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Un hombre en traje de baño rojo está sentado en una silla de playa bajo una sombrilla multicolor en medio de una calle concurrida, rodeado de objetos de playa como una toalla, un balde y una pelota.
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El escultor que profanó la tumba de Franco hace 6 años: La vida de Enrique Tenreiro

En noviembre de 2018 el gallego realizó pintadas en el sepulcro del dictador en el Valle de los Caídos pero fue absuelto

Este 4 de noviembre se cumplen seis años de uno de los hechos más insólitos ocurridos en el Valle de los Caídos en Madrid. Aquel día de 2018 el escultor gallego Enrique Tenreiro cubrió con pintura roja la lápida que cubría los restos del dictador Francisco Franco. Escribió la frase “Viva la libertad” acompañada de un dibujo de una paloma.

El vídeo que registró la “hazaña” del artista fue grabado por el fotoperiodista Pedro Armestre. Este acompañaba a Enrique Terneiro en la "performance" y lo subió a Twitter, donde se viralizó en cuestión de minutos.

Por estos hechos no llegó a ser detenido, pero se le investigó por un presunto delito de daños. En 2022 la Audiencia Provincial de Madrid le absolvió de estos delitos. Sin embargo, la sentencia fue recurrida ante el Tribunal Supremo.

Una lápida con flores y pintura roja que forma un mensaje y un dibujo.
Las pintadas que realizó el escultor sobre la tumba de Franco | Europa Press

Este año Tenreiro volvía a ser protagonista. En abril se encerró en el escaparate de la galería de arte Artbys. Se realizó un streaming en su página web. “Si me quieren encerrar ya lo hago yo”, señaló Tenreiro.

El motivo del encierro fue su intención de alzar la voz contra la demora judicial. Dos años después de la decisión de la Audiencia, Tenreiro seguía sin conocer la sentencia definitiva por su caso.

El escultor se inspiró en el alemán Joseph Beuys, que en 1974 se encerró en una galería de arte en Nueva York. 

La historia de Enrique Tenreiro

Este artista compartió patria chica con el propio Francisco Franco. Nació en A Coruña en 1969 y desde bien joven se involucró en el mundo del arte, concretamente en los años 90. En esa época el arte español que pretendía ser más rompedor estaba en auge. 

En esa burbuja del arte en España participaron las Administraciones Públicas. En concreto las Autonomías. Muchos artistas con talento encontraron así una vía por la que destacar.

Muchos otros que tenían poco que aportar encontraron un hueco en el mercado que en cualquier otra época no habrían tenido. Un experto en arte consultado por elcierredigital.com señalaba, “No es nadie en el mundo del arte, tiene un discurso muy plano”.

“En España nunca ha calado el movimiento Fluxus -usado por Tenreiro- de verdad. Por eso las obras de arte orgánicas y los happenings se han quedado estancadas en la época más politizada”, explicaba a elcierredigital.com el experto.

“Lo poco que conozco de su obra no me inspira gran cosa. Más allá del discurso político, su propuesta artística carece de hondura. Solo es reconocido por lo que hizo con la tumba de Franco, fuera de eso no tiene relevancia alguna”, concluía el experto.

Su obsesión por destacar en el arte

“Hago locuras, pero eso no quiere decir que esté loco. Es por provocar y para homenajear a Duchamp", decía de sí mismo Enrique en una entrevista a “La Voz de Galicia”. Y es que Duchamp ha sido la principal influencia en los hechos cometidos y las obras realizadas por Tenreiro.

En 2015 protagonizó una performance bajo el epígrafe de “Franco destruye Guernica”. En la obra declamaba versos de Bécquer y mostraba imágenes del entierro del dictador. Con esta pieza Tenreiro pretendía denunciar el hecho de que el dictador yaciera en un mausoleo,“mientras más de cien mil muertos siguen en las cunetas después de ochenta años”.

Uno de sus trabajos se produjo en la Fundación Luis Seoane. Se definía a sí misma como “un espacio para asumir contradicciones, para reflexionar sobre lo conocido y lo desconocido desde una óptica contemporánea”. 

En este espacio participó en la exposición “13 estampas da traizón de Juan de la Colina". Sus performance con Franco como protagonista no son ni mucho menos lo que más abunda en su obra. 

Un hombre con gorra mirando hacia abajo en un ambiente cálido.
Enrique Tenreiro | Archivo

Muy conocida en Galicia fue aquella en la que un día invernal se sentó con sombrilla y tumbona, y los adminículos necesarios para un día de playa, frente a la fachada de la Fundanción Barrié en A Coruña en 2014.

Más allá de esto, destaca su papel como escultor. Su gran pasión. De hecho, el proyecto que él considera como su gran obra es Las raíces del árbol de Pondal que querría ver en “el Museo de Bellas Artes”, como contó en su citada entrevista en “La Voz de Galicia”.

Más allá del arte, Tenreiro pertenece a una familia gallega bien posicionada. De hecho, su abuelo fue Antonio Tenreiro Rodríguez, arquitecto del edificio del Banco Pastor que tuvo el honor de ser el edificio más alto de España entre 1925 y 1928. 

Tras probar suerte en la capital de España con un bar y estar casi una década sin una profesión definida decidió dar el salto al mundo del arte, donde busca triunfar a toda costa. Fue el pequeño de nueve hermanos y es padre de dos hijos.

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