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Dos fotografías en blanco y negro de hombres en un documento.
SUCESOS

El caso Brito y Picatoste: Una fuga de película con un asesinato y dos Mossos heridos

Ambos eran internos de la prisión de Ponent (Lérida) y en 2001 organizaron su huida, que duró poco más de un mes

Hace trece años se produjo una huida criminal que puso en jaque a los Mossos d’Esquadra y a la sociedad catalana. Se trataba de los presos Manuel Brito Navarro y Francisco Javier Picatoste, fugados el 14 de octubre de 2001.

Los dos coincidieron en la prisión de Ponent, Lérida, y forjaron una amistad. Brito estaba condenado a 30 años por robo y homicidio. El día de la fuga tuvo que ser trasladado al hospital, desde donde ocurrió todo.

Picatoste le estaba esperando con todo preparado y cuando Brito salió del Hospital Arnau de Vilanova disparó a los dos Mossos d’Esquadra que le acompañaban. Robaron las armas de los agentes y emprendieron su huida.

Estuvieron un mes huidos, escondiéndose por parajes naturales con ayuda de otras personas. Pero el 13 de noviembre cometerían un error. Esa noche asaltaron a una pareja de jóvenes que se encontraban en su vehículo en la carretera de Cerdanyola, Barcelona.

Un grupo de policías escolta a un hombre esposado por la calle.
Javier Picatoste | Redes sociales

Los prófugos dispararon al joven y acabaron con su vida. La joven fue violada y amordazada por los delincuentes. Tres días más tarde, Brito y Picatoste fueron detenidos en una vivienda abandonada en la montaña del Tibidabo.

En junio de 2005 se celebró el juicio contra Brito, Picatoste y sus cinco cómplices. Brito fue condenado a 76 años de prisión por quebrantamiento de condena, atentado a agentes de la autoridad, tenencia ilícita de armas y robo. Así como el asesinato de un joven y el secuestro y la violación de la novia de este.

Picatoste fue condenado a 62 años y seis meses de cárcel, por los mismos delitos excepto la violación de la novia del joven al que asesinaron los dos presos prófugos. En cuanto a sus cómplices, dos fueron absueltos y al resto se les atribuyó penas menores.

Ambos asumieron todos los delitos, pero negaron la violación de la joven. En 2007 el Tribunal Supremo consideró a la Generalitat de Catalunya responsable civil subsidiaria y la condenó a pagar un total de 2,7 millones de euros a repartir entre las víctimas. Cabe recalcar que uno de los Mossos atacados por Picatoste quedó parapléjico.

Las claves de la huida

Manuel Brito estaba condenado a 30 años por robo y homicidio. Asesinó a un joyero de Barcelona, al que  ataron, amordazaron y torturaron. Una vez consiguieron el dinero lo mataron a golpes.

Ambos se conocieron en prisión, pero Picatoste obtuvo el segundo grado y fue trasladado a otro módulo. Brito ayudó a Picatoste a superar una depresión y este sentía que le debía una. Por ello, hablaron de la posibilidad de salir y Brito le dijo que necesitaba a alguien fuera, por ello Picatoste le dio su palabra de que lo sacaría de allí.

En las celdas de los delincuentes se encontraron cartas con un lenguaje cifrado de signos y dibujos.  Pese a no estar en el mismo módulo, tenían todo pensado y preparado. Hicieron los cálculos de todo lo necesario para la huida.

El plan se puso en marcha el 3 de octubre de 2001, aunque la idea llevaba tiempo siendo cocinada.

Ese día Picatoste salió con un permiso de 48 horas y ya no regresó a prisión. El plan ya estaba preparado. Brito debía simular una grave lesión en el brazo 10 días más tarde de que Picatoste no volviera a la cárcel.

Un hombre escoltado por dos oficiales de policía en un edificio.
Manuel Brito | ACAIP

Fue trasladado al Hospital Arnau de Villanova, ya que gritaba de dolor. Allí se le puso una escayola y Picatoste hizo el resto. Disparó a los dos Mossos que acompañaban a Brito, les robaron sus armas y huyeron en un BMW robado.

Estuvieron 32 días ocultándose en la sierra de Collserola con la ayuda de otras cinco personas, quienes les proporcionaron armas, coches, cobijo y alimentos durante los días que permanecieron ocultos.

Su plan era asaltar a un narcotraficante secuestrando a su hijo, arrebatarle la droga y asesinarlo en San Pedro de Ribas. Sin embargo, no pudieron llevarlo a cabo porque fueron detenidos.

El asesinato del joven de 23 años y la violación de su pareja rompió la relación entre ambos delincuentes. Picatoste falleció en 2020 en prisión a causa del sida y Brito permanece en la prisión de Brians II.

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