Así vive José Bretón en prisión 13 años después del crimen: No se relaciona con nadie
El asesino de sus hijos ha consumado dos intentos de suicidio en prisión y está en la enfermería de Herrera de la Mancha
Hace trece años que José Bretón acabó con la vida de sus dos hijos, Ruth y José. Aquel 8 de octubre de 2011 los niños de 6 y dos años respectivamente fueron asesinados y quemados por su padre en la finca de Las Quemadillas, Córdoba.
Esta finca pertenecía a los padres de Bretón, también conocido como el Monstruo de Las Quemadillas. Tras haber cometido el doble crimen acudió a denunciar la desaparición de sus hijos.
No obstante, Bretón no tenía todo tan bien atado y el 18 de octubre fue detenido por las contradicciones manifestadas. Tres días después ingresó en prisión por los delitos de detención ilegal de menores y simulación de delito.
Paralelamente, los cuerpos de los menores no aparecían, pese a que se buscase en la finca de Las Quemadillas. En todo momento Bretón mantuvo que perdió a sus hijos en el parque. La realidad es que desde un primer momento se encontraron los restos de los menores, pero se confundieron con huesos animales.
Los restos fueron encontrados en una hoguera de la finca de Las Quemadillas y se dijo que eran de perro. Sin embargo, la familia materna encargó un informe externo que certificó la cruda realidad.
El juicio contra el asesino se celebró ante un jurado popular en junio de 2013 en la Audiencia Provincial de Córdoba. El jurado le consideró culpable de la muerte y desaparición de sus hijos motivada por la sed de venganza contra su mujer. No obstante, el se declaró inocente.
Fue condenado a 40 años de prisión, ya que por aquel entonces no existía la pena de prisión permanente revisable. Por ende, la Audiencia fijó en 25 años el límite de cumplimiento de condena.
Su vida en prisión
A día de hoy, Bretón cumple condena desde 2016 en la prisión de Herrera de la Mancha, Ciudad Real. Ese mismo año llevó a cabo un supuesto intento de suicidio realizándose cortes en el cuello. De hecho, tuvo que ser trasladado al Hospital General de Ciudad Real.
Elcierredigital.com ha contactado con fuentes penitenciarias. “Desde el último intento de suicidio permanece en la enfermería de la prisión de Ciudad Real. Ha estado unos meses en el módulo 2 de respeto de la prisión, pero porque la enfermería estuvo en obras. Una vez finalizadas ha vuelto allí”.
Al riesgo de que intente quitarse la vida se le suma que son muchos los presos a los que les gustaría ‘darle su merecido’. Las fuentes añaden que “no participa en ninguna actividad ni se relaciona con el resto de internos. No es un peso problemático”.
Previo a esta prisión ha pasado por otras cuatro cárceles españolas. Cuando se decretó la prisión provisional ingresó en la prisión provincial de Alcolea, Córdoba. Al ser un rostro tan conocido en Córdoba se consideró que su vida corría peligro y fue trasladado a la cárcel de Jaén.
Tras estar en Jaén fue trasladado al centro penitenciario de Villena en Alicante. Sin embargo, solicitó en varias ocasiones que quería estar más cerca de su familia. Por este motivo, recaló en Herrera de la Mancha.
Antes de conocer la sentencia, Bretón ya llevó a cabo un supuesto intento de suicidio en 2012. Se produjo cortes en un antebrazo y en el hombro con una cuchilla de afeitar, aunque no fueron heridas profundas.
Ambos intentos de suicidio los llevó a cabo mientras estaba acompañado por un preso sombra. Lo más probable es que cumpla íntegramente los 25 años sin disfrutar de ningún permiso.
Los hechos ocurridos
José Bretón y Ruth Ortíz, madre de los pequeños, se separaron en 2011, algo que el asesino se negó a aceptar en todo momento. Ambos llevaban casi una década casados y tuvieron a Ruth y a José.
En el juicio Ruth definió a José como un hombre “controlador, machista, celoso y obsesivo”. También señaló que había recibido maltrato psicológico. Desde que se comenzó a tramitar el divorcio, comenzó el plan de venganza.
El 29 de septiembre de 2011 consiguió que su psiquiatra le recetase Orfidal y Motivan. Su intención era suministrárselo a sus hijos. Antes de los hechos compró hizo acopio de leña en la finca de sus padres y adquirió más de 271 litros de combustible.
Días antes también probó la que iba a ser su coartada. Mientras estaba con sus sobrinos los abandonó en el parque para ver cómo sería el protocolo. El 7 de octubre recogió a sus hijos de casa de Ruth en Huelva.
Los llevó con sus padres y él se fue a la finca de Las Quemadillas, Córdoba, para preparar todo. El 8 de octubre llevó a sus hijos a la finca, previamente les había suministrado tranquilizantes.
Una vez en la finca preparó la hoguera y quemó a sus hijos, se desconoce si estaban vivos o muertos. Posteriormente, acudió a un parque para armar su coartada, pero es grabado mientras iba solo.
A las horas denunció la desaparición de sus hijos, pero realizó la llamada desde la finca. Mientras realizó la hoguera quemó recuerdos y objetos personales, hecho que luego justificaría basándose en el divorcio.
Ante estas contradicciones y hechos extraños termina siendo detenido. Antes de ser arrestado se encontraron unos restos en la hoguera, pero se concluyó que eran de perro. En el domicilio había juguetes de niños, algunos sin abrir.
Después, llegaron meses de incógnitas hasta que la familia materna solicitó un informe forense de esos restos. Se concluyó que los restos eran de los niños.
En el juicio varios testigos indicaron que estaba obsesionado con Ruth Ortiz y maltrataba a sus hijos. El doble crimen cometido por Bretón conmocionó a la sociedad española y se consideró como uno de los crímenes más crueles.
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