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SUCESOS

Asesinato Helena Jubany en Sabadell: Cotejan el ADN de sospechosos con nuevas pistas

Se compararán las muestras del jersey y cuerpo de la joven fallecida en 2001 y las de Xavi Jiménez y Santiago Laiglesia

En febrero de 2023 el juzgado de instrucción nº2 de Sabadell reabrió el caso de la muerte de Helena Jubany, que tuvo lugar en 2001, después de que la Policía Científica encontrara restos de ADN de, al menos, dos personas en la parte delantera del jersey que Helena llevaba en el momento de su desaparición y en su vagina.

Estos restos fueron cotejados con el ADN de los dos principales sospechosos, Xavi Jiménez, a quien Helena había rechazado y que fue el primer investigado por el crimen, y  Santiago Laiglesia, novio de Montserrat Careta, una de las mejores amigas de Helena Jubany. El resultado fue negativo.

La conclusión de los análisis desconcertó a la familia, que solicitó volver a analizar las muestras extraídas del cuerpo de Helena Jubany y de su jersey. Ha sido ahora cuando el Juez instructor del caso, Juan Diaz Villar, ha decidido aceptar la petición de la familia y ha ordenado la comparación conjunta de la muestra de ADN con los perfiles genéticos de Helena Jubany, de Jiménez y de Laiglesia. La que se hizo en febrero fue individualizada y se cree que el resultado podría variar con este nuevo análisis. Por su parte, la Fiscalía ha mostrado su oposición.  

La familia también solicitó que las muestras se comparasen con los perfiles genéticos de dos de sus amigas, Montserrat Careta  y Ana Echaguibel, investigadas por haber sido las autoras de unos mensajes anónimos que recibió Helena. De momento, el juez ha rechazado esta solicitud porque supuestamente el ADN hallado pertenece a un hombre, sin embargo, no ha cerrado la puerta a realizar el análisis en caso de que en este segundo examen se hallara ADN de una mujer.

"Cotejar las muestras de manera conjunta puede dar resultados diferentes"

Fuentes científicas señalan que “en las muestras de saliva se pueden obtener cerca de unos 20 marcadores. Un marcador es un segmento de ADN del que se conoce su ubicación física en el cromosoma. En línea con esto, las muestras que se extraen de la ropa suelen ser de menor calidad por lo que resulta complicado que los 20 marcadores coincidan, y más si se tiene en cuenta que las muestras son de hace más de 20 años. Al haber obtenido menos marcadores se reduce la precisión para atribuir la muestra a una persona”.

Dos personas sonrientes posan juntas al aire libre, con un paisaje montañoso de fondo.
Santiago Laiglesia y Helena Jubany. | El Caso

“Al cotejar el ADN de manera conjunta, incluyendo el de Jubany, existe la posibilidad de que el resultado varíe. Esto se debería a que en los resultados negativos obtenidos todos los marcadores que no eran de Jubany podrían haberse atribuido a Laiglesia o a Jiménez”, concluyen las mismas fuentes científicas.  

El suicidio fue descartado

Helena Jubany desapareció el 30 de noviembre de 2001 en Sabadell después de conectarse a Internet para hablar con un amigo suyo. Poco después, el 2 de diciembre de ese mismo año, un vecino de la calle Calvet d’Estrella de Sabadell se la encontró muerta.

Los primeros indicios parecían apoyar la idea de que se había arrojado al vacío desde una azotea. Sin embargo, esa hipótesis fue descartada al conocer por el análisis toxicológico que Helena había tomado un cóctel de benzodiacepinas (Lormetazepam, Alprazolam, Midazolam), cafeína y etanol. Todos los fármacos eran sedantes y la cantidad ingerida aseguraba que la joven estaba dormida o en estado de coma cuando murió. Es decir, alguien la había arrojado.

La joven pertenecía a la Unión de Excursionistas de Sabadell (UES), por lo que se investigó a los miembros de este grupo. Entre ellos, los agentes dieron con Montserrat Careta, una chica que vivía en el edificio desde el que arrojaron a Helena. También se empezó a indagar sobre Santiago Laiglesia, novio de Montserrat. Y se les tomó declaración a ambos, entre otros.

Una fotografía en blanco y negro de una persona con cabello corto y oscuro.
Helena Jubany. | Twitter

Laiglesia no llegó a entrar en la cárcel porque el juez no vio indicios suficientes para llevarle a juicio, pero sí lo hizo Montserrat, quien, tres meses después de ingresar en el centro penitenciario de Wad-Ras (Barcelona), se suicidó eligiendo el aniversario del día en que lo había hecho su hermano. Careta dejó una nota en la que decía: "Soy inocente porque no he causado la muerte de Helena y, para ser homicida, hay que ser ejecutor de una muerte. Me voy con la conciencia tranquila".

La reapertura del caso

La causa fue archivada en 2005 sin resolverse, pero quince años después de que se cerrase el caso, en 2020, el abogado de la familia, Benet Salellas, presentó nuevas pruebas que desmontarían la coartada de Santi Laiglesia, el que fue novio de Montserrat. En concreto, estos indicios sugerían que Santiago habría comprado el Noctamid presuntamente usado para sedar y dormir a Helena. El juzgado de instrucción nº 2 de Sabadell reabrió el caso.

En 2021 la Policía Científica halló restos de ADN en la parte delantera del jersey que Helena llevaba en el momento de su desaparición. Estos restos pertenecían, al menos, a dos personas, por lo que el juzgado de Sabadell tomó ADN a Xavi Jiménez, a quien Helena había rechazado y que fue el primer investigado por el crimen, para cotejarlo con el encontrado. Sin embargo, las pruebas de laboratorio descartaron a Xavi Jiménez. 

Con esta situación, el juez reabrió la investigación a Santiago Laiglesia en febrero de 2023, y un mes después se confirmó que el ADN masculino encontrado en las muestras vaginales de Helena no correspondían con el ADN de Laiglesia. El informe genético de los restos biológicos encontrados en la ropa de Jubany descartaba de nuevo a Santiago Laiglesia.  

Una muerte en extrañas condiciones

El 2 de diciembre Helena fue encontrada muerta tras precipitarse desde una azotea y su ropa apareció perfectamente doblada en la azotea de un edificio colindante, donde se encontraron restos de su cabello y unas cerillas a medio usar en la barandilla de la azotea. Tras descartar que se trataba de un suicidio, se sospechó de un macabro juego de rol practicado de manera voluntaria por todos los participantes, que tuvo un inesperado y trágico final.

Logotipo de
Montserrat Careta. | El Cierre Digital

Tras los resultados de la autopsia se averiguó que Helena había tomado un cóctel de benzodiacepinas. Los compuestos activos se encontraban en medicamentos como el Trankimazin, Dormicum, Loramet, Noctamid y Aldosomnil.

Mientras tanto, el padre de la víctima entregó a la Policía dos mensajes anónimos que su hija había recibido antes de su muerte. Los mensajes estaban en poder de una amiga de Helena que los tenía para hacer un estudio caligráfico. El primero de ellos llegó en septiembre, junto a una horchata y un croissant y decía: "Hemos pasado por aquí, esperamos que te guste y que te lo comas todo. Ya nos veremos. Hasta pronto".

El segundo, enviado el 9 de octubre, decía: "A ver si te lo comes todo, pórtate bien, no nos hagas un feo, es seguro que te vas a reír mucho. A la tercera ya nos invitarás tú. A ver si nos vemos otra vez en alguna excursión de la UES. Hasta pronto". En esta ocasión el mensaje iba acompañado de un bote de zumo de melocotón y unas pastas.

Gracias a este segundo anónimo la Policía investigó dentro de la Unión de Excursionistas de Sabadell (UES) a la que Helena pertenecía. Por otra parte, Helena bebió del zumo, creyendo que todo aquello era un juego, sintiéndose indispuesta y mareada por la tarde. Entonces la joven encargó analizar el contenido del zumo a un médico de Barcelona, que determinó que la bebida contenía benzodiacepinas, un principio activo similar al que luego apareció en su cuerpo.

Los principales sospechosos

Todo apuntaba a Montserrat Careta, que vivía en el edificio desde donde arrojaron a Helena, el número 48 de la calle Calvet d’Estrella. Montserrat mantenía una relación sentimental con otro integrante del grupo, Santiago Laiglesia, con quien convivía en el mismo domicilio.

Logotipo de
Montserrat Careta. | El Cierre Digital

En el domicilio de Montserrat Careta y Santiago Laiglesia encontraron una caja de Noctamid vacía y otra entera. La Policía también encontró cajas de cerillas vacías o con pocos fósforos y agendas y hojas escritas por Montserrat, similares a los anónimos, que servirían para un nuevo análisis caligráfico.

Tras estas detenciones se descubrió que el novio de Montserrat también tenía acceso al Noctamid porque su madre lo utilizaba. Santiago Laiglesia llegó a estar investigado, pero no entró en la cárcel. 

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