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Un hombre con gorra y abrigo oscuro mira hacia abajo en una fotografía en blanco y negro.
SUCESOS

Los peores asesinos en serie (IX): Ed Gein, el criminal que tenía complejo de Edipo

Este verdugo americano confeccionaba mascaras y recubría muebles con piel humana, además de rodearse de cadáveres

En esta novena entrega de los peores asesinos en serie analizaremos uno de los casos más macabros de Estados Unidos. Se trata de Ed Gein (La Crosse, 1906), 'el carnicero de Plainfield', un asesino en serie que operaba en este pueblo de Wisconsin. Gein es conocido mundialmente por su afición a confeccionar pieles humanas y tapizar con esa piel los muebles de su casa. 

Nacido el 27 de agosto de 1906, reunía varios factores para una carrera delictiva. Por un lado, padres abusivos, por otro, crecer en la época más conservadora que ha vivido Estados Unidos. Su padre era alcohólico y su madre fomentó su conducta criminal antisocial. 

Una máscara de aspecto antiguo, una mano con textura rugosa y un cuenco hecho de un cráneo humano.
Algunas de las atrocidades cometidas por Ed Gein. | YouTube

Su propia personalidad generó en Ed Gein un conflicto interno permanente. Reprimía internamente sus impulsos y su forma de ser, por lo que encontró otras maneras menos convencionales de expresarse.

El 'carnicero de Plainfield' ha inspirado películas de la talla de 'Psicosis', 'El silencio de los corderos' o 'La matanza de Texas'. A Ed Gein se le atribuyen, al menos, doce asesinatos, pero además profanó numerosas tumbas para fabricar 'sus pieles'.

Su madre, complejo de Edipo

Augusta Wilhelmine Gein, madre de Ed, era una fanática religiosa con problemas mentales, entre ellos, una profunda misoginia. Consideraba a las mujeres como el fruto del pecado original y que su única razón para existir era la de tentar a los hombres.

Jamás tuvo relaciones sexuales con su marido con otros fines que no fuesen reproductivos. Esta conducta fría y distante fue clave en la disfuncionalidad del hogar. 

La infancia de Ed Gein transcurrió en la granja de sus padres. Sus años escolares fueron, cuanto menos, atípicos. Su madre, a través de palizas y relatos religiosos, mantenía a sus dos hijos al margen del mundo y de las relaciones sociales.

En su adolescencia Ed empezó a desvincularse de la realidad. Su único referente del mundo exterior eran los comics y las revistas que leía. Estos trataban los asesinatos, la violencia y el horror. De esta manera empezó a asumir lo que veía en las páginas de papel como parte de su realidad. Para él, todo lo que leía y veía parecía ser “lo normal”.

El hecho que más marcó este comportamiento, según sus propias declaraciones, fue cuando presenció cómo sus padres destripaban un cochinillo. Según Ed, "casi se desmaya". Y es que a Gein le gustaba lo vinculado a la muerte humana, pero la muerte animal le repugnaba.

Hombre
El asesino Ed Gein. | Britannica

George Gein, padre de Ed Gein, falleció en 1940, dejando a la familia sin la principal fuente de ingresos. Esto obligaría a los hermanos, Ed y Henry, a trabajar para traer el sustento a casa.

Durante este tiempo se desarrolló una relación extraña entre Ed Gein y su madre que desconcertaba a su hermano Henry. Este mostraba abiertamente su descontento con el complejo de Edipo que se apoderaba de su hermano.

Henry Gein murió supuestamente en un incendio el 16 de mayo de 1944, la causa de muerte fue catalogada por las autoridades como asfixia. Sin embargo, el cadáver presentaba evidentes signos de lucha y varios golpes en la cabeza causados por un objeto contundente.

A partir de este momento, Augusta Wilhelmine Gein se convirtió en la única persona en la vida de Ed. Sin embargo, un año después, el 29 de diciembre de 1945, fallecía de un ataque al corazón. Ed Gein decidió tapiar la habitación de su madre tal y como esta la había dejado para que se preservase en el tiempo.

Esta decisión establece el primer paralelismo con la cultura popular. Norman Bates, el antagonista de Psicosis, la obra maestra del director Alfred Hitchcock, también padecía complejo de Edipo. Y mantenía el cuerpo de su madre, en avanzado estado de descomposición, en una habitación del hotel donde se desarrollan los acontecimientos de la película. Además creía que esta le hablaba. La dependencia y los abusos de su madre propiciaron el comportamiento antisocial y esquizofrénico del personaje, que se corresponden con algunas características del carnicero de Plainfield.

Desapariciones de vecinos  

Ya sin su madre, Ed empezó a interesarse por los libros de anatomía y por los experimentos realizados en los campos de concentración nazis. Se ganaba la vida cuidando a los hijos de sus vecinos y realizando tareas de mantenimiento.

Aunque excéntrico, nadie sospechó de que Ed fuese algo más que un vecino bonachón con algunas fijaciones extrañas. Durante este periodo ya empezaban a desaparecer personas en su localidad.

El detonante de las investigaciones sería la desaparición de la tabernera local, Mary Hogan. Según el escritor Harold Schechter, Mary se parecía a la madre de Ed Gein en algunos aspectos.

En diciembre de 1954  Mary estaba a punto de cerrar su bar cuando dejó entrar a uno de sus habituales a tomar un café. Era Ed. Una vez dentro, la disparó y arrastró el cuerpo hasta su camioneta. Ni se molestó en limpiar la escena del crimen.

Objetos antiguos y curiosos en una mesa, incluyendo un rostro preservado bajo una campana de vidrio, huesos, un retrato enmarcado y un estuche de madera con un frasco.
Algunas de las atrocidades cometidas por Ed Gein. | X

Horas más tarde llegaría Seymour Lester, otro granjero de Plainfield que había salido a comprar un helado para su hija. Encontró la escena del crimen tal y como la había abandonado. El caso cayó en manos de un alguacil inexperto y fue archivado como un misterio sin resolver.

Muchos empezaron a barajar que había sido víctima de alguna mafia. Y cuando Ed bromeaba diciendo que estaba en su granja, nadie le creía.

Finalmente, fue atrapado por un descuido. El 15 de noviembre de 1957 entró en la ferretería de Bernice Worden a comprar un galón de líquido anticongelante. Fue la última vez que se vio con vida a la ferretera. El hijo de Bernice Worden denunció la desaparición de su madre y la última factura que se había registrado en la tienda estaba a nombre de Ed Gein.

Carnicero y destripador

El cuerpo de Worden ni siquiera estaba oculto. Como un carnicero cualquiera, Gain había colgado el cuerpo de la mujer boca abajo en un galpón contiguo a su casa y había fijado unos ganchos a sus orejas.

La policía pensó que podría ser para colgar la cabeza como decoración en la pared. Esta se encontraba en una caja. También el corazón y el resto de sus órganos.

Dentro de la casa de Ed, la visión era aún más siniestra. Ed también se había convertido en un ladrón de tumbas. Diversos muebles, prendas y vajilla estaban confeccionados con partes humanas,  como cuencos, pantalones, máscaras, etc. La película La Matanza de Texas, años después, no se atrevería a mostrar tanto al público de cine de terror.

Una persona mayor sentada en una cama de hospital escribiendo en un cuaderno.
Ed Gein pocos meses antes de morir. | X

Con respecto a la otra víctima, Mary Hogan, encontraron su rostro en una bolsa y, en una caja, su cabeza. Entre otros restos se encontraron cuatro narices, nueve máscaras de piel humana, cuencos hechos con cráneos o diez cabezas de mujeres. Pero también, nueve vaginas en una caja de zapatos o cráneos en los postes de la cama.

Sin embargo, había un lugar que permanecía virgen, impoluto: la habitación de su madre. Durante el interrogatorio estuvo treinta horas en silencio, solo cuando nombraron a Bernice Worden, Ed decidió hablar. Confesó que leía los obituarios todos los días y asaltaba las tumbas. Que a veces no robaba los cuerpos enteros, sino solo partes.

Algunos psiquiatras pensaron que quería convertirse en mujer y por eso la confección de las máscaras, como Buffalo Bill en El Silencio de los Corderos. Otros señalan que, sencillamente, buscaba llenar el vacío que había dejado la única figura femenina de su vida.

Finalmente fue diagnosticado de esquizofrenia con alucinaciones. De hecho, admitió ser una herramienta de Dios para resucitar a los muertos. El juez lo declaró incapaz y lo enviaron a una prisión estatal, donde falleció a los 77 años de un paro respiratorio. Fue enterrado junto a su madre.

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