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Un hombre con gafas y suéter verde sostiene un libro titulado "La nueva era en el siglo XXI" frente a una estantería llena de libros.
SUCESOS

El fenómeno de la cultura espiritual: ‘Estamos ante una plaga dañina en la Nueva Era’

La obra 'La Nueva Era en el siglo XXI’ del teólogo Luis Santamaría trata el tema de las sectas y su 'alarmante alcance'

La New Age o Nueva Era consiste en una serie de prácticas y creencias espirituales o religiosas. Su presencia en el mundo se remonta al siglo XX, aunque es una realidad desconocida en la sociedad.

Solo son conocedores de lo que esconde la Nueva Era aquellos que lo viven desde dentro. También, expertos como el teólogo y experto en sectas Luis Santamaría del Río. El experto es fundador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).

Un grupo de personas vestidas de blanco con velos levantan las manos en un evento al aire libre.
El preocupante fenómeno de la Nueva Era | Archivo

El pasado 5 de diciembre Luis Santamaría publicó el libro ‘La Nueva Era en el siglo XXI’. Se trata de un libro independiente que se puede adquirir en Amazon. En elcierredigital.com hemos contactado con Luis Santamaría para conocer detalles sobre la obra y la Nueva Era.

- ¿Qué abordas en esta obra?

- Se trata de un estudio que, sin dejar de ser riguroso, pretende ser divulgativo y al alcance de todos. Su protagonista es la New Age (Nueva Era), que es el término con el que se conoce desde hace décadas a toda una cultura de carácter espiritual que cada vez llega a más personas e invade más ámbitos de la realidad. 

No exagero si digo que la New Age es una verdadera plaga. Mucha gente piensa que se trata de un género musical de los 90, pero como digo, actualmente lo toca todo. Sin ir más lejos, el grave problema que tenemos con las pseudoterapias radica precisamente aquí.

- ¿Cuáles son las claves que te han llevado a escribir sobre este fenómeno?

- Nos encontramos ante una plaga y, además, es altamente dañina para las personas, las familias y la sociedad. Lo he escrito movido casi por necesidad. En los últimos años hemos asistido a un aumento de las sectas y gurús que se sitúan en este entorno concreto. 

La gran mayoría de operaciones policiales recientes en torno a sectas en España han tenido como objeto pequeños grupos New Age. Pequeños, pero con un alto poder coercitivo sobre sus adeptos. 

La mitad de los cursos de formación que imparto en España y otros países ya son sobre la Nueva Era. Y, por otro lado, la mayoría de consultas y peticiones de ayuda que recibo tienen que ver con ella. Por eso decidí preparar este material de referencia básica.

- ¿Qué es la Nueva Era del siglo XXI?

- Sí a veces se nos hace difícil definir lo que es una secta, en el caso de la New Age es casi tarea imposible. En el primer capítulo del libro aporto varias definiciones de investigadores destacados, pero no he llegado a acuñar una propia.

Es un fenómeno sin unos contornos muy definidos. Podríamos referirnos a ella como una cultura, una espiritualidad o un ambiente con un carácter difuso y una serie de convicciones que podríamos englobar en el concepto de "pensamiento mágico", la existencia de un conocimiento especial reservado solo a los iniciados (gnosis) y la confianza en el potencial ilimitado del ser humano. 

Es más fácil identificarla cuando vemos términos como holístico, integrativo, energías, vibraciones, chakras,...

- ¿Qué es lo que más te preocupa de esta Nueva Era?

- Lo que más me preocupa es que supone un gran engaño porque su apariencia es totalmente positiva y atractiva. ¿Quién no va a ver con buenos ojos cosas como la paz interior, el autoconocimiento, la meditación, la relajación, el crecimiento personal, la conexión con la naturaleza o la fraternidad universal?.

En un mundo como el nuestro, estos reclamos pueden atraer a muchas personas. De hecho, lo hacen. Pero la realidad que hay detrás supone precisamente lo contrario de lo que se ofrecía. 

Un hombre sonriente con gafas y suéter azul frente a un fondo de hojas rojas.
Luis Santamaría | Archivo

Su supuesta liberación se convierte en sometimiento. La compasión que predican acaba siendo crueldad. La conexión y la comunidad derivan en el aislamiento y, en el fondo, la verdad oculta no es más que una sarta de mentiras. 

Por eso insisto en que se trata de un engaño, un inmenso engaño. Y a veces hablo de una estafa integral. Va mucho más allá de lo económico porque afecta a todas las dimensiones personales y sociales de sus víctimas.

- ¿Cuál es el capítulo más importante? ¿Cuáles serían las claves de la obra?

- Posiblemente el capítulo más importante sea el más pequeño. Aquel en el que explico cuáles son los rasgos sectarios de la Nueva Era. A mucha gente le cuesta identificarlos, por ese carácter de neblina e intención de confundir que tienen las doctrinas y prácticas New Age.

Una de las claves sería su actualidad. No hablo New Era de hace 40 años, si no que es un análisis de lo que se mueve hoy en día.

La segunda clave estaría conectada con la anterior y es la exhaustividad. En el libro recojo una gran cantidad de sectas, libros, gurús, terapias y hasta dietas que se inscriben en la New Age. La última clave es una perspectiva que integra la investigación racional de los hechos con una valoración desde el horizonte de la fe cristiana.

- ¿Cuál es tu objetivo al analizar este fenómeno? 

- Quiero que el libro sirva para hacer visible una realidad que permanece oculta a los ojos de nuestra sociedad. También busco ayudar a situarse críticamente frente a ella. 

A modo de ejemplo: Mucha gente ‘flipa’ con la llamada "ley de atracción". Según esta ley, si piensas en cosas positivas o las repites el universo te las dará. Esto, que es el dogma fundamental del pensamiento positivo y de gran parte de la autoayuda, es totalmente falso. 

Se trata de magia, que sólo puede sustentarse desde la convicción de que tenemos un poder interior infinito. Vamos, que somos dioses. ¿Y qué pasa?. Si alguien se lo toma en serio al final puede convencerse de ser el verdadero culpable de las desgracias que le ocurren. 

Al final, la New Age es una ideología generadora de infelicidad, depresiones y suicidios. Y esto lo digo desde mi experiencia de acompañamiento a casos realmente terribles.

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