Alfonso Domingo presenta su novela 'Comuneros': "El libro incorpora muchos datos inéditos de nuestra historia"

“Esta es una historia de amor y guerra de hace quinientos años”. Así comienza la sinopsis de ‘Comuneros’, el nuevo libro de Alfonso Domingo. La novela cuenta la historia de amor entre María Pacheco y Juan de Padilla además de hacer un repaso por la Guerra de las Comunidades de Castilla. En el mismo texto, publicado en la editorial Algaida, el autor asegura que esta historia de amor “sobrevive a la guerra y al tiempo” en un momento de la historia que guarda grandes similitudes con la época actual.

Alfonso Domingo asegura que, por su lugar de origen, Segovia, el tema de los comuneros es algo que siempre le ha movilizado. “Quizá por esa razón, por la cercanía, encaré este tema hace ya varios años”, explica. De ahí nació ‘Comuneros’, una novela “con mucha documentación”.

‘Comuneros’, una historia de amor y guerra

Si hay algo de lo que Alfonso Domingo puede presumir es de haber “consultado todos los archivos existentes en España” y de haber “hablado con todos los especialistas” en esta materia. El autor ha estado completamente “inmerso en todo ese tema” y el resultado fue que acabó escribiendo una novela con “una gran base histórica y una gran base de documentación”.

Domingo recuerda que “no es un ensayo ni un tratado: es una novela, es algo que toca la condición humana, que está reflejada en esa guerra”. La historia invita, además, a tener presente que hace 500 años aquella guerra “dirimió nuestro destino como pueblo”. Frente a la propuesta de los comuneros, una política acorde al pueblo, “al final ganó la opción de Carlos V, Europa y reforzar la dinastía de los Habsburgo, una dinastía que era extraña a nuestra patria”.

Portada de 'Comuneros', de Alfonso Domingo.

“En la novela hay varios protagonistas”, explica Alfonso Domingo. “Una de ellas es María Pacheco, la mujer de Juan de Padilla”, cuenta. La mujer fue la encargada de “mantener la llama comunera meses después de la derrota de Villalar, cuando es ajusticiado Padilla junto a Juan Bravo y Francisco Maldonado”. Otro de los protagonistas, explica, es el hermano de María Pacheco, “Diego Hurtado de Mendoza, que va a verla a su exilio en Oporto en 1526”.

El libro relata, “además del encuentro entre los dos hermanos, una partida de ajedrez que disputan entre ellos”. Partida que sirve de vehículo para “pasar revista y visitar todo lo relacionado con la Guerra de las Comunidades y cómo resultó todo ese movimiento que empezó con tanta base popular y tanta justicia y que al final fue descabezado”.

Alfonso Domingo nos descubre que cuenta “un capítulo bastante revolucionario de esta guerra”, que no es otro que “las Leyes Perpetuas de Ávila”, considerado por muchos autores como la primera carta constitucional del mundo y que “la mayoría de los españoles no lo conocen porque no se les ha informado”. El autor asegura que el texto tuvo tal envergadura que “lo citan los padres de la patria norteamericana cuando están elaborando su constitución”.

El escritor ha querido incorporar en este libro “bastantes datos inéditos de la historia que no han sido recogidos por los historiadores, como la bandera que llevaba Padilla en la guerra y que se perdió en Villalar o ciertos detalles, como que el hijo de María Pacheco sirvió de rehén en los acuerdos con los imperiales al final de la guerra en Toledo”. Recuerda, además, que “aunque sea una novela de ficción, el marco histórico y social que se dibuja en la novela responde a aquella época, aunque también tiene connotaciones actuales, porque en el fondo hay una reflexión sobre el poder y la manera de ejercerlo”.

Doña María Pacheco después de Villalar, de Vicente Borrás y Mompó, 1881./ Museo del Prado, Madrid.

Por otra parte, el autor menciona a Juana I de Castilla, hija de los Reyes Católicos, y asegura que su figura “tiene bastante importancia en la novela, por su primer encuentro con los comuneros. Luego vuelve a caer en manos de los imperiales y su papel se difumina por completo”. Sin embargo, Alfonso Domingo asegura que mientras Juana “es reina de España, se demuestra que no está loca, lo que pasa es que es una mujer a la que su padre, su marido y su hijo trataron mal y ningunearon, así que estaba sumida en una profunda depresión”.

En la novela ‘Comuneros’, por supuesto, se habla de la importancia de esta insurrección, la primera revuelta popular en España en la que se hizo algo revolucionario: “Los comuneros sitúan la soberanía no sobre el rey, sino sobre el pueblo y eso, para la época, es absolutamente revolucionario e innovador”. Domingo ha tratado de hacer un poco de lo que él mismo ha llamado “justicia poética” llevando, en el texto, los restos de María Pacheco a España, a la tumba de Padilla, desde Oporto, “que es donde ella quería que reposaran, junto con los de él por toda la eternidad”, una voluntad que nunca se cumplió.

Alfonso Domingo, de periodista a escritor

Alfonso Domingo es escritor y cineasta nacido en la localidad segoviana de Turégano que, además, se ha dedicado al periodismo. Especializado en información internacional y reporterismo de guerra, ha dirigido documentales y es autor de catorce series y de seis largometrajes. Interesado por la historia de España, ha dedicado parte de su vida a estudiar la Guerra Civil española y la posguerra, y ha publicado varios ensayos sobre esa época.

Alfonso Domingo con el monumento a Juan Bravo al fondo. 

Su última novela, ‘Comuneros’, fue presentada el pasado 12 de mayo en Madrid, y contó con la interpretación de las ‘Coplas a Padilla”, unas coplas que el mismo Alfonso Domingo ha rescatado de “un documento que estaba en la Biblioteca Nacional” y que son “las únicas que quedan de la época comunera”. El autor agradece a sus amigos Luisa y Cuco Pérez que hayan puesto música y voz a estas coplas que, junto a otras composiciones musicales, tienen un importante papel en la trama de la novela.

Con este libro, Domingo asume la responsabilidad “de hacer justicia histórica y poética” a aquellas personas que protagonizaron la historia de las Comunidades y que, a ojos del autor, son “dignas de un homenaje, una reivindicación y un intento de comprensión de su papel y de su paso por la historia”. Como conclusión, el autor recuerda que, aunque esta guerra “nos remonta a hace 500 años, los aspectos de la condición humana, con todos sus matices, siguen siendo semejantes”.