La Semana Santa ha llegado a su fin. Y con él, las tradiciones que la acompañan cada año. Las procesiones, los pasos o las fiestas en las poblaciones rurales de España a las que aquellos que dejaron atrás la vida en el pueblo regresan cada Pascua. 

Además de acudir a las procesiones, la gastronomía está muy presente en la Semana Santa y, además de platos como el atascaburras, el potaje en Vigilia o las torrijas, los Huevos de Pascua son uno de los postres que no pueden faltar al final de esta festividad. Una tradición gastronómico que, en España, es muy típica en comunidades como Cataluña o Levante.

Un símbolo 'dulce' de la Semana Santa

En muchos sitios de nuestro planeta, como Estados Unidos, Inglaterra y algunos países centroeuropeos, son muy típicos los huevos de Pascua como símbolos de fertilidad, de esperanza y de renacimiento. A pesar de esto, la costumbre de los huevos de Pascua no viene de los Estados Unidos,sino que en realidad el nacimiento de este hábito es anterior y nada tiene que ver con el continente americano.

El huevo comenzó a cobrar importancia en la mitología egipcia cuando el Ave Fénix después de haberse quemado en su propio nido y, poco después, renació de un huevo que había creado en un principio. Por esto, los egipcios empezaron a introducir huevos en las tumbas de los fallecidos con la esperanza de que pudieran resucitar, e incluso, en algunas civilizaciones cristianas los pintaban de color rojo para simbolizar la sangre de Cristo. Además, griegos e hindúes tenían la teoría de que la vida había nacido de un huevo.

Qué es y en qué consiste la tradición de los huevos de Pascua en Semana  Santa?

Huevos de Pascua.

Con la llegada de los primeros cristianos se empezó a considerar al huevo como un símbolo de resurrección que representaba el renacer de Jesucristo. Y varios siglos después, en la edad Media los huevos, que eran considerados muy valiosos, comenzaron a ser decorados y regalados como reclamo de la buena suerte para los seres más queridos.

Una costumbre arraigada de Semana Santa

Así es como en esta época del año, con la llegada de la primavera, comenzó a celebrarse el festín del huevo como sinónimo de regocijo y celebración. Las distintas culturas han ido decorando de forma diferente los huevos, que en un principio eran pintados a mano con colores estridentes para representar la luz del sol.

A pesar de su evolución hasta principios del siglo XIX, no aparecieron los primeros huevos de Pascua hechos de chocolate con pequeños regalos adentro, como los conocemos en la actualidad. Esta invención tuvo lugar en Alemania, Italia y Francia.

Regalar huevos de Pascua se convirtió con el paso del tiempo en una costumbre y por ello en Pascua es tan típico comprar y regalar huevos a nuestros seres más queridos, pero poco a poco, las diferentes culturas han ido personalizando la tradición de los huevos de Pascua.

En la actualidad, esta costumbre aún se conserva, aunque con diferentes hábitos. Por ejemplo, en muchos países durante el Domingo de Ramos, los cristianos llevan los huevos al templo para que sean bendecidos y después de esto se los comen. Sin embargo, en otros países como Estados Unidos, regalan huevos de chocolate o de plástico, que contienen golosinas en su interior. Un hecho que responde a la alegría que supone la resurrección del Señor en la religión católica y que se asemeja siempre con el dulce.

Huevos de Pascua.

Además, en los últimos años se ha añadido a un divertido personaje, que hace aún más singular esta tradición, el conejo de Pascua, que es el encargado de entregar los huevos. Un hecho que se ha convertido en costumbre, aunque a veces se les suele esconder los huevos a los más pequeños de la casa para que se diviertan buscándolo.