Considerado el restaurante francés #1 de España, Lafayette es historia, sabor, elegancia y pasión. Un rincón de exquisitez en uno de los barrios más glamurosos de la capital española, con una experiencia culinaria que rinde homenaje a la rica herencia francesa, donde la cocina gala se entrelaza con un viaje de sensaciones, creando así una experiencia culinaria sublime.

El nombre Lafayette, evocando la figura del general Lafayette, es en sí mismo un tributo a la historia y a la fusión de dos mundos. En 1757, nacía el general que se convertiría en una figura clave en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa. Este legado histórico se encuentra en perfecta armonía con Madrid, una ciudad llena de historia y diversidad.

Desde su apertura en 2018, el sumiller francés, Sébastien Leparoux, un asset para el local por su reputada trayectoria de más de 26 años, amante de los vinos y gran conocedor de los de origen francés

Lafayette, un rincón culinario francés en Madrid

Entre los clásicos de la carta, destacan la terrina de foie gras con chocolate kumquat; el huevo cocotte con crema de foie y trufa; la vichyssoise de coco con puerros asados a la llama; o la lubina con salsa de Tapenade hecha con aceitunas verdes de Manzanilla. Las carnes también ocupan un lugar destacado en la carta, con el steak tartare en aliño clásico y hecho al momento considerado uno de los platos estrella del restaurante y mejor valorado por los clientes.

Uno de los platos de Lafayette.

Los postres son otro emblema de la cocina francesa, y en Lafayette se suman dos grandes referencias: las crèpe suzette, flambeadas frente al comensal; y la ópera versionada por Gustavo Valbuena, que elabora con tres cremas de café, mantequilla y chocolate, y corona con crujiente de chocolate.

Una bodega exquisita

La bodega de Lafayette es otro de los tesoros, ya que cuenta con más de 160 referencias francesas, cuidadosamente seleccionadas y custodiadas por Leparoux, capaz de ofrecer una experiencia única para los amantes del vino. La carta incluye pequeños productores en la región de Champagne o algunos tintos de Burdeos que recuerdan a los vinos más clásicos, como Château Lespault Martillac Pessac-L.eognan (Merlot, Cabernet Sauvignon, Malbec, del 2019), Château Duluc de Branaire Ducru Saint-Julien (Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Merlot, del 2006) o Château Les Hauts Du Lynch Moussas Haut- Médoc (Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot 2018). También cuentan con una gran selección de vinos generosos españoles.

El restaurante ha acumulado premios y reconocimientos, incluido un Sol Repsol, que subraya su excelencia gastronómica. Y todo gracias al talentoso chef venezolano Gustavo Valbuena, con más de 30 años de experiencia en destacados lugares gastronómicos, quien aporta su creatividad y pasión a cada plato, además de mantener una inspiración en el recetario clásico francés que apunta hacia la sofisticación, la ligereza en las elaboraciones y las presentaciones muy cuidadas, sin perder su identidad. Y es que, ofrece la mejor cocina clásica del mundo, la francesa, pero con un toque madrileño que añade un encanto especial a cada plato.

La alta cocina o haute cuisine nació de mano de cocineros franceses que convirtieron en arte las dotes culinarias. Y Valbuena ha sabido adaptar esas creaciones clásicas a un estilo de cocina muy personal, en platos más sofisticados y elegantes, fruto de su dilatada experiencia en las mejores cocinas y como mano derecha de Paco Roncero durante casi 20 años.

El restaurante, con un ambiente acogedor y romántico, cuenta con bancos corridos y unas llamativas cortinas rojas, que añaden un toque teatral. En los techos altos, algunos clientes aseguran ver rasgos de la Torre Eiffel, con vigas de estilo industrial pintadas en gris pizarra, creando una entrada discreta pero atractiva. Además, su encantadora terraza rodeada de vegetación ofrece intimidad para disfrutar de la mejor cocina francesa en Madrid, acompañada de música francesa y jazz de diferentes épocas, desde los años 40 hasta lo más contemporáneo. ¿Lo mejor?

El brunch, una de las 'estrellas'

Su brunch de los domingos, con una propuesta que honran el recetario clásico francés en una versión sofisticada, comenzando con una selección de entrantes, entre los que se encuentras gazpacho de remolacha cubierto de virutas de Comté; o croissant relleno de salmón ahumado, entre otros; pasando por platos principales: huevo Benedict, crêpe ratatouille, burger de paté de campagne o croque-monsieur con confit de pato trufado (con un suplemento de 8€ para esta última opción; y acabando por unos deliciosos postres, entre los que destacan la mini milhoja de crème brûlée o mini sablé de limón con tejas de merengue. Todo ello completado con un zumo de naranja, café o infusión (37€).

El brunch, una de las 'estrellas' de Lafayette.

La ubicación de Lafayette es igual de exclusiva que su oferta gastronómica, y es que, se encuentra en una de las zonas más glamurosas de la capital, El Viso, donde disfrutar de la magia de la ciudad mientras deleitas los mejores sabores franceses.

La trayectoria de Gustavo Valbuena

Con una trayectoria que abarca continentes y redefine la exquisitez culinaria, Gustavo Valbuena, el chef venezolano, se alza como un ícono en el mundo de la gastronomía. Su periplo gastronómico ha sido un viaje de creatividad, innovación y compromiso con la excelencia culinaria.

Con más de tres décadas en España, Valbuena, formado en Bellas Artes en la Escuela de Artes y Oficios número Diez (Madrid), encontró su pasión en la cocina. Sin estudios formales en hostelería, su incursión en el mundo culinario fue autodidacta y apasionada.

Su camino comenzó humildemente en un restaurante vegetariano, donde forjó las bases de su arte culinario antes de ser reconocido en La Gamella, referente contemporáneo de la cocina internacional. El giro definitivo llegó en el año 2000 con la apertura del Casino de Madrid bajo la égida de Ferrán Adriá, integrando el equipo de Paco Roncero, discípulo del afamado chef catalán.

Gustavo Valbuena.

La unión entre Valbuena y Roncero desencadenó una sinfonía culinaria: desde el renombrado Casino hasta la innovadora experiencia gastronómica de Platea, expandiéndose incluso hacia el desarrollo gastronómico más allá de estos epicentros. En paralelo, trabajó como chef privado para deportistas de élite, equilibrando la destreza culinaria con la demanda de la alta competición, y también para el embajador de USA en Madrid.

Una de sus proezas más notables fue su contribución a Sublimotion en Ibiza, el emporio gastronómico más costoso del planeta. Entre las idílicas playas de Ibiza y los proyectos invernales en Dubai, Valbuena fue una fuerza omnipresente en la gastronomía global.

Sin embargo, el incesante vaivén del mundo y la prioridad hacia su familia impulsaron una decisión crucial. Ante los desafíos de la pandemia, Gustavo optó por establecerse en Madrid, hallando en Lafayette, el restaurante francés #1 en España, una nueva senda culinaria. Esta transición, aunque tildada como un paso desde la alta cocina, trajo consigo la huella distintiva de Valbuena, impulsada por Shiva Alizadeh, directora del restaurante, quien vio en él una figura clave para unir las grandes similitudes entre la cocina francesa y la alta cocina,

Los cambios en Lafayette fueron palpables desde su llegada: una refinada sofisticación y una reinvención sutil pero poderosa en platos emblemáticos, como la terrina de foie. Manteniendo la esencia, pero agregando toques audaces como el chocolate kumquat, fusionando amargor y ácido con gominolas de remolacha y nuez, cada creación es una sinfonía de sabores y texturas.

La nueva era gastronómica en Lafayette lleva el ADN de Gustavo Valbuena, un artista culinario que continúa desafiando los límites de la creatividad gastronómica, combinando sus años de experiencia y su visión innovadora para deleitar los paladares más exigentes.