cita es el teatro de la Casa de la Cultura de Nueva Carteya, en Córdoba. No hay mejor lugar para este estreno que el pueblo natal de su autor, Julio Merino.
Elcierredigital.com ha conversado con González Merino, director de la obra, para conocer detalles de la próxima representación y el legado del gran Julio Merino.
"Creo que narra perfectamente lo que es la transición política y lo que es la dictadura. Una dictadura que en el fondo refleja mucho de la política actual. Se trata de demostrar que a través de la dictadura también se llega a la democracia. Creo que en los diálogos se va viendo cómo la dictadura de Napoleón en aquel tiempo fue el inicio de una Europa unida. Que es lo que ahora mismo tenemos, una Europa en la que no hay fronteras", relata.
"Napoleón es su sueño. Creo que ese sueño es el que él ha vivido, el que él quería. De esta España y de esta Europa que ahora mismo tenemos. Era el sueño de Napoleón y el sueño de mi tío, una España integrada, que fuese el camino. Creo que era la idea de cómo reflejar a Napoleón en estos últimos días de su vida", nos cuenta Juan Antonio.
Julio Merino, un maestro amante del periodismo y la literatura
Julio Merino nació en Nueva Carteya (Córdoba) el 5 de abril de 1940. En poco tiempo habría cumplido 85 años.
A los 14 años inició los estudios de Magisterio en la Escuela Normal de Córdoba. Pasaron tres años cuando obtuvo el título de maestro nacional y ejerció como interino durante dos años.
Fue en 1959 cuando se trasladó a Madrid para ampliar estudios y hacerse con el título de Licenciado en Pedagogía. Lo que no consiguió, ya que abandonó tras estudiar los dos cursos comunes que había entonces en la carrera de Filosofía y Letras.
Un año más tarde, abandonó Filosofía e inició la carrera de Periodismo en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid. Allí, tras un brillante expediente, culminó su formación en 1964 como número 1 de la conocida “promoción Tokio”.
Durante la dictadura franquista llegó a ejercer como redactor del diario Arriba. Fue redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa. En 1978, adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ser su director.
En diciembre de 1979 fue nombrado director del Diari de Barcelona. Uno de los periódicos históricos de Cataluña que le permitió entrevistar a Josep Tarradellas al regreso de su exilio.
Luego sería fundador y director del semanario El Heraldo Español.
Una trayectoria llena de diplomas y galardones
Al mismo tiempo que estudiaba periodismo consiguió varios diplomas. El primero, en la especialidad de Prensa Infantil y Juvenil. El segundo, en Política Internacional, en el Instituto de Estudios Políticos que, por entonces, presidía Manuel Fraga.
Más tarde, en el Consejo Superior de Sociología consiguió un diploma en Estudios Sociológicos de la Prensa.
Entre 1965 y 1973 fue profesor de la Escuela Oficial de las asignaturas Historia del Periodismo, Agencia de Noticias y Estilo Periodístico.
En 1966 le otorgaron el Premio Nacional Juan Valera por una biografía que hizo del escritor de Cabra. Al año siguiente obtuvo el Premio Nacional de la Crítica Cinematográfica por los artículos que escribió sobre la película '¿Quién teme a Virginia Wolf?', que interpretaban Richard Burton y Elizabeth Taylor.
Fue en 1973 cuando consiguió el Premio Nacional de Teatro por su obra 'La tragedia de Séneca'. También consiguió el segundo puesto en el Premio Lope de Vega por 'Los demonios del rey Carlos, el hechizado'.
Desde 1964 perteneció a la Asociación de la Prensa de Madrid y desde 1975 era miembro de la Real Academia de Córdoba.
En el año 2000 se jubiló oficialmente al cumplir los 60 años, pero siguió en activo con colaboraciones en distintos periódicos de papel y digitales. Entre ellos, una columna diaria en La Razón y colaboraciones periódicas en elcierredigital.com.
Un legado literario con futuro y permanencia sobre las tablas
Han pasado más de 50 años desde que Julio Merino creó 'Napoleón, los últimos días en Santa Elena'. Su gran ilusión era poder verla estrenada, pese a su delicado estado de salud.
"En esos últimos días no paraba de llamarme para saber cómo iba todo, cuándo hacíamos el ensayo. Estaba muy ilusionado y desesperado porque quería llegar a ver la obra. Estaba buscando una ambulancia que lo trajera, ya que tenía que venir con oxígeno", cuenta su sobrino.
Estuviera o no presente su tío el día del estreno, González Merino tenía en mente dedicarle unas palabras de reconocimiento a su trayectoria. Así lo hará los días de representación de la obra.
Con respecto a la continuidad de su legado sobre las tablas Juan Antonio nos da una respuesta afirmativa.
"Él me dejó a mí escritas cuatro obras. Aún no he terminado de leerlas, pero sin lugar a dudas representaré alguna obra más de él. La obra sobre Napoleón me ha encantado y a los actores todavía más, con cada día de ensayo", responde.
"Esperamos ampliar territorio con ella, presentarla a concursos y certámenes de teatro. Si podemos, fuera también. La tenemos que llevar a donde sea porque merece la pena que la gente la vea", habla ilusionado de la obra póstuma de su tío.
Maestría del periodismo
Quien también se encargará de mantener vivo el legado de Julio Merino será el director de este diario, Juan Luis Galiacho. Estará también presente en la representación inaugural de su obra póstuma sobre Napoleón, donde le hará un homenaje. Con el mismo "profundo dolor y nieblas de tristeza", como escribía en su obituario el pasado 23 de enero, pronunciará su última conversación.
Supone la pérdida de quien, para Galiacho, había sido su "maestro en el periodismo de trinchera", tal y como él mismo lo definía en su despedida. "Mi confidente de penas y alegrías, mi asesor en la dura batalla mediática diaria. La persona que me ha ayudado sin fisuras en mis libros y en Elcierredigital.com", escribía.
"Qué haces así Julio, tú debes estar escribiendo, con tu vinito o tu cubata", le reñía Galiacho en su visita, convertida en despedida, días antes de morir.
Fue tras la muerte de Encarna Sánchez cuando Galiacho conoció a Merino. Con él trabajó en 'Supergarcía' en la COPE. Juntos destaparon los 'tejemanejes' de Jesús Samper en la Liga de Fútbol Profesional, o los de Lorenzo Sanz.
Merino tenía una maestranza en su vocación admirada por muchos y temida por otros tantos. Tras una vida entregada a las letras, su muerte deja un vacío en el periodismo y la literatura española.
Más noticias: