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Un hombre con camisa azul está frente a un edificio grande y una cerca, con un cielo despejado y un árbol sin hojas al fondo.
SUCESOS

Cómo vive José Bretón en prisión: Podría obtener permisos tras confesar su crimen

José Bretón ha reconocido en el libro 'El odio' cómo asesinó a sus hijos Ruth y José en octubre de 2011 en Córdoba

El escritor Luisgé Martín, en su libro El odio, ha desvelado las confesiones de José Bretón, el padre que asesinó y quemó a sus hijos. Estas páginas del libro han sido adelantadas por El Confidencial. En ellas, Bretón ha admitido públicamente por primera vez en 14 años que fue el autor del crimen en 2011 en Córdoba.

El asesino afirma que “me obsesionaba la idea de que se educaran al lado de la familia de mi mujer”. Un mes antes del asesinato, la que entonces era su pareja, Ruth Ortiz Ramos, le había comunicado su intención de divorciarse de él.

Bretón confirma lo que un forense ya había determinado hace tiempo: que había matado e incinerado a sus hijos Ruth y José. Hasta este momento, Bretón había mantenido su inocencia, afirmaba que sus hijos habían desaparecido cuando estaba con ellos en un parque de Córdoba. Solo había admitido el crimen de forma privada en 2017, en una terapia de justicia restaurativa.

En este tiempo, el asesino ha estado encerrado en los centros penitenciarios de Alcolea-Córdoba, Alicante II-Villena, Jaén  y Herrera de la Mancha-Ciudad Real, en la que se encuentra actualmente.

La vida de Bretón en prisión

Actualmente José Bretón reside en el módulo de  Enfermería de la cárcel de Herrera de la Mancha. Como ya adelantamos en elcierredigital.com, Bretón lleva en este módulo desde su último intento de suicidio.

Para evitar nuevas tentativas, fuentes penitenciarias afirman que “se ha tenido un control con la compañía de otro interno”, además de haber aplicado el protocolo de suicidios. Bretón es un preso que “no realiza actividades concretas” y que tiene una relación “normal con el resto de presos”. “En general este tipo de presos no suelen dar problemas. Con el tiempo se adaptan a la vida en prisión, son condenas largas y al final acaban por normalizar su vida”.

Edificio de dos pisos con techo de tejas rojas rodeado por una cerca y farolas verdes en un entorno rural.
Cárcel de Herrera de la Mancha. | Google Maps

Como ya contamos en elcierredigital.com, el tratamiento que se le hace a los culpables de este tipo de crímenes es distinto al resto de presos. “El tratamiento no es diferente por ser mediático, sino por el delito que haya podido cometer”, explican fuentes penitenciarias.

“En los primeros meses se les somete a un control especial para evitar que haya algún problema con otros presos. Conforme pierde impacto la noticia, se suelen adaptar a la vida en prisión”, declaran fuentes penitenciarias.

Sobre su reciente confesión de los detalles del crimen, estas fuentes señalan que "el reconocimiento del delito suele tenerse en cuenta a la hora de valorar la pertinencia o no de obtener permisos". Sin embargo, estas fuentes aseguran a elcierredigital.com que su cambio de condición en prisión "no sería automática. Hay muchos más factores, como el pago de responsabilidad civil, riesgo de reincidencia, pronóstico de reinserción... Por lo demás, no cambia su situación".

El crimen de José Bretón

La entonces esposa de José Bretón, Ruth Ortiz, en septiembre de 2011 le comunicó a su marido su intención de divorciarse. La noticia llegaba tras diez años de matrimonio y dos hijos, Ruth y José. 

El 29 de septiembre de 2011, Bretón consiguió la receta de Orfidal  y Motivan  a través de su psiquiatra. Según se encuentra recogido en las páginas de El odio, “el Orfidal no lo había comprado para matar a mis hijos”. Bretón afirma que lo quería para “corregir muchas de mis manías”.

El 7 de octubre recogió a sus hijos de la casa de Ruth y los dejó con sus padres. Mientras, él fue a la finca de  Las Quemadillas, Córdoba. Al día siguiente, trajo a sus hijos a esa casa, habiéndoles suministrado los fármacos. Como adelanta El Confidencial, Bretón tenía dos condiciones: “que murieran sin sufrimiento y que los cuerpos desaparecieran  luego para que no los encontraran”.

Bretón incineró los cuerpos. “Antes de poner los cuerpos en el fuego comprobé que no respiraban, estaban ya muertos. No se enteraron de lo que iba a pasar. Confiaron en mí.”, afirma Bretón en el libro El odio.

El juicio a José Bretón se inició el 17 de junio de 2013 en la Audiencia Provincial de Córdoba. Ese mismo mes fue condenado como autor de dos delitos de asesinato. Las penas eran de 20 años de cárcel por cada niño, 40 años de los que finalmente cumplirá 25. En 2036  está prevista su puesta en libertad.

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