Además,  por este delito de abuso sexual sobre menor de 16 años con acceso carnal, la sentencia le impone la inhabilitación para cualquier profesión, retribuido o no, que conlleve contacto regular y directo con menores de edad. También se le ha impuesto la medida de seguridad de libertad vigilada por cinco años que se aplicará con posterioridad a la pena privativa de libertad, la prohibición de acercarse al niño durante trece años y una indemnización de 6.000 euros por daños morales.

Los abusos tuvieron lugar en la casa del condenado en la Playa de Arinaga, en Gran Canaria. 

La  Sala ha considerado probado que el hombre, cuando tenía 63 años, cometió el delito en varias ocasiones durante los meses de junio y julio del año 2016. El pederasta aprovechaba la corta edad del niño y  que el menor acudía a su vivienda a jugar para satisfacer sus deseos sexuales y abusar del pequeño.   Entonces, el condenado, nacido en 1953, practicó varias felaciones al menor con el argumento de que así le crecería el pene, según relató el niño a su madre y a su abuela.

El hombre ha sido condenado por un delito continuado de abusos sexuales a un menor de 16 años, y además de diez años y un día de prisión, se le imponen cinco años de libertad vigilada cuando cumpla la pena, y una indemnización de 6.000 euros a los padres del menor.