Paco Larrañaga, el otro Daniel Sancho: Consigue la libertad tras su condena a muerte
El hijo del expelotari vasco condenado a pena capital en Filipinas fue trasladado a España en 2009 para cumplir perpetua
Francisco Larrañaga secuestró, violó y asesinó a las hermanas filipinas Maryjoy y Jacqueline Chiong en 1997. Lo hizo junto a otros cinco hombres mientras las mujeres de 19 y 21 años esperaban al autobús en la ciudad filipina de Cebú.
Larrañaga es originario de esa ciudad, pero cuenta con nacionalidad hispano-filipina. De hecho es hijo del expelotari vasco Manuel Larrañaga y de Margarita González. Por los hechos fue condenado a dos cadenas perpetuas por el Tribunal Regional de Cebú en 1999, cuando apenas tenía 20 años.
En todo momento Francisco defendió que era inocente, pero la justicia no le creyó ni le dejó defenderlo. Al tiempo el Tribunal Supremo revisó el fallo y conmutó una de las cadenas perpetuas por la pena de muerte mediante inyección letal.
Las opciones de Paco Larrañaga pasaban por solicitar el indulto presidencial, pero tenía que reconocer su culpabilidad y se negó. Sin embargo, en 2007 el Gobierno filipino abolió la pena de muerte y la sustituyó por cadena perpetua. Ese mismo año se firmó un acuerdo con España sobre el traslado de condenados.
Hace 15 años, el 6 de octubre de 2009 Larrañaga fue trasladado a España. Concretamente, recaló en la prisión vasca de Martutene. Elcierredigital.com ha contactado con fuentes penitenciarias. “No ha protagonizado incidentes y ha mantenido buena conducta, por lo que su reinserción era favorable”, señalan.
“Ante su buen comportamiento pasó al programa de control telemático en 2018. Es lo que se conoce como control por pulsera. No estaba en el centro penitenciario sino en casa con la obligación de cumplir un horario en función del trabajo. Parece que trabajaba de camarero y sólo acudía al centro a entrevistas una vez al mes”, añaden las fuentes.
Esta semana la Audiencia Nacional le ha concedido la libertad condicional, ya que cumplía tres cuartas partes de su condena. No obstante, no obtendrá la libertad definitiva hasta septiembre de 2034.
El crimen que cometió
Según la sentencia el 16 de mayo Larrañaga y los cinco individuos vieron a las hermanas Chiong en una parada de bus de Cebú. Se acercaron en coche y las forzaron a subirse en el coche por medio de golpes.
A una de las hermanas la obligaron a bailar, la violaron y acabaron con su vida. Lo mismo hicieron con la otra hermana, pero solo una de ellas apareció en un barranco. Los hechos se definieron como una “orgía de vejaciones”.
A los días, la Policía filipina se presentó en la escuela de hostelería de Manila donde estudiaba Paco. Fue detenido y se le atribuyeron los crímenes sin que hubiera prueba alguna.
De hecho, Paco y su familia siempre mantuvieron que era inocente. Narraron que el día de los hechos se estaba examinando en la escuela de Manila, que está a 300 kilómetros de Cebú.
Presuntas irregulares en el juicio
Quince testigos corroboraron estos hechos, incluida la profesora de la escuela. Sin embargo, el juez no dejó que declarasen los testigos que podrían corroborar la coartada de Paco. Larrañaga tampoco pudo defenderse y se consideró que podía haber volado en avión privado, ya que no aparecía en ninguna lista de pasajeros.
Las autoridades llegaron a Paco tras acudir a una lista de jóvenes condenados por delitos menores, donde él figuraba por una pelea. Quizás el revuelo causado por los crímenes y la falta de indicios claros apresuraron el proceso sin que se practicaran las diligencias necesarias.
La acusación se sustentó en el testimonio de David Valiente. Este delincuente afirmaba que había participado en el secuestro, pero no en el asesinato. Este individuo situó a Larrañaga en el lugar de los hechos y se le concedió la inmunidad.
Sin embargo, en Filipinas existe la conspiración de que se trate de un crimen sin resolver en el que hay culpables inocentes. El propio juez que llevó el caso se llegó a suicidar en una habitación de hotel.
A esto se le suma una resolución del Comité de Derechos Humanos de la ONU. En 2006 señaló que Larrañaga no tuvo un juicio justo y se le violaron hasta nueve derechos humanos en el proceso.
A Francisco nunca se le permitió testificar en su propio juicio. Numerosos testigos podían probar ante el tribunal que aquella noche cenó en la capital filipina. Esto demostraría que es imposible que se fuese a Cebú.
La familia de Paco Larrañaga y el abogado denuncian que durante las investigaciones y el propio juicio hubo serias irregularidades. Entre ellas que a pesar de haberse encontrado restos de semen en una de las víctimas no se le realizase ninguna prueba de ADN.
Además, el juez no permitió elegir a Francisco su propio abogado cuando el anterior renunció. Tampoco valoró la declaración de tres de los acusados, que manifestaron haber sido torturados durante los interrogatorios. Ahora, Paco saldrá de prisión a sus 46 años tras media vida entre rejas.
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