Las dos personas que no se separaron de Encarna Sánchez durante sus últimos días
Dos personas muy cercanas a Encarna Sánchez se encargaron de todos sus cuidados hasta el día de su muerte
En las últimas semanas, el nombre de Encarna Sánchez ha salido a la palestra en más de una ocasión por varios motivos relacionados con la actualidad social de nuestro país.
Tanto es así que, casi treinta años después de su muerte, han trascendido incluso varios datos relacionados con su lado más personal. Entre ellos, el nombre de las dos personas que no se separaron de Encarna durante sus últimos días de vida.
En 2022, el director de El Cierre Digital, Juan Luis Galiacho, y el productor Pedro Pérez homenajearon a Encarna Sánchez con su libro, Encarna en Carne Viva. Obra en la que hicieron un repaso por la trayectoria de esta famosa locutora, datos que conocían tras haber trabajado durante años a su lado.
Sin embargo, a lo largo de las páginas, Galiacho y su mano derecha también revelaron cómo fueron sus últimas horas en su casa de La Moraleja (Madrid).
Tal y como han asegurado los autores de este libro, las dos personas que no se separaron de ella hasta que falleció fueron sus amigas, Nuria Abad y Josefina Calle:
“Allí, a su lado, al borde de su cama, estaba permanentemente Nuria Abad o Josefina Calle. Fue por expreso deseo de Encarna”. Además, tanto Galiacho como Pérez plasmaron en su obra cómo fueron los últimos días de Encarna Sánchez.
Nuria Abad y Josefina Calle no se separaron de Encarna Sánchez hasta el final
Tal y como aseguran ambos autores, Nuria Abad y Josefina Calle fueron las dos personas que se encargaron de los cuidados de Encarna Sánchez hasta el día de su muerte. Tanto es así que “la ayudaban a comer todos los días y a sentarse en su butacón”.
“Desde su ventanal, divisaba el césped, la piscina y los árboles de su casa que tanto le gustaban. La aseaban con mucho mimo y cariño”, añadieron a continuación.
Además, y a pesar de que se corrió el rumor de que a Encarna Sánchez no la dejaban salir de su casa, Galiacho y Pérez negaron por completo esta información:
“La cuidaban como si fuera la madre de las dos, con inmenso amor. Las dos, y en menor medida Inmaculada Liriano, cuidaron a Encarna como a una reina. Nadie la secuestró”.
El pasado 29 de marzo de 1996, por la tarde, esta musa de la comunicación recibió la visita de don Bernardo Herráez Rubio, obispo y máxima autoridad de la cadena episcopal.
Aquel día, Encarna Sánchez mantuvo una reunión con él a puerta cerrada durante más de treinta minutos. “Ese día fue su último adiós”, confirmaron los autores de su biografía.
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