Tras 14 años de ‘persecución’ y polémicas en torno a su figura, el periodista y activista Julian Assange —fundador del portal Wikileaks— parece haber llegado a un acuerdo provisional con las autoridades de Estados Unidos para declararse culpable de violar la Ley de Espionaje y obtener ilegalmente información sobre defensa nacional. Después de permanecer más de cinco años en la cárcel británica de Belmarsh, está previsto que Assange sea extraditado a Estados Unidos y luego enviado de regreso a Australia. 

Este lunes, WikiLeaks informó en su perfil de X que Assange salió de la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh en el Reino Unido y que partió del país con la intención de regresar a Australia.

Se espera que el acuerdo sea ratificado una vez que Assange llegue este miércoles a las Islas Marianas del Norte, un territorio de EE.UU. en el Pacífico. Este acuerdo marcará el final de una odisea legal, política y geoestratégica que ha durado casi catorce años. En este tiempo, WikiLeaks ha sido objeto de presión policial por la publicación de documentos sobre el Gobierno de los Estados Unidos, lo que llevó a Assange a vivir en la embajada de Ecuador en Londres como refugiado político durante más de siete años y posteriormente a pasar más de cinco en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, en las afueras de la capital inglesa. 

Este medio ya señaló el pasado mes de abril que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estaba considerando poner fin al procesamiento de Julian Assange y retirar los cargos en su contra. El Alto Tribunal de Londres condicionó la extradición de Assange a que se le aplique la Primera Enmienda de la Constitución americana, lo que implicaría la retirada de los cargos, algo que finalmente no ha sucedido pero que sí ha condicionado el acuerdo, según relatan diversos expertos consultados por medios internacionales. 

A sus 52 años, Assange parece estar cerca de poner fin a su larga lucha. Si todo va bien, el creador de WikiLeaks recuperará su libertad tras el mencionado acuerdo, que cierra un largo proceso judicial que enfrentó los intereses de seguridad nacional estadounidense con la libertad de prensa.

Assange fue trasladado este martes, 25 de junio, a la capital de las Islas Marianas del Norte para comparecer ante un juez federal en un tribunal remoto. A pesar de la insistencia de Estados Unidos en su extradición, finalmente se decidió que regresará a Australia, su país de origen. En concreto, está previsto que hoy, miércoles, Assange acepte su culpabilidad en un tribunal y reciba una condena de 62 meses de prisión, que se considerarán cumplidos. Luego será liberado y podrá regresar a su tierra natal.

Como ya informó elcierredigital.com, los cargos de Estados Unidos contra él están relacionados con la publicación de información clasificada durante el primer mandato del presidente Barack Obama. El gobierno alega que Assange conspiró con Chelsea Manning para revelar información sobre las guerras en Afganistán e Iraq, así como cables diplomáticos comprometedores del Departamento de Estado.

Las imágenes de Assange sin esposas, afeitado y subiendo por su cuenta a un avión esta semana no fueron una sorpresa para algunos analistas, ya que altos funcionarios del Departamento de Justicia estadounidense ya habían expresado su interés en llegar a un acuerdo rápido, como avanzó este medio. Finalmente, parece que el 'culebrón Assange' llega a su fin, aunque no todo está dicho todavía.

A lo largo de este proceso, Assange y sus seguidores han argumentado que su trabajo de divulgar información sensible ha sido en interés público y se ha basado en el derecho a la libertad de expresión protegido por la Constitución de Estados Unidos, lo que ha determinado en gran medida que la liberación de Assange sea una posibilidad.

Elcierredigital.com ha contactado con Aitor Martínez Jiménez, miembro del equipo legal de Julian Assange, para conocer más detalles sobre su liberación y el acuerdo alcanzado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.  El letrado ha adelantado que, aunque ya podemos ver a Assange sin esposas y junto a su esposa, “el acuerdo aún se tiene que ratificar a lo largo de este miércoles”.

Los detalles del acuerdo de Assange

Tal y como ha podido saber elcierredigital.com a través del letrado Aitor Martínez, el acuerdo “ha sido firmado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y Julian Assange. Sin embargo, aún tiene que ratificarse ante el órgano judicial norteamericano para que sea efectivo. El acuerdo se tenía que ratificar judicialmente en el territorio norteamericano, pero se ha acordado que sea en las Islas Marianas, jurisdicción de Estados Unidos de ultramar”. 

El letrado indica que “previsiblemente este miércoles se ratificará ese acuerdo ante el órgano judicial de las Islas Marianas y ya quedaría cerrada la causa abierta contra Julian Assange en el Distrito Este de Virginia. Es necesario recordar que Julian Assange se enfrentaba a 18 cargos, 17 de los cuales se enmarcaban bajo la Ley de Espionaje, una anacrónica ley de 1917 para perseguir periodistas en el marco de la Primera Guerra Mundial, que no registra precedentes de aplicación a un periodista por publicar información veraz”.

Martínez Jiménez ha recordado que “el acuerdo acepta que un solo cargo sea computado por el tiempo que Julian Assange ha permanecido en prisión provisional en Londres, en la prisión de Belmarsh, a espera de que se resolviera su extradición. Por lo tanto, a partir de que se ratifique este acuerdo ante la autoridad judicial, previsiblemente este miércoles, Julian Assange será un hombre libre y se podrá dirigir a su país de origen y nacionalidad, Australia”.

Julian Assange

Sobre las movilizaciones sociales y su influencia en la decisión judicial sobre Assange, el letrado Aitor Martínez ha señalado en conversaciones con este medio: “Evidentemente la enorme presión social desplegada en esta causa en los últimos años explica en gran medida que se haya encontrado una salida a este caso. A lo largo y ancho del mundo han surgido movimientos ciudadanos de “Free Assange”, la práctica totalidad de los organismos de protección de derechos humanos de la ONU se han pronunciado contra esta extradición. Las principales ONG del mundo como Reporteros sin Fronteras o Amnistía Internacional igualmente se han plantado de forma contundente contra este caso, o por ejemplo muchos mandatarios internacionales, como Lula de Silva o Andrés Manuel López Obrador abiertamente pedían la liberación de Julian Assange”.

“No hay duda de que esta enorme presión internacional ha abierto el camino para lograr una solución que facilite la libertad de Julian Assange. Y en este sentido, tal y como ha declarado hoy Stella Assange, la liberación de Julian Assange es gracias al esfuerzo de todos”, ha explicado Aitor Martínez.

Este acuerdo evidencia que la libertad de prensa no está garantizada en el mundo y que, lejos de ser un derecho consagrado, se encuentra gravemente amenazada. Por lo tanto, es evidente que hay que seguir luchando para que ningún periodista del mundo pueda ser procesado, mucho menos acusado de espía por simplemente ejercer de periodista y publicar información incómoda”, afirma el letrado.

La lucha de Assange por escapar de la extradición

Después de pasar siete años en la embajada de Ecuador en Londres y otros cinco en la prisión de Belmarsh, Assange parece haber logrado esquivar el 'fantasma' de la extradición. En este sentido, según las declaraciones de sus familiares y de los equipos médicos que le han examinado en los últimos años, Assange ha pasado los últimos meses muy débil por su delicado estado de salud mental y físico, incluso llegó a sufrir un infarto en octubre de 2021, debido a las difíciles condiciones de encarcelamiento, pues ha estado mucho tiempo aislado y su movilidad ha sido muy limitada. Ahora su imagen parece mucho más sana, pero es importante recordar la 'odisea' a la que el periodista se ha enfrentado.

El 19 de junio de 2012 Assange se refugió en la Embajada de Ecuador en Londres y pidió protección como refugiado político al Ejecutivo de Rafael Correa. Las autoridades ecuatorianas aceptaron las desesperadas demandas del periodista alegando la defensa de los derechos humanos, ya que consideraban que la vida de Assange corría peligro si era extraditado a Estados Unidos.

Durante su tiempo en la embajada ecuatoriana en Londres, se demostró que Assange fue blanco del servicio de inteligencia estadounidense (CIA), que llegó a barajar la posibilidad de asesinar o secuestrar a Assange, tal y como aseguran diversos informes publicados desde 2021 que apoyan las declaraciones de su entorno. Tanto él como sus visitantes fueron vigilados por múltiples cámaras de seguridad instaladas por una empresa de seguridad española —Undercover Global—. Esta situación obligó a Assange a tener sus encuentros, reuniones y conversaciones en el baño de la embajada.

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Julian Assange en 2014.

Sobre este asunto, el letrado español Aitor Martínez Jiménez, miembro de la defensa legal de Assange, se pronunció: "agentes de inteligencia norteamericanos, e incluso el exjefe de la contrainteligencia de ese país, han reconocido la obsesión del establishment de la inteligencia, y en concreto de la CIA, por vengarse del periodista".

Por su parte, la ONU ha declarado en más de una ocasión que su detención fue arbitraria y que había sufrido tortura psicológica. Tras siete años, y con la llegada de Lenín Moreno a la presidencia ecuatoriana —lo que supuso un cambio drástico en la percepción que tenía el Ejecutivo sobre la figura de Assange—, la embajada ecuatoriana finalmente lo expulsó y fue detenido por la policía británica en 2019.

Según los testimonios de su entorno recogidos por diversos medios de comunicación, las autoridades le negaron a Assange el acceso a una maquinilla de afeitar y otros enseres de higiene personal antes de su expulsión, explicando su aspecto descuidado en las fotos de su detención. Desde entonces, el periodista australiano se encuentra en la prisión de Belmarsh.

Assange ha mantenido un perfil bajo y no ha realizado declaraciones públicas. Sin embargo, el pasado año envió una carta abierta al rey Carlos III de Inglaterra, en la que denunciaba las condiciones de su encarcelamiento en Belmarsh y le invitaba a visitarlo en la prisión. En la carta, Assange también hizo hincapié en que es un preso político perseguido por Estados Unidos y que se encuentra detenido “en nombre de un soberano extranjero avergonzado”.

Ahora, tras 14 años de problemas judiciales bajo la 'sombra' de su posible extradición a Estados Unidos, el periodista parece ver la luz después de que un acuerdo inesperado para muchos le haya concedido al fin la libertad.